5. Los límites de la lógica.

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Clear se sorprendió al escucharlo mencionar que el rey era el dueño de todas esas heridas y golpes provocadas en su piel. No podía creerlo, pero viendo el miedo que Rou presentaba no cabía ni una duda. Se limitó a abrazarlo para que no sintiera frío, Rou apoyó su cabeza en el pecho de él mientras no paraba de soltar lágrimas mirando hacia la luna. -¿Si me crees?- Dijo temeroso limpiando su rostro con las manos.

-Claro que te creo.- Acarició su brazo y suspiró. -Lo siento, no puedo hacer mucho. Solo consolarte.

-No importa, me siento bien con tan solo que me creas.

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Los días seguían pasando, y cada vez Rou estaba más débil. Su salud iba empeorando, ahora estaba sentado en la cama junto al rey que estaba acostado. -No pudimos tener nada últimamente, estoy tan ocupado con el trabajo en el reino y tú has estado enfermo. Extraño tocarte.- Diciendo eso acarició sus mejillas pálidas y sin color. A lo que éste responde con una expresión de desagrado.

-Saldré a tomar aire.- Dijo levantándose y retirándose de la habitación. Caminó rumbo hacia dónde se había encontrado la primera vez con Clear. Ahí estaba él, casi parecía que lo estaba esperando. -¡Clear!- Sonrió agitando su mano para que lo viera.

-Oh, Rou. Qué coincidencia.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Preguntó sentándose a su lado en el colorido pasto.

-¿Yo? Bueno, estaba descansando y jugando un poco con Lizzie. ¿Tú, qué haces aquí? deberías estar con el rey.- Al darse cuenta de que lo que acababa de decir tal vez hiera los sentimientos de Rou, se apresuró a decir: -Lo siento, ¿Cómo has estado? ¿No te volvió a hacer algo, verdad?

-No te preocupes, estoy un poco enfermo así que no ha podido hacerme nada.

-¿Enfermo? ¿Qué es lo que tienes?

-No lo sé, debe ser alguna comida que me cayó mal.- Clear apoya la palma de su mano en la frente de Rou, tomándolo por sorpresa.

-No, no tienes fiebre. Ven, vamos.- Se levanta y sostiene la mano de Rou, para ayudarlo a levantarse.

-Gracias.- Agradeció Rou, confundido y levantándose. -¿A dónde vamos?

-Vamos a hacerte un chequeo médico.

-¿Qué? no quiero.- Gritó sorprendido haciendo un berrinche, pero eso no detuvo a Clear para arrastrarlo.

-No seas terco. Es por tú salud.

Estando ellos en el lugar, los atendió un hombre de cabello blanco con algunas mechas rubias, tenía unos músculos notables. Aún se encontraba en forma, aunque se notaba que tenía sus años. -Bueno, todo está bien. No tienes hinchazón en la garganta ni nada, veamos ahora un poco por aquí. Quítate un poco de tu ropa.- Dice el médico viendo que el muchacho traía demasiada ropa, casi que no se podía mover.

-¿Qué?- Rou se sorprendió por las repentinas palabras del médico, no podía sacarse la ropa. El rey no le permitía siquiera sacarse uno de los 5 abrigos que se ponía. Todo para no mostrar su piel a otros hombres.

-Está bien, no tengas miedo.- Dijo Clear con una voz tranquilizante que parecía la melodía de un ángel. Rou se sonroja totalmente y con timidez se quita su ropa. Dejando al descubierto sus pechos y abdomen, ambos se sorprenden al ver qué el estómago de Rou era algo más grande de lo normal.

El médico se acercó y empezó a presionar su barriga. -¿Te duele si hago así?- Preguntó observando alguna reacción.

-No, no duele. ¿Qué es lo que tengo?- Dijo Rou preocupado.

-¿Dónde te duele?- Menciona el médico viendo que Rou dirige sus manos en su cadera.

-Solo me duele mucho aquí, ¿Es algo malo?- pregunta mirando a Clear que solo observaba preocupado esperando respuestas de qué podría ser.

-Dime qué síntomas has tenido.

-He estado vomitando mucho, algunas cosas que solía comer normalmente ya no me gustan, al igual que los olores que antes llevaba tranquilamente, tengo tanta acidez y me siento muy pesado. De a rato siento mucha hambre o mucho cansancio.

-Ya veo...- Dice el doctor un tanto sorprendido mirando su barriga, aún pensando que eso estaba fuera de sus alcances médicos.

-¿Qué es lo que tiene? ¿Es grave?- Clear impaciente presionaba al doctor para que le dijera algo.

-Es algo difícil de decir, más que usted es un hombre. Pero, tienes los síntomas de una embarazada y no hay lógica ni explicación alguna.- El doctor soltó esas palabras sabiendo que eso siquiera estaba en el alcance de ser real, éste joven iba a ser tomado como un monstruo.

-¡¿Qué?! ¿Embarazo?


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