sweet.

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advertencias: capítulo muy largo (19.5k palabras) y muy cursi (y horny)

padlet🍂


¿Alguna vez en la vida has sentido que eres feliz de verdad? En plan, ¿feliz feliz? ¿Esa clase de felicidad que te mueve por dentro, que te sacude hasta que las lágrimas se agolpan en tu garganta porque no puedes imaginar que exista un momento más perfecto que el que estás viviendo?

Yo pensé que nunca lo conseguiría vivir.

Me arrastré por las calles hasta la boca del metro, escuchando música por mis auriculares raídos. La sesión con la psicóloga había tenido éxito, acababa de salir de la consulta y me dirigía con pies livianos hacia el parque donde habíamos quedado Jeno y yo para merendar, mientras en mi mente no paraba de dar vueltas el intercambio entre mi psicóloga y yo...

—Te noto muy contento hoy, ¿ha pasado algo?

Nada más entrar y sentarme en la misma pequeña silla de la última vez, la mujer me interceptó con una sonrisa astuta y sabia.

—Bueno... —me rasqué la cabeza, nervioso e intimidado—. Sí que han pasado cosas desde la última vez que vine.

Su sonrisa se ensanchó, emocionada.

—¿Te gustaría contármelas?

Asentí imaginando que cualquier proceso que hubiera hecho desde la semana pasada la animaría. Carraspeé con la boca seca de los nervios, pero decidido a ser honesto con ella.

—Digamos que... la persona a la que más quiero y que no quería que conociese aquello que te conté la semana pasada se enteró de todo y... bueno... ahora somos pareja.

Me miró con una sonrisa contrariada pero animada.

—Eso está... bien, Jaemin. Pero, ¿cómo ha sucedido todo? ¿Qué ha hecho que cambies de opinión? Porque recuerdo que la semana pasada me contaste que te daba miedo comenzar una relación y no querías que él se enterase de nada. ¿Qué ha cambiado?

—No sé... —la piel de mis uñas comenzó a ser víctima de mi nerviosismo e inquietud—. Solo sentí que no quería hacerle esperar más, que de repente sabía lo que quería y que lo tenía muy muy claro. Y sabía que a lo mejor era un impulso momentáneo, p-pero es que solo quiero estar con él todo el rato y no puedo dejar de pensar en él y en todo lo que me hace sentir y... ¿Creo que me estoy e-e-namorando? ¿Puedo siquiera sentir eso a esta edad?

Me sentí cohibido ante la ternura y paciencia con la que me escuchaba. Como si detrás de su mirada se escondieran años de experiencia y sabiduría y yo solo fuera un niño recién iniciado en el largo juego de la vida y del amor. Me di cuenta, poco después, de que eso era exáctamente lo que éramos:— Claro que puedes. ¿Crees que hay una edad para enamorarse?

—No, ¿pero a veces siento que sí? Quiero decir, cuando eres un adolescente normalmente son las hormonas las que te controlan y a veces piensas que estás enamorado cuando solo estás obsesionado, y todo es intenso pero también fugaz, en cambio creo que cuando eres adulto ves las relaciones como algo más serio y a largo plazo... Y nosotros hemos formalizado nuestra relación pero no sé si deberíamos haber esperado a que las hormonas se "calmasen" —recalqué la palabra entre comillas imaginarias— para tener las cosas más claras y empezar a salir juntos.

La mujer escribió en sus papeles y levantó la vista del escritorio con seriedad.

—Acabas de decir muchas cosas importantes, y todas tienen que ver con tus propios valores y cómo te influyen a la hora de ver las relaciones, Jaemin. Me da la impresión, con lo poco que conozco de ti todavía y con lo que me contaste la semana pasada, que tienes miedo de que una vez hayais mantenido relaciones sexuales, esta persona vea, y repito según tus propias palabras, "que no vales la pena" y se vaya de tu vida.

My First And Last | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora