Cinco

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Harry:Trece años.

Louis: dieciséis años.

Louis había salido a su primera cacería y volvía hoy después de una semana. Había salido con Niall ya que eran vacaciones y Antonio se había vuelto un poco molesto con respecto a la virginidad ya que el había perdido la suya con un alfa de la escuela.

Todos los días en los que Louis no estuvo su cuello pico un infierno. Solo le rezaba a la luna porque volviera sano y salvo. No soportaba no tener su aroma al rededor y aunque le daba vergüenza admitirlo se había armado una especie de nido en su casa con algunas cosas que había tomado de la habitación de Louis.

Lo extrañaba tanto que había ido a dormir a su casa solo para llorar de angustia hasta dormirse.

Jay no estaba mucho mejor que el.

Su cachorro había salido a su primera cacería. La mujer estaba casi tan angustiada como lo estaba Harry.

Aunque Harry nunca lo dijera en voz alta. El amaba a Louis con todo su cuerpo, alma y fuerzas.

Ahora simplemente no se podía imaginar una vida sin él.

🍁

Mientras tanto Louis volvía a su tienda para hacerle un lindo almohadón de piel de conejo. Fue el primero en tener ese detalle para su omega y algunos alfas más se sumaron a su idea.

Nunca había estado tan lejos de Harry pero no era parecido a ningún dolor físico ni ninguna tristeza que haya sufrido antes. Era un constante dolor punzante y la necesidad de querer estar con el.

Aunque nunca lo dijera en voz alta. El ama a Harry son todo su cuerpo, alma y fuerzas.

Ahora no se podía imaginar una vida sin el.

Terminaba de armar el almohadón cuando su padre entró a su tienda con un semblante relajado.

–Prepara tus cosas, cachorro. Volveremos a casa.

Con una sonrisa en su cara comenzó a armar su bolso.

Mañana vería a Harry.

🍁

Uno, dos, tres y vuelta.

Repite eso.

Que bonito es el color amarillo.

¿Debería hacerlos más pequeños?

Harry mira los pequeños zapatitos que estaba tejiendo. Encontró una lana en su casa y se sentó en la ventana de la ha inacción de Louis a ver el sol caer mientras fantaseaba con un pequeño bebé de ojos azules o verdes que pudiera llevar las lindas bonitas que estaba haciendo.

Lo que el no sabía es que Louis estaba corriendo en forma de lobo hasta casa de Harry. Lástima que no lo iba a encontrar ahí.

Se había escondido en la soledad de la casa de Louis ya que Jay iba a asistir el parto de una de las omegas que estaba en la tribu y el cuidaría la casa sin preocuparse en pensar que diría Jay si lo viera haciendo unas bonitas para un bebé que ni existía.

Quizás el extrañar a Louis lo estaba volviendo loco.

Para cuando estaba perfeccionando las terminaciones de las bonitas la puerta de la ha inacción de Louis fue abierta de par en par.

El omega se asusta tirando las bonitas bajo la cama y apenas ve a Louis sus ojos se humedecen.

Corre hasta el alfa y se cuelga de su cuello como un monito.

–Te extrañe mucho, mucho, mucho.

Harry besa todo el rostro de su alfa y termina por besar sus labios con necesidad notoria.

El alfa le devuelve el beso abrazándolo contra el. Se siguen besando hasta que el padre de Louis pasa por afuera de la habitación  y golpea la puerta.

–Mantengan distancia, chicos. Ya lo habíamos hablado.

Harry se baja al instante con un sonrojo en su cara y Louis gruñe de espaldas a su padre.

–Hola, Harry.

–Hola, Marck.

El alfa se va después de eso y Louis sienta a Harry en la cama para alcanzar su bolso.

–Yo... hice algo para ti.

Se arrodilla frente a omega y besa sus piernas para luego dejar un almohadón suave y blanco sobre las piernas del omega

–Es hermoso, Louis. Es tan suave y huele a ti, lo amo.

–Yo te amo a ti.

Dice aún de rodillas frente a su omega. Sigue besando su piel. Era tan suave como la recordaba en el campamento de caería.

–Vaya, ¿que te hicieron en el campamento?

–Me hicieron darme cuenta de que no quiero vivir ni un día de mi vida sin ti.

–¿Ni uno?

–Ni uno.

Harry muerde sus labios dejando caer unas cuantas lágrimas.

–Yo también te amo muchísimo. No te vayas tanto tiempo nunca jamás, de los jamases.

Louis mira para abajo cuando siente que toca algo con su rodilla y a Harry se le corta la respiración cuando ve al alfa sacar una bonita de lana color amarilla.

–¿Que...

–¡No es nada! Solo... solo practico Tejer.

–¿Es para nuestro bebé?

El omega estaba muy nervioso y que Louis hablara de un bebé suyo lo ponía aún más nervioso. Tapo su cara con sus manitas y Louis se las sacó para comenzar a besar su rostro.

–Me da vergüenza.

–¿Quieres que tengamos un cachorro?

–Si... pero no aún. Eso es solo un avance porque no lo sé... te extrañaba y empecé a pensar en toda nuestra vida.

–Esta bien, amor. Yo también quiero un cachorro.

Harry lo mira en silencio.

–Dime así otra vez.

–¿Amor?

–Nunca me habías dicho un apodo así.

–¿Te gusta?

–Me encanta.

El alfa vuelve a acercarse al omega para dormir abrazados esa noche.

Fueron unos días difíciles pero ahora estaban juntos.

Para siempre [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora