dieciocho

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Harry:Cincuenta años.

Louis:Cincuenta y tres.

Areu y Baco: Treinta y un años.

El misterioso omega se llamaba Isma. Desde que la familia lo conoció sabían que iba a formar parte de ella en cualquier momento.

La pareja se miraba con ojos de amor aunque nunca hablaran de eso.

Areu lo acogió en su casa y poco a poco se fueron acercando hasta el día donde Isma apareció marcado y unos meses después ya estaba con su barriguita redonda esperando un cachorro.

Baco y Oliva habían tenido dos niños más luego del primero y se la pasaban viajando al no tener el peso de la corona que llevaba Areu.

Luego de la coronación Baco comenzó a vivir su vida sin tantas tensiones. Se había vuelto médico al igual que su omega y trabajaban juntos.

Lamentablemente sus abuelos habían fallecido luego de ver nacer al hijo de Areu. Conociendo a sus nietos para luego marcharse de este mundo.

Mientras que Harry y Louis vivían una vida despreocupada en su casa acogedora.

Recibiendo visitas de sus hijos y nietos de vez en cuando.

Era un ambiente romántico lleno de cenas, bailes a la luz de la luna, escapadas al lago para charlar bajo el sauce llorón que los había acompañado en cada momento de su vida.

Sabían que aunque no tuviesen mucha edad su propósito en este mundo ya había sido cumplido. Se amaron intensamente por medio siglo, tuvieron hermosos hijos a los que acompañaron en cada uno de sus pasos y también vieron crecer a sus nietos.

Esa noche ambos sabían que abandonarían su cuerpo físico estando contentos con la vida vivida.

Se acostaron en el nido que tanto amaban desde siempre. Se acariciaron entre cabellos blancos y marcas en la piel que delataban cuanto habían amado, llorado y disfrutado de la vida.

–Mi amor...

–¿Si alfa?

–¿Tu me amas siempre?

–Te amo más más ayer y menos que mañana.

–Entonces tampoco me dejes del otro lado. Porque no sabría como no existir sin ti a mi lado.

–No te preocupes por eso, Louis. Estaré atado a ti toda mi vida y toda mi muerte.

Juntaron sus frentes en la calidez del nido. Prometiendo amarse aún después de la muerte. Amarse tan intensamente  como lo habían hecho durante toda su vida.

Y así fue.


Fin.

Para siempre [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora