las cartas que nunca envié.

Carta #32: 40

Te admiraré y te amaré mil eternidades juntas.
Y si es posible lo imposible, sé que te amé en todas mis vidas pasadas.
Prometo amarte en todas mis vidas futuras.

Aunque suene tonto, tu sonrisa es la que recuerdo cuando llueve bajo mi paraguas, es lo único que me da calor en mis días más fríos.

Cuando los veo a ellos, siento envidia de que te tenga a su lado pero, también me da paz y alegría saber que te tienen como madre.
Son tan afortunados.

Que fortuna la de algunos de tenerlas a su lado, mala suerte para otros quienes ya no las tienen con ellos. Conmigo es diferente, es como tenerte pero no tenerte, y me duele mucho no saber a dónde correr cuando estoy desesperado cuando el único lugar que sé en el que estaré a salvo es en tus brazos.

Sé que pido así sea un día a tu lado pero la realidad es otra, así que me conformaré con dos horas contemplándote por pantalla hasta el día en que pueda abrazarte de nuevo.

Espero que algún día las navidades y fines de año, cada cumpleaños sean solo a tu lado.
Te amo.