3. El gato del guardia.

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Cada vez que el rey está ocupado o sin sus ojos encima de Rou, él se escapa a despejar su mente en el gran jardín de rosas con el pequeño gato que adoptó como suyo. Se sentó en el pasto mientras miraba los colores de las rosas muy pensativo, aquél felino se acurrucó en las piernas de él mientras soltaba unos ronroneos y bostezo. Rou al percatarse del pequeño acarició suavemente su pelaje negro reluciente y jugaba con aquellas patitas que al presionarla sus garras saltaban. Todo estuvo tranquilo a su alrededor, el rey no lo molestaría por un largo rato ya que hoy tenía una reunión importante, aunque fuera el que debía estar acompañándolo en todo, su secretario estaría ahí, así que no sería tan necesaria su presencia.
Detrás de Rou se escuchó el crujido de una rama frágil romperse, cuando volteó asustado vió a un joven muchacho de rubios cabellos rizados y ojos azules parado y con una expresión de sorpresa. —¿Quién eres? ¿Qué quieres?— Preguntó Rou poniéndose a la defensiva, no era normal que un empleado del rey esté merodeando por ahí. 

—Me llamo Clear, soy un guardia del rey. Fui aceptado a trabajar hace unos días dentro de los muros.— Dijo el chico sonriendo incómodo mientras pellizcaba la piel de sus labios. —Yo... Solo tuve curiosidad, así que me acerqué a usted y pude ver que tiene a mí pequeño gato, siempre se escapa y desaparece por horas, ahora sé porqué.— Rou se sorprende al enterarse que el gato que adoptó y con el que tanto se encariño tenía dueño. —Lo siento, ¿te causó problemas?— Insistió el muchacho en tener una conversación con Rou, pero él no respondió, bajó su guardia y continuó acariciando al pequeño animal. —Bueno, entonces me lo llevaré. Hace mucho que lo buscaba, pensé que lo habían sacado del reino.— Dice eso mientras levantaba al animal. El gato entierra sus garras en la ropa de Rou mientras maullaba como si lo estuvieran matando. —Oh, Lizzie. Estás haciendo un drama.— Lo separa a la fuerza cuando se da cuenta que el gato arañó y rajó parte de la ropa de Rou. —¡Ah! Lo siento tanto.

—Está bien.— Dijo Rou siendo obligado a hablar por la situación. Clear se sorprendió soltando al gato, y el animal volvió a subir a sus piernas.

—Me parece que le gustas mucho.— Se arrodilló a su lado mientras miraba al gato, con esperanzas de tener una conversación más larga con Rou, pero no sabía qué decir. Nada se le ocurría para cambiar el ambiente incómodo.

—¿Se llama Lizzie?— Pregunta mirando unos segundos a los ojos celeste de Clear, mientras movía su mano acariciando al animal.

—Sí. Yo lo llamé así. ¿Le pusiste otro nombre?— Rou negó con la cabeza volviendo al silencio. —¿Cómo lo llamabas?— Clear siguió con el tema para que no se perdiera ni un segundo de escuchar su voz.

—Solo lo llamaba gatito.— Dijo pensativo, jamás pensó en ponerle un nombre decente así que se avergonzó. Al contrario, Clear se sonroja al ver la tierna reacción y respuesta de Rou.

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Así fue como inició una amistad entre Rou y Clear. Ambos tuvieron una charla de cualquier cosa que vieran a su alrededor, se sintieron tan cómodos con la presencia del otro que olvidaron la hora.
Por otro lado, luego de tomar una ducha el rey esperó a Rou en la cama, pero él nunca apareció. Su paseo por el jardín estaba tomando mucho más tiempo, pensaba el rey levantándose. Se acomodó la ropa y salió de su habitación enfurecido.

—¡No puede ser! El rey me matará, ya he pasado mucho tiempo aquí, será mejor que me vaya.— Dijo Rou con una expresión aterrorizada. —Adiós Clear, adiós Lizzie.— Se despidió apresuradamente entregando el gatito a Clear.

—Oh, realmente puedes quedarte con Lizzie.— Los ojos de Rou brillaron al escucharlo decir eso.

—¿Qué? ¿ya no la quieres?

—Sí, aún la quiero pero, no tengo mucho tiempo para estar con ella y veo que está bien. No me molestaría que se quedara contigo.

—¿En serio? ¡Muchas gracias!— Dijo muy emocionado, sonrió agarrando nuevamente al animal y abrazó a Clear, eso hizo que el se sorprendiera demasiado.

—Aquí estabas, Rou.

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