The Last Black Moon

Tu Primera Caza -102

Aldo se quedó pasmado al escuchar que su madre ya había vuelto a casa, no sabía que hacer pues eran sus primero dias como vampiro, tenía miedo porque no sabía si no se podía controlar al oler la sangre humana.

— Pero aún no estoy listo, no puedo ver a mi madre aún, tengo miedo, no sé si pueda controlarme al oler la sangre. — dijo Aldo

— Los primeros días como vampiro neonato son difíciles, pero mírate estás aquí parado en medio del bosque, a caso no hueles todos los tipos de sangre qué hay en el aire? — preguntó Thiago

Aldo lo miró y se quedó pensando, el no podía oler la sangre pero si lo demás. — No huelo la sangre. — dijo algo confundido.

Steve miró a su padre, que le sucedía a Aldo, porque no podía oler la sangre. — Carl, que le sucede, porque no huele la sangre como nosotros. — preguntó steve

— Es lógico, la transformación de Aldo está incompleta, debe de cazar para que su transformación esté completa, solo así podrá desarrollar los sentidos de un vampiro y claramente los dones que desarrolle al completar su transformación como vampiro. — dijo Carl.

— Entonces, sigue siendo humano? — preguntó Giselle.

— No ya no, pero tiene que acabar su transformación, ahorita puedes ir a casa y ver a tu madre, no corre algún peligro pues tú sentido del olfato aún no está desarrollado. — dijo Carl

Steve lo miró y lo tomó de las manos. — Vayamos a casa, tienes que ver a tu mamá. — dijo steve

Aldo miró a steve y tomó su mano, caminaron a la orilla del bosque, steve se detuvo y Aldo lo miró.

— Porque te detuviste? — preguntó Aldo.
Steve giró y lo miró. — Unas carreritas de aquí a tu casa a ver quien llega primero? — lo dijo retándolo.

Aldo sonrió y lo miró. — Te veo allá. — Dijo mientras salía corriendo veloz mente hacia el bosque, steve lo miró con ojos de asombro y salió detrás de él.

Aldo corría por todo el bosque, podía sentir la velocidad en sus pies, mientras corría observaba todo lo que había a su alrededor, steve se emparejó y lo miró.

— Que veloz eres, pero no podrás ganarme. — dijo steve dejando detrás a Aldo.

Aldo lo miró y corrió aún más veloz que Steve, le pasó por un lado dejando muy atrás, Aldo se acercó al Barranco del bosque que daba atrás de su casa y brinco alto. Steve se frenó y miró como Aldo saltó hacia la terraza de su casa. Este cayó y se puso de pie, se giró y miró a su novio parado en el Barranco.

— Te gané. — dijo Aldo sonriéndole
Steve sonrió y saltó hacia la terraza. Se acercó a Aldo y lo tomó de la cintura. — Me deje ganar. — dijo steve sonriendo.

La camioneta de la Señora Gina entró a la cochera y Aldo volteó para ver.

— Ya llegó mamá, tengo que ir a recibirla— dijo sonriendo.
Steve lo detuvo. — Aldo espera. — dijo algo serio

Aldo se detuvo y lo miró. — Qué pasa? — preguntó
— Antes de que veas a tu madre debes de ocultar tus ojos, recuerda que son rojos. — dijo steve
— y como hago eso? Yo puedo hacerlo? — preguntó Aldo.
— Claro que puedes, cierra tus ojos y respira hondo, concéntrate y recuerda el color de tus ojos cuando eras humano. — dijo steve

Aldo cerró los ojos y recordó el color de sus ojos.
— Ábrelos despacio y suelta el aire. — dijo steve

Aldo abrió los ojos y sus ojos eran color miel otra vez, pues era un don que tenían todos los vampiros.

— Listo, tus ojos ahora son como los del Aldo de antes. — dijo steve

Aldo camino hacia la ventana de su cuarto y se miró para ver sus ojos, notó que su volvieron hacer del color que tenía antes.

— Pero volverán hacer rojos? — preguntó
— Si, el color vuelve cuando te pongas de malas o vayas a cazar. — dijo Steve sonriendo.

Aldo bajó hasta la sala para esperar a su madre y a los enanos que venían de Monterrey, la puerta se abrió y la señora Gina entró.

— Vaya que sorpresa, pensé que no estabas. — dijo la señora mientras abrazaba a Aldo.

Gina se quedó callada pues al abrazar a Aldo sintió que estaba algo helado.

— Pero que helado estas, pareciera que estas muerto. — dijo algo sorprendida.

Aldo miró a Steve, pues Aldo no sabía cómo regular su temperatura.

— Estaba en el bosque y estaba algo helado por eso estoy algo helado. — dijo Aldo sonriendo

— Pues deberías salir un poco más al sol, mírate estas súper pálido, como si no hubieras comido. — dijo Gina.

Aldo se quedó mirando a Steve, sabía que sería difícil vivir en casa de su madre siendo un Vampiro, Aldo subió a su habitación y se aventó a la cama tapándose la cara, en verdad sería súper difícil ser un humano.

— No te acongojes, llevas un día siendo un vampiro, debes saber comportarte como humano, no creo que se te haya olvidado. — dijo steve

— Todavía ni está terminada mi transformación, no he bebido sangre y por eso no la puedo oler. — dijo Aldo.

Steve se sentó en la cama y se puso a un lado de él, tomó su mano y lo miró.

— Hoy saldremos, será tu primera caza. — dijo steve

— A donde iremos? — preguntó Aldo
— No comas ansias, iremos a otro condado. — dijo steve.

Aldo lo miró y sonrió, sabía que steve tramaba algo. La noche cayó y Aldo se alistaba para salir esa noche con los demás, pues sería una noche especial ya que sería la primera vez que Aldo cazara como un vampiro.

— Creo que ya estoy listo. — dijo Aldo mirándose al espejo.

Salió de su habitación y camino hacia la escalera para bajar y llegar a la sala, su madre no estaba, salió de su casa y camino hacia el bosque, miró hacia todos lados y salió corriendo velozmente pues tenía que llegar a la casa de Steve donde ya lo estaban esperando.

— Ya está todo listo, solo falta que llegue. — Aldo salto del árbol y cayó enfrente de Steve y Chris. — Olvídalo ya llegó. — dijo chris sonriente

— Están listos chicos? — preguntó Aldo
— Si, solo te estábamos esperando a ti. — respondió Chris.
— A donde irán? — alguien preguntó detrás de ellos
Todos voltearon a ver a la persona que habían dicho eso y miraron a Thiago en la orilla del bosque.

— iremos a un bar del condado de Ferry. — respondió Aldo.

— Vaya gpi. — dijo Thiago.

— Pues vamos, no perdemos nada con que vaya alguien más. — dijo Aldo

Steve puso una cara de pocos amigo pues no le agradada la idea de que Thiago fuera con ellos al bar.

— Pues vamos, hoy es noche de chicos. — respondió Thiago.