champagne problems

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TW// mención de trastornos de alimentación 

se recomienda leer con discrección

POV JENO

Tan pronto como advierto su presencia en la habitación, mis ojos vuelan hacia él.

Siempre ha sido igual. 

Tan pronto como él lo nota, sus ojos grandes y redondos captan con curiosidad los míos, que no oponen resistencia alguna a ser hechizados por su eje gravitacional.

Solo que esta vez no es así.

Esta vez, mi peor temor se ha hecho realidad y Jaemin, por primera vez desde que le conocí, evita mi mirada. Y sin acercarse a saludar, se sienta en el otro extremo de la ahora enorme habitación. Por primera vez en mucho tiempo siento el frío colarse poco a poco por mis huesos, y el abismo que se presenta frente a mí al darme cuenta de lo que su mirada implica parece demasiado profundo para poder enfrentarlo yo solo esta vez.

Jaemin ha leído mi mensaje, y ha decidido por los dos. Se ha acabado.

El primer examen me sale peor que mal. No puedo dejar de pensar en él y en la forma en la que el pánico en sus pupilas al verme refleja que lo he vuelto a hacer, he vuelto a destrozar algo que ya era perfecto, por mi egoísmo y mi falsa ilusión. Mi mano tiembla sobre el papel y me siento mal por el profesor que tenga que leer esto después. Aunque esté escribiendo, en mi cabeza escenas de mi vida se reproducen una y otra vez como una película macabra.

La historia de mi vida se repite, y no entiendo por qué esta vez esperaba que tuviera otro final.

Durante los próximos días le veo confirmar mis sospechas al entrar a la sala de exámenes sonriendo como solo él sabe hacer, acompañado por Donghyuck, y tomando asiento sin reconocer mi presencia. Me siento pequeño e inexistente. En cuanto entrega su examen desaparece de forma silenciosa de la clase, pero no de mis pensamientos. Me reconforta y al mismo tiempo me asusta saber que aquí soy el único que tiene que pasar página, que él no parece demasiado trastornado por mi culpa.

La ansiedad me conduce a pasar el resto de la semana alternando entre el  gimnasio y la biblioteca, y en un abrir y cerrar de ojos, he bordado el resto de exámenes, dando por concluido con éxito mi primer cuatrimestre en la universidad. Sin embargo, siento que en lo personal no he logrado nada, que sigo en el punto de partida.

Su pensamiento perdura en mi mente como una canción mala que no puedo quitarme de la cabeza. Me acompaña allá donde voy, recordándome amargamente que, aunque tenga asumido que debo respetar su decisión y alejarme de él, Jaemin no ha tenido que darme una negativa verbal para romperme el corazón.

Y por mucho que duela, todo esto me sirve para asegurarme de nuevo que la persona en la que menos tengo que confiar no es nadie más que yo mismo, porque siempre voy a cometer el mismo error, una y otra vez.

Los horarios del cuatrimestre que está por empezar tras el breve descanso de los exámenes me advierten que me prepare para lo peor, que verle todos los días en clase va a ser la peor tortura a la que me voy a enfrentar, porque soy incapaz de ponerme a buscar motivos para dejar de quererle y Jaemin está en su derecho de querer dejar de hablarme y verme si se siente incómodo ante mi presencia.

Eso es, hasta que una tarde saliendo del gimnasio acompañado por la sombra de mis pensamientos deprimentes, una voz terriblemente familiar hace que me maree por la velocidad con la que me doy media vuelta:

—¡Jeno!

Jaemin está ahí parado, a un lado de la entrada del gimnasio, y por un momento temo haber enloquecido finalmente y estar viendo espejismos.

My First And Last | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora