Haz lo tuyo. - 103

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Los chicos salieron corriendo hacia el condado de Ferry para llegar a uno de los bares más importantes en el cual, asistían muchas personas. Aldo estaba listo para hacer su primera caza, la que le serviría para terminar su transformación de humano a vampiro. Al poco tiempo, los chicos llegaron al bar, solo faltaba Steve que se había quedado atrás.

— Donde está Steve? — preguntó Aldo
— Se quedó atrás, pero tiene que llegar. — respondo Christian

Los chicos entraron y miraron que el bar estaba lleno, uno de los meseros les dio una de las mesas que estaba pegada a la pista.

— Buenas noches, mi nombre es Lu y yo seré su mesero esta noche, ¿Están listos para ordenar? — preguntó el mesero amablemente.

— Aún estamos esperando alguien pero si gustas tráenos una cubeta de cervezas por favor. — dijo Chris.

— Yo quiero una Margarita de mango. — dijo Aldo
— Muy bien, una margarita de mango para el joven y una cubeta. — respondió el mesero.

El ambiente del bar está agradable, la música sonaba y la gente bailaba, Steve entró al bar y comenzó a buscar la mesa en donde estaban los demás, se acercó y se puso a un lado de Aldo.

— Hasta que llegas, donde diablos estabas? — preguntó Aldo.
— Quería tomar un poco de aire antes de entrar. — respondió mirándolo a los ojos.
— Toma Steve. — Chris le dio una cerveza. — para que vayas entrando en ambiente.

Steve destapó la cerveza y le dio un gran trago, Aldo lo miró asombrado, jamás había visto beber alguien tan rápido la cerveza.

Al otro extremo del bar, estaba un grupo de chicos sentados en una mesa, uno de ellos miraba detalladamente a Aldo. No podía dejar de verlo pues su belleza lo tenía cautivado.

— Por lo que veo ya viste al chico del chaqueta roja. — dijo uno de los chicos de la mesa.
— Si, hay algo en el que me atrapó y no lo puedo dejar de ver. — respondió
— Porque no lo invitas a bailar? —
— No cómo crees, tal vez y venga con su pareja y no lo quiero incomodar. — dijo el chico
— Haz tú el intento. — respondió

Aldo le dio el último trago a su bebida, dejó el vaso en la mesa. — Tengo que ir al baño. — les dijo a los chicos y se fue caminando directo hacia los baños del bar. El chico de la mesa miró que se dirigía a los baños y se puso de pie para ir detrás de él.

Aldo llegó al baño y camino al mingitorio y comenzó a orinar, el chico de la mesa camino y se puso a un lado de él. Al poco tiempo Aldo terminó y fue directo a lavar sus manos.

— Hola. — dijo alguien detrás de Aldo.
Aldo levantó su mirada y por el espejo miró a un chico detrás de él. — Hola. — respondió el saludo.

— Te has de preguntar quién ese este tipo, pero desde hace rato te estuve observando y quería hablarte pero tenía muchos nervios. — dijo el chico

— créeme que si lo noté — se rió — era imposible no sentir tu mirada sobre mi. — dijo Aldo

— Que pena — se sonrojó — pero que grosero, me llamo Erick. — le dio la mano. —

Aldo lo miró y levantó su mirada. — No te has lavado la mano. — dijo Aldo sonriendo.

— Perdón. — se sonrojó. —

Los 2 salieron caminando del baño y Steve a lo lejos lo miró, no pudo contenerse y fue directo hacia donde estaban ellos. — A donde vas? — preguntó Chris.

Aldo llegó a la mesa junto con Erick y se los presentó. — Ya vine, oigan les presento a Erick. — dijo Aldo

— Hola, un gusto chicos. — respondió Erick

Steve miró a Erick con una cara de pocos amigos, era obvio que ese chico no tenía intenciones buenas con Aldo.

La noche seguía y los chicos seguían tomando y bailando en el bar, Aldo salió del bar porque se sentía algo mareado y quería tomar un poco de aire. Erick al no verlo salió a buscarlo fuera del bar y lo miró recargado en una de las camionetas que estaban estacionadas allí.

— Hey, ¿Todo bien? — preguntó Erick
Aldo giró y lo miró parado a un costado de él. — si todo bien, me sentía algo mal, al parecer me están pegando las bebidas. — respondió

Erick camino hacia donde estaba Aldo, se puso a un lado y lo miró. — Sabes, eres muy lindo. — dijo mirándolo. — Gracia. — le respondió con una sonrisa.

Erick al verlo, lo tomó de la cintura y le dio un beso, ese beso se prendió, Erick bajo sus manos y comenzó a tocar las nalgas de Aldo, los gemidos de placer se escucharon y Aldo se separó.

— Vayamos al bosque, ahí nadie nos verá, quiero cogerte. — dijo Erick algo excitado

Los 2 caminaron al bosque hasta llegar a un tronco, Erick se sentó y bajo el cierre de su pantalón, se sacó su pene y comenzó a masturbarse. — Quiero que me lo mames. — dijo con una voz excitante

Aldo camino hacia él y se arrodilló para comenzar a mamarle el pene, lo tomó con sus manos y lo comenzó a jalar, poco a poco se lo metió a la boca para comenzarlo a chupar, Erick solo gemía de placer pues nadie le había hecho un oral tan rico.

— No lo dejes de mamar, sigue — dijo
Aldo levantó su mirada y sus ojos se volvieron rojos, pues era el momento de hacer la primera caza.

— ¿Estas listo? — preguntó Thiago desde lo oscuro
Aldo lo miró, Thiago corrió y se puso detrás de Erick, tomó sus manos y lo sometió.

— ¿Que está pasando aquí? — preguntó algo temeroso.
— Haz lo tuyo Aldo. — dijo Thiago

Aldo miró a Erick con esos ojos rojos que se volvieron encantadores, no lo pensó 2 veces y mordió el pene de Erick. Un grito desgarrador se escuchó por el bosque pues Aldo succionaba la sangre de Erick.

Thiago miraba como poco a poco Erick se quedaba sin vida. Aldo se puso de pie con la boca llena de sangre, la luna se tornó de color negra. Pues la transformación de Aldo estaba completa.

Aldo podía sentir como su cuerpo cambiaba, sentía mucha fuerza en sus manos, podía escuchar miles de sonidos que había a su alrededor y sin faltar que podía oler los miles de tipos de sangre.

— Ahora si, la transformación está completa. — dijo Thiago frente a él.

The Last Black MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora