las cartas que nunca envié.

Carta #36: ¿cómo termino algo que tú empezaste?

¿Cómo terminas algo que tú no empezaste?
Me pregunto cada noche en vela
Cada vez que recuerdo aquella madrugada donde hablaste suave y con cuidado
Cuando tus manos se encargaron de cuidarme y tu cuerpo de protegerme
Cuando tu corazón iba a mil por segundo, y tu respiración era arrítmica
¿Cómo termino algo que tú empezaste?

Hiciste todo lo que alguien enamorado haría
Y yo me negué, pues no quería
Aun así, aquel día
Tú cruzaste la raya
Sobrepasaste mis límites y yo lo permití
Con miedo, pero lo hice
Porque ¿qué sería de mi si vivo con miedo toda mi vida?
Pensé qué tal vez significaba algo para ti
Pensé qué tal vez te interesabas sobre mí
Pero todo eso no era cierto
Solo fui un objeto
Algo más para tu beneficio
Al cual una vez ya hayas dejado de usar y no te sirva más
Lo desecharías como hoja de papel con garabatos.

Aun así, mantuve la esperanza porque nadie en el mundo dice cosas por decir
Ojalá dejaras de reprimirme junto con tus sentimientos
No te hace fuerte ni inalcanzable, todo lo que te hace es un completo imbécil y cobarde

Porque a pesar de haberte dicho que, si buscabas algo que lo dijeras, y no aparentaras cosas ni confundieras mi mente.
Cuando debiste alejarte, te quedaste y seguiste a mi lado a pesar de haberte dicho que te largues.
Y volvías con lo mismo, tus juegos, tus llamadas
Lo poco que decías y como con una sola mirada gritabas todo lo que sentías.
Eres un completo imbécil y cobarde.

Muy tonto de mi parte creer que aquel que dijo ser un alfa no era más que un perro vagabundo disfrazado de lobo feroz.
Muy tonto de mi parte dejar entrar a alguien que en una noche dijo más que los demás y al siguiente día no sabía ni cómo hablar.

No me culpo, soy así.
Pero tú, tú sí tienes culpa aquí.
No desearte lo peor es lo mejor que puedo hacer por mí.
Y no desearte lo mejor es lo más egoísta que haré por ti.