Capítulo 03

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Me desperté sin rastro alguno de Alec, ya van dos veces que me duermo y el desaparece como si nada, es el peor cuidador que he visto en mi vida

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Me desperté sin rastro alguno de Alec, ya van dos veces que me duermo y el desaparece como si nada, es el peor cuidador que he visto en mi vida. Me estire y fui a darme un baño ya que sentía mucho calor, me puse algo cómodo y cuando estoy peinando mi cabello, escuchó que tocan la puerta.

— Hola, hermosa. — Heidi me sonreí y yo le regreso la sonrisa. — El amo quiere verte.

Salimos de mi habitación y en el camino intentaba ver algún rastro de Alec pero nada, entramos y los amo estaban como siempre en sus tronos.

— Buenas tardes. — Hice mi reverencia.

— Buenas tardes, querida. — respondió como siempre Aro. — ¿Que tal tu día?

— Estuvo bien, me agradó muchísimo el tutor y el Cheff cocina de maravilla. — Dije feliz. — Alec me cuida muy bien y Heidi me agrada, es muy buena conmigo.

— ¿Te gusta estar aquí?

— Asentí sin dudarlo. — Me siento libre.

— Me alegra que te sientas cómoda, ¿Dónde está Alec? — Preguntó con algo de malicia en su rostro.

No deberia mentirle, pero no quiero que Alec este en problema.

— Me desperté con mucha hambre y esta en la cocina buscándome algo de comer, ya que no me dejan acercarme ahí, me gustaría mover un poco más.

— Nuestros chicos aún no se acostumbran a la presencia de una humana por los pasillos, tienes que darles tiempo. — Me explicó y yo asentí. — Pero, puedes salir algunas veces al jardín con Heidi o con Alec.

— Gracias, amo. — Él me sonrió y dejo que me fuera.

— Le agradas. — Me dijo Heidi mientras íbamos a la habitación. — Nunca había visto al amo tan feliz con una humana.

— Pues es la idea, sino le agradó me matan. — Dije sería.

Ella asintió.

Entramos a mi habitación y me dijo que tenía una misión pero que volviera en la noche antes de que yo durmiera. Me dejaron sola, no tenía ni idea de dónde estaba Alec, Heidi se había ido y no conocía a nadie más de aquí, suspiré en cansancio, la televisión ni era una opción, pero podía hacer la tarea que el tutor me asignó.

¿Por qué decidí que hacer la tarea era la mejor de las ideas? No entiendo nada.

Tire el bolígrafo con frustración y miré hacia el techo, no tenía idea de cómo hacerla y tenía tanta hambre.

Dos toques en la puerta me hicieron despertar.

— ¿Quién es? — Pregunté.

— Marcus.

— Adelante. — Dije y me voltee hacia el cuaderno.

— ¿Todo bien? Escuché que te quejaste.

— Ah si, berrinches de humanos. — Hice una mueca. — No entiendo la tarea y no tengo internet para investigar.

La hermana de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora