Las consecuencias de los Actos. - 123

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Renato llegó a la oficina donde trabajaba, bajo de su auto y camino hacia la entrada, la chica de recepción lo miró que venía caminando hacia la entrada y tenía instrucciones claras por parte de la Señora Gina. Renato entró y la chica se acercó.

— Bueno días licenciado, la Señora Gina lo está esperando en su oficina. — dijo
— Gracias. — respondió
Renato sabía que Gina seguía molesta por lo que había pasado aquella noche, sin pensarlo camino hacia la oficina de la Señora Gina, se detuvo y soltó el aire pues sabía que algo bueno no pasaría.
Tocó la puerta. — Pásale, está abierto. — dijeron de adentro
Renato entró a la oficina y cerró la puerta
— Buenos días, me dijeron que me quería ver — dijo Renato.
— Toma asiento Renato. — respondió Gina

Renato tomó asiento y la miró, Gina lo miraba fijamente.
— Me imagino que sabes porque estás aquí verdad. — preguntó.
— Lic, si fue por lo de ayer déjeme. —
— No me interesa escuchar tus excusas, te di mi confianza, te abrí las puertas de mi casa y así es como tú pagas? Con qué derecho entras a mi casa y acosas a mi hijo? — preguntó.

Renato solo agachó la mirada, pues sabía que Gina estaba molesta, no sabía cómo defenderse pues las tenía de peder contra ella.

— Lo siento mucho, pues desde que conoció a Aldo se me hizo algo atractivo, siempre quise poder salir con él y entablar una amistad o quizás una relación. — respondió

— Como puedes decir eso, sabias que mi hijo tenía a su novio, es más chico que tú, le llevas 6 años Renato. — dijo molesta

— Yo se lic. pero todo se salió de las manos, me gusta mucho y no pude controlar mis impulsos. — dijo Renato

— Eso lo que hiciste es imperdonable, violaste mi confianza y tocaste a uno de mis hijos, por eso te voy a pedir que vayas a tu oficina y juntes tus cosa porque a partir de hoy dejas de ser mi asistente, quedas revocado de tu puesto Renato. — dijo Gina poniéndose de pie.

Renato abrió grande los ojos y se puso de pie, se acercó a ella. — Por favor lic no me corra de mi puesto, no tengo otra forma de sobrevivir. — dijo algo preocupado.

— Los actos siempre tienen una consecuencia y esta es la tuya. — respondió

Renato la miró y salió de su oficina, camino hasta la suya y cerró la puerta. Cerró los ojos y apretó los puños pues estaba molesto por lo que había pasado.

— Esto no se va quedar así. — dijo Renato molesto.

Thiago bajo a la sala de la casa de Aldo pues estaba esperando que llegara Chris. Thiago fue a la cocina y tomó un vaso de agua, al poco tiempo llego chris y tocó la puerta, Thiago escuchó y camino velozmente para abrir la puerta. — Vaya hasta que llegas. — dijo Thiago.
— Lo siento, tenia unos pendientes que resolver, pero donde está Aldo? — preguntó
— Sigue arriba, está dormido, creo que lo mejor sería que lo dejáramos descansar. — respondió

— Pero estás seguro que Steve se fue? Porque luego se pelean pero Cantu no se aparece. — respondió chris
— Aldo fue lo que me contó, nosotros escuchamos como se pelearon y lo que se dijeron, solo cuando me encontré a Aldo en el bosque estaba destrozado porque Steve se había ido, dejo una carta donde se despedía de él. — dijo Thiago

— Bonito momento se le ocurrió a mi primo para irse, sabiendo que tenemos a un cazador aquí y todos corremos peligro. — dijo chris
— Pues ahora tendremos que luchar los que quedamos y también ayudar a Aldo pues creo que estará algo difícil que salga de este. — dijo Thiago.

El avión donde Steve viajaba acababa de aterrizar en el aeropuerto de Londres, al poco tiempo todos los pasajeros comenzaron a bajar del avión para ir por sus maletas, steve tomó la suya y comenzó a caminar para llegar a la salida. Tomó un taxi y se fue directo a donde lo llevaba la ubicación.

La ciudad de Londres era hermosa, steve contemplaba su belleza por la venta del taxi en el que viajaba. — Estamos a 2 calles de su destino joven. — dijo el taxista
— Si gracias. — respondió Steve

El taxi se detuvo en una casa y Steven bajo, miró la casa y camino hacia la entrada, llegó a la puerta y tocó 3 veces. La puerta se abrió
— Hola. — dijo Steve
— Steve, pero que gusto de verte acá. — dijo alguien súper emocionado al verlo.

— Para que veas que nuca se olvidan a los amigos Mike. — dijo Steve.

Mike, es el mejor amigo de Steve desde que eran niños, tenía mucho tiempo que no se miraban desde que el patito de Douglas.

— No sabes el gusto que me da verte de nuevo, pasa estás en tu casa amigo. — dijo Mike.

La hora de ir a la escuela había llegado, Aldo se despertó y salió de la cama, entró a la ducha pues sabía que faltaban pocos días para la graduación. Aldo entró a la ducha y comenzó a bañarse.

Los demás chicos se alistaban para ir a la escuela pues faltaban 2 meses para la graduación. Aldo comenzó a vestirse, no tenía ganas de salir pues sabía que ya no vería al amor de su vida en el campus.

Al poco tiempo salió de su casa rumbo al campus, todo el camino no dejaba de pensar si Steven estaba bien. Tomó su celular y decido llamarlo pero el celular sonaba apagado. Las lágrimas comenzaron a salir. Aldo limpió las lágrimas pues estaba apunto de entrar al campus. Una tormenta se acercaba al condado, los chicos comenzaron a correr hacia los edificios pues no tardaba en llover, Aldo llegó al estacionamiento y bajo sus cosas, camino por el pasillo y miró a todos sus amigos en los casilleros reunidos. Aldo no se detuvo y entró directo al salón. Todos giraron para verlo.

— En verdad la está pasando mal. — dijo Regina
— Esperemos que Steve llegue pronto. — dijo chris mientras se recargaba en el casillero

Todos comenzaron a entrar al salón, franco miró entrar a Aldo y miró que venía con una cara de pocos amigos.

— Hola, todo bien? — preguntó
Aldo subió su mirada. — si todo bien, buenos días. — respondió.

Franco se quedó callado al ver que Aldo no tenía ni las mínimas ganas de hablar con alguien. Las clases comenzaron y el profe comenzó hablar sobre el tema, Aldo miraba hacia la ventana mirando el bosque, sabía que Steve podría estar ahí.

— Joven Barquín, podría decirme si lo que está allá fuera es más importante que la clase que le estoy impartiendo. — dijo el profe

Todos giraron a ver a Aldo y él seguía mirando hacia fuera, Thiago estaba aún lado de él y tocó su mano. Aldo giró y lo miró, Thiago le señaló que el maestro le estaba hablando.

— Joven Barquín le hice una pregunta. — dijo el maestro.

— Perdón, no estaba poniendo atención. — dijo Aldo
— Eso ya me di cuenta, necesito que ponga atención a la clase o le voy a pedir que salga del salón si no le importa mi clase. — dijo el maestro.

Aldo lo miró y tomó su mochila, se puso de pie y salió del salón, Thiago lo miró y fue tras de él. Aldo salió corriendo del edificio y camino hacia hasta su camioneta. Abrió la puerta y aventó su mochila, salió corriendo hacia el bosque, los truenos comenzaban a sonar pues la tormenta estaba por llegar, Aldo llegó al bosque y se detuvo en medio.

— ¡STEVEEEEEEEEEE! — grito mientras caía de rodillas.

The Last Black MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora