Demasiado tarde. - 131

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Aldo y Jerónimo llegaron ala casa, Gina estaba sacando la basura cuando miró que Aldo venía cargando a Jake, se asustó y corrió hacia donde estaban ellos.

— Pero que le pasó? — preguntó asustada
— Tal vez un animal lo atacó mamá, porfa ve por el botiquín de emergencias en lo que llevamos a Jake a mi cuarto. — dijo Aldo

Gina entró corriendo ala casa para buscar el botiquín, mientras que Aldo cargaba a Jake y lo subió rápido a su cuarto, poco a poco lo acostó en la cama y comenzó a quitar su playera que estaba llena de sangre. Aldo miró las heridas, no eran tan graves pero las tenía que curar. — Solo fueron unos rasguños y una que otra herida grande, te voy a cuidar. — dijo Aldo

Gina entró al cuarto y le dio el botiquín a su hijo, Aldo empezó a sacar varias cosas para curar las heridas de Jake. — Esto te va arder un poco. — dijo Aldo antes de rociarle algo de Alcohol a Jake.

Al poco tiempo terminaron de curar las heridas de Jake y este se quedó dormido por la pastilla que le dieron. Aldo estaba a un costado de el. Miraba como dormía, tocó su rostro y se agachó a verlo. — Ahora yo te salve a ti. — dijo Aldo mientras acariciaba el cabello chino de Jake.

Jerry tocó la puerta del cuarto de Aldo y la abrió. — Hermano, te habla mamá. — dijo Jerry. — Enseguida voy chaparro. — respondió
Aldo se puso de pie y salió del cuarto para ir a la cocina donde estaban todos reunidos, Aldo abrió grande los ojos al ver a todos en la cocina tomando café con galletas.

— O sea, hacen una reunión con mi mamá y a mi no me invitaron. — dijo Aldo
— Pues estabas allá arriba con tu galán por eso no quisimos decir nada. — dijo Regina
— Con tu que? — preguntó Gina. — Y a todo esto, ¿Donde está Steven? — preguntó Gina.
Aldo agachó la mirada y pasó saliva. — Pues en realidad, todos quisiéramos saber dónde está? Se fue sin decir nada y pues al parecer ya no le importo. — dijo Aldo

Chris y Giselle se voltearon a ver, pues al parecer Aldo ya sabía que steve no quería volver a saber nada de él.
— Bueno, no vamos a ponernos triste por gente que no está, aquí estamos los que debemos estar. — dijo Thiago
— Quieres café hijo? — preguntó Gina
Aldo respondió si moviendo la cabeza, Jerónimo se acercó a Aldo y le tocó el hombro.

— No debes preocuparte por eso aldo, sabes cuando los cantú estuvieron en España por el juicio. No había día que Steve no pensara en ti, me quedó muy en claro que ese muchacho te ama como loco, tal vez solo están pasando por un mal momento, dale su tiempo y verás como el amor triunfará una vez más. — dijo Jerónimo sonriéndole.

Aldo lo miró. — Pues espero que en realidad pase todo eso, pero la realidad es que él ya no quiere saber nada de mi, yo entiendo si quiere hacer su vida con alguien más, yo estaré bien sabes, pero duele y no sabes como. — dijo mientras limpiaba las lágrimas de su cara.

Steve estaba sentando mirando la lluvia caer frente a la ventana, pues no dejaba de pensar en el amor de su vida. Mike caminaba hacia la cocina cuando vio a Steve sentado frente a la ventana, sabía que extrañaba en el fondo a su novio.

— Solo espero que no me dejes de amar. — dijo steve.
— Porque no vas y arreglas todo eso Steven. — dijo Mike tras de el.

Steve lo miró. — Porque no se si aún me ame como yo lo amo. — respondió
— Deja el orgullo atrás y ve por aquel chico que te robó el corazón. — dijo Mike
— Crees que aún me ame? — preguntó
— Pues si no te apuras, alguien más logrará enamorarlo y te vas a quedar bailando. — dijo

Los chicos se marcharon a su casa y Aldo subió a su cuarto, quitó sus botines y los acomodo, camino hacia la ventana y miró la luna, se quitó la camisa y la dejó en el sillón, camino hacia el baño pues tomaría una ducha.

Steve miraba la luna después de la tormenta.
— Tu que lo ves dime si aún siente algo por mi. — dijo steve mientras limpiaba sus lágrimas.

Steve cerró sus ojos y la luna lo iluminó, le enseñó todo lo que había pasado después de que él se había ido. Cuando Aldo leyó su carta, cuando salió corriendo al bosque en medio de la tormenta, cuando cayó al Barranco, cuando se encontró con Jake y le dio un abrazo. Steve abrió los ojos. Las lágrimas salieron. — Quien es el? — le preguntó a la luna.

Aldo salió de la ducha con su bóxer y en una playera larga de tirantes, se acostó a un lado de Jake y no dejaba de mirar a la Luna. La luna lo iluminó y Aldo cerró los ojos. En aquel flash pudo ver como Steve se iba de Douglas para el aeropuerto de Washington, cuando llegó a Londres, cuando habló con Giselle, cuando miraba la lluvia caer por la ventana, cuando Steve abrió los ojos y miró que estaba llorando. Aldo abrió los ojos y sintió muchas ganas de llorar pero no quería derramar ni una lagrima más. — Buenas Noches Steve. — dijo Aldo.

Aldo al poco tiempo quedó dormido pero Jake se había despertado, no dejaba de ver el cuerpo casi desnudo de Aldo. Sus ojos brillaban con la luz de la luna. Levantó su mano y comenzó a recorrer su cuerpo lentamente acariciando todo su cuerpo.

— En verdad no sabes cuantas ganas tengo de hacerte el amor, te quiero hacer sentir que eres amado, que no dudes nuca más del amor, que te sientas seguro a mi lado y que seas feliz por fin Aldo. — dijo Jake mientras se acurrucaba al cuerpo de Aldo.

Giselle había visitó todo. Abrió los ojos grandes, sabía que Jake empezaría a luchar por el amor de Aldo. Mientras que steve seguía desaparecido.

— Espero que cuando decidas volver no sea Demasiado tarde. — dijo Giselle viendo a la luna.

The Last Black MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora