Sing it whit Me. - 108

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— Te llamas Aldo, ¿Cierto? — preguntó Franco mirándolo a los ojos.
— Si. — respondió. — Pero ¿cómo es que te sabes mi nombre? — Preguntó curiosamente.
Franco sonrió y lo miró. — Lo vi en tu libreta. — respondió.
Aldo sonrió y se sonrojó. Durante el descanso los chicos platicaban y Franco les contaba un poco sobre el, pues el chico nuevo tenía que presentarse con el Crew de la Facu de Douglas.

— A ver, entonces vienes de Los Ángeles porque tus padres son arquitectos, vienen a un proyecto aquí a Douglas y es por eso que cambiaron de escuela por el trabajo de tus padres. — preguntó Yoss.

— Si, así es como pasó, por eso estoy aquí. — respondió.
— Pero te gusta el frío? — preguntó Fer
— Amm, no es muy de mi agrado el clima frío pero lo puedo tolerar hasta cierto punto. — respondió.
— Huy hermano pues espero que hayas traído abrigos gruesos porque te mudaste a la ciudad más fría de todo Washington. — dijo Chris.
— Es cierto y estamos a pocos meses de que llegue la temporada de frío. — dijo Gely.

Aldo miró a la ventana y cerró sus ojos, pues podía sentir como la temperatura de su cuerpo cambiaba, ahora era cálido, pues tenía que tener cuidado con los chicos.

El descanso había acabado y faltaba solo una clase para salir del primer día de clases. Todos regresaron al salón. Aldo tomó asiento y miró a la ventana, una de las chicas del salón al grapar unos hojas de apuntes se grapo uno de los dedos, la sangre comenzó a escurrir, el aroma de la sangre llegó a la nariz de Aldo, este giró y miró como escurría la sangre de su dedo por todo el brazo, Aldo apretó él mesa bancó y cerró los ojos pues era una gran tentación, Aldo se puso de pie y salió corriendo del salón mientras cubría su nariz. — Pero que diablos le sucede a Aldo, porque salió corriendo así? — preguntó Yoss.

Chris no lo pensó y salió detrás de el, pues sabía que estaba pasando por un momento algo fuerte pues el aguantar la sed de beber sangre humana en sus primeros meses como Neonato era algo difícil para El.

Chris entró al baño de hombres y miró a Aldo recargado en los lavamos mientras mojaba su rostro. — ¿Está todo bien? — preguntó algo preocupado. Aldo subió la mirada y pudo verlo por el espejo del baño. — Estoy bien, tenía que salir de ahí lo más rápido que podía, pues el olor a sangre me estaba carcomiendo por dentro, tenía ganas de beberla. Pero me contuve a tiempo. — dijo Aldo

— Eres fuerte. — respondió. — Los neonatos en sus primeros meses son rebeldes e incontrolables, hubieras matado a Georgiana. — dijo Chris.

Aldo hizo una mueca y salió del baño para incorporarse a clases, pues no faltaba mucho para terminar el primer día. Aldo entró al salón y camino hasta su lugar, tomó asiento y jalo un poco de aire, Franco no podía dejar de verlo, pues parecía algo preocupado por el. — ¿Estas bien? — preguntó. Aldo giró y miró a Franco. — Si, todo bien, solo es que algo me tuvo que haber caído mal. — respondió. — Pero casi no comiste, pero bueno espero que te recuperes pronto. — le regaló una sonrisa.

Las clases terminaron y Aldo comenzó a guardar varias de sus cosas en la mochila, poco a poco comenzaron a salir todos del salón y fueron a sus casilleros, Franco estaba en el pasillo al parecer no encontraba el casillero que le habían designando.
— Todo bien? — preguntó Aldo
Franco lo miró y se acercó a él. — Hola, no encuentro mi casillero. — le mostró el papel con el número del casillero, Aldo lo tomó y miró que era un casillero a lado del suyo. — Está a lado del mío ven yo te digo donde está. — dijo amable mente

Los 2 caminaron hasta los casilleros y Franco pudo dejar sus cosas en el suyo, Aldo comenzó a guardar todo cuando alguien lo tomó por la cintura.

— Como te fue en tu primer día? — preguntó
— Steve me asustas. — dijo algo asustado. — Nos fue bien, ya salimos, las clases han terminado. — dijo sonriendo.

Steve miró a Franco y él giró y lo miró a él. Aldo notó que steve estaba mirándolo. — Ah te voy a presentar a mi nuevo compañero de clases, se llama Franco. — dijo Aldo.
— Hola, un gusto conocerte. — dijo Franco dándole la mano a Steve.
Steve lo miró y le dio la mano. — Hola, soy Steve, Novio de Aldo. — respondió.

Franco sonrió y cerró su casillero. — Nos vemos mañana Aldo. — dijo Franco yéndose caminando por el pasillo. — Nos vemos Franc, hasta mañana. — respondió Aldo.

— Amor, aún no terminan mis clases, me faltan 2, te parece si te veo en la tarde en tu casa o vamos a cazar en el bosque. — dijo steve

— Nos vemos por la tarde ya que hayas terminado tus clases miamor. — respondió. Steve le dio un beso y recargó su frente con la de Aldo. — Te amo y no sabes cuanto, cuídate mucho amor. — le susurró al odio.

— Te amo más mi vida, nos vemos en un rato. — dijo Aldo.

Steve camino por el pasillo para ir a su salón de clases, mientras que Aldo seguía acomodando sus cosas en el casillero.

Franco salió del campus caminando, se dirigía a su casa, caminaba con sus AirPods escuchando una y otra vez la canción de Teenage Dream, Aldo salió del campus para dirigirse a sus casa, a lo lejos miró que iba Franco caminando, aceleró y se emparejó a un lado de él para ver a donde iba.

— ¡Franco! — dijo Aldo
Franco giró y miró a Aldo en su camioneta, se quitó los AirPods y se acercó. — ¿vas para tu casa? — preguntó Aldo. — Si, de hecho llevó la ubicación en mi celular porque no recuerdo bien aún la dirección. — le enseñó su celular para que viera la ubicación. — Hey! Es una calle antes de mi casa, súbete yo te llevo. — dijo Aldo sonriendo.

Franco subió a la camioneta de Aldo y se fueron directo a las casas. — Que escuchabas en tus AirPods? — preguntó Aldo

— Oh Katy Perry. — se sonrojó. — amo mucho sus canciones. — lo miró.

Aldo lo miró y sacó su celular.

— Oye Siri, Reproducir Katy Perry en Spotify. —

Reproduciendo canciones de Katy Perry en Spotify

La canción de Teenage Dream comenzó a sonar en la camioneta de Aldo, Franco miraba cómo cantaba, pues también era súper fan de Katy Perry, Aldo lo miró. — ¡Hey! Sing it with me. — dijo Aldo.

Let's go all the way tonight, No regrets, just love we can dance, until we die. You and I, will be young forever. — Cantaban a todo pulmón de viaje a casa.

La canción terminó y llegaron a la casa de Franco. — Bueno es aquí donde vivo. — dijo apuntando a la casa.

— Bueno, cuando ocupes que te dé un aventó a tu casa me lo puedes decir con toda confianza. — dijo Aldo sonriéndole.

Franco lo miró. — Muchas gracias Aldo. — exclamó Franco.

Bajo de la camioneta y camino directo hacia su casa, Aldo avanzó y se fue directo a la suya. Franco entró a su casa y dejó la mochila en el recibidor.

— Hola, ya llegue, ¿hay alguien en casa? — preguntó franco.

— Franco? Estoy en la cocina. — dijo su madre.
Franco camino hacia la cocina y miró a su madre preparando la comida. — Hola Madre. — dijo Franco
— Hola hijo, cuéntame como te fue en tu nueva escuela? — Preguntó su madre.
— Bien ma, me fue súper bien, creo que el grupo más popular de la facultad me habla. — dijo Franco
— Entonces ya tienes amigos? — preguntó su madre.

— Pues los acabo de conocer, son muy lindos y buena onda, todos son muy amables y de echo uno de ellos vive en la cuadra que sigue, me dio un aventó a la casa ahorita que salimos. — dijo Franco

— Y como se llama el joven? — preguntó.
— Aldo.— dijo franco con un suspiro.

The Last Black MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora