La sirvienta cayó sobre Rou, a lo cuál éste reaccionó cubriendo su estómago. Clear empujó a la empleada que ocasionó el disturbio y se apresuró a ayudar a Rou, las demás mujeres a su alrededor soltaron lo que estaban haciendo y acudieron a él
—¿Estás bien? ¿No te lastimaste, verdad?— Clear lo ayudó a ponerse de pie, lo miraba preocupado y asustado por alguna lesión que la caída pudiera ocasionar.—Estoy bien, ella no es muy pesada.— Dijo sacudiendo su ropa.
—Lo siento, lo siento por su majestad. Perdóneme.— Suplicó la sirvienta llorando.
Rou volteó su rostro a mirarla, sorprendido por lo que oyó. —¿Cómo me llamaste? ¿Majestad?— La sirvienta se quedó callada con mucho temor, se notó la sacudida en los cuerpos de todas al tener frente a ellos al rey y detrás de él se encontraba Grev.
—Largo.— Dijo el rey resonando su voz por todo el pasillo. Los presentes sorprendidos se inclinaron en una reverencia. —¿No me oyeron? ¡Dije, largo!— Las empleadas se retiraron, quedando ellos solos.
—¿Porqué tú empleada me llamó así? Qué es esa estupidez la que deben llamarme señor, señorito y más. ¿Qué haces? ¿Te parece gracioso?— El rey miró a Rou, y soltó unas carcajadas limpiando sus ojos como si estuviera liberando unas lágrimas de la risa. —¿Qué? ¿De qué te ríes?
Con pasos largos el rey se paró frente a él y acarició su panza. —¿No es obvio? Querida esposa.
—¿Qué? ¿De qué estás... Hablando?— Rou miró a Clear un poco mareado por la confusión.
Él no podría ser la esposa del rey, era un hombre. Por supuesto que era un hombre extraño, pero seguía siendo hombre.
El rey molesto, sostuvo su mentón y con brutalidad giró su rostro para que sus ojos queden fijamente en él.—Tú rey te está hablando. Debes mirarme a los ojos.
—Suelta.— Dijo Clear sin percatarse de sus palabras y mucho menos de a quien se enfrentaba. Grev levantó su espada pinchando la punta de ella contra la garganta de él.
—Baja eso Grev.— Dijo el rey despegando muy lento sus ojos de Clear y dirigiéndose nuevamente a Rou. Grev obediente bajó la espada y la guardó aún manteniéndose a la defensiva por Clear.
—Su majestad no lo entiendo. No estoy entendiendo, no soy una mujer, yo no puedo reinar.— El rey soltó su mentón y llevó su mano a acariciar su frente.
—Tienes a mí primer hijo, ¿Cómo qué no podrás serlo?
—¿Primer hijo? ¿Piensa tener más?
El rey soltó una fuerte risa ante las palabras de Rou y acarició su panza. Clear no se esperaba para nada esa escena, sin poder controlarse su cara hizo unas expresiones de sorpresa, desagrado y tristeza.
—Pero yo...— Rou bajó la voz pensando, su rostro mostraba lo confundido que estaba. Su mano se movía en círculos haciendo masajes en su brazo, al Clear observar sus movimientos agarró su brazo y observó unos raspones sangrientos que tenía ocultando.
—Lo siento por interrumpir, su majestad. Llevaré al señor Rou a que lo revise el médico.
—Esa sucia empleada ¿Te lastimó?
—Fue un accidente, yo me interpuse en su camino.
—Clear, solo llévalo a que lo revisen y cuídalo. Me encargaré de esa inútil mujer.
Rou negó con la cabeza mientras tomaba las manos del rey. —Me interpuse en su camino, no hagas nada. Fui el culpable.
—Es basura si ni siquiera puede hacer bien su trabajo.— Acarició las manos de él y se fue seguido por Grev.
Clear se llevó a Rou a ver al médico, lo desinfectó y limpió. No tenía golpes o heridas graves, pero aún así su rostro estaba pálido y decaído. —¿Te encuentras bien, su majestad?— Preguntó el médico regalándole una manzana. Él solo lo tomó, y relajó su cuerpo.
—No me llames así.
—Bueno, yo no tengo elección.
—Tienes razón, ya nadie la tiene.
—¿Quieres al bebé?
Rou lo miró detenidamente, ¿Por Qué preguntaba eso de repente? —Yo... Sí. Sí, es un bebé después de todo. ¿Verdad? No sé porque me suceden estas cosas tan inusuales.
—Nadie lo sabe, pero te puedo ayudar. He tratado con enfermedades mucho más grandes y peligrosas.
—¿Enfermedad?
—¿Quieres saber más acerca de ti? ¿De tú cuerpo? ¿De lo qué eres?
Rou lo miró extrañado por las preguntas, ¿Él sabía algo más acerca de su embarazo? Fue confuso pero, la curiosidad lo ganó para responder. —Sí, ¿Qué debo hacer? ¿Qué es ésta enfermedad?— El médico se acercó más a él y delicadamente acarició su mejilla.
—Debes dejarme experimentar con éste bebé.
—¿Cómo? ¿Qué harás? No entiendo.
—Le diré al rey que no resististe al parto y ambos murieron. Sería algo convincente, ya que tiene muchos riesgos éste embarazo. Sería algo así como una falsa muerte.
—¿Falsa muerte? Pero vives bajo el techo del rey. ¿Cómo podrás hacerlo sin que llegue a sus oídos?
—Tengo una cabaña, muy lejos. Cruzando el bosque, nunca nadie llegó tan lejos por el reino vecino. Es el mejor lugar para ocultarlos, y así yo podría conseguir buenas notas para mí libro.
—¿Qué has dicho, viejo?
Sigue leyendo…
ESTÁS LEYENDO
Que Seas Efímero
RandomUna historia violenta, dónde un joven es abusado por un rey caprichoso. Su vida se volvió un infierno, pero todavía hay una pizca de esperanzas. El guardia del rey, es muy atento y lindo con él, en su chequeo médico algo imposible dió en sus resulta...