Capítulo 14

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 Nos encontrábamos todos en la noche en un bosque alejado del castillo, del pueblo, todos los miembros de la guardia desde los de mayor rango hasta los más básicos estaban ahí

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Nos encontrábamos todos en la noche en un bosque alejado del castillo, del pueblo, todos los miembros de la guardia desde los de mayor rango hasta los más básicos estaban ahí. Sulpicia tenía a mi pequeña Davina entre sus brazos, Alec tenía a Khalid y Jane a Novak, como todos estábamos fuera del castillo no podíamos dejarlos solo.


Dimitri y Félix hicieron presencia junto a la perra de Dakota.

Quién no paraba de darles pelea pero seamos honesto Dimitri y Félix eran de los más fuerte en la guardía.

— Dolor. — Escuché el susurró de Jane y Dakota cayó en el suelo con un grito.

Aro le hizo un movimiento para que la dejara tranquila.

— Estamos aquí reunidos para ponerle un castigo a Dakota Vulturi por sus acciones descuidadas y atroces que han perjudicado nuestra guardia y no solo a nosotros sino que también a nuestro mundo, matando sin ningún tipo de pudor a tres cuidados de nuestro pueblo, lo cuál se sabe que esta prohibido.

En ese momento fruncí el ceño, pensé que nada iban a sentenciarla por intentar matarte mientras estaba dormida pero no sabía que también había pasado por encima una regla esencial que tenían los Vulturis para tener una sana convivencia en el pueblo.

— Su castigo será la muerte, por intento se asesinato a uno de los suyos le daremos el honor a Scarlett Swan quién fue víctima de su compañera. — Me señaló y yo di un paso al frente. — Aparte que también tendrá la oportunidad de vengar la muerte de sus amigos, Arturo y Orlando.

Abrí los ojos al escuchar esos dos nombres que formaron parte importante de mi vida, las dos personas a las que más cariños les tuve.

Orlando, mi chefcito, mi figura paterna, él que me enseñó el secreto más importante de la cocina, quién me dió todo el amor que alguna vez pude desear de mi propio padre. En mi mente aún está muy presente cada momento que compartirmos juntos en la cocina, cada comida que hicimos, las risas y juegos. Orlando para mí era como un papá y perderlo fue un golpe muy bajo para mí.

La cereza del pastel ante mis crisis fue haber perdido a Arturo, Arturo era como ese hermano mayor que yo siempre quise tener, me cuido, me guío y enseño muchas cosas, siempre hacíamos bromas y a pesar de sus momentos de querer ser serio terminamos soltando largas y fuertes carcajadas por toda la biblioteca. Él fue lo que Isabella nunca fue para mí y me enseñó que tener un hermano no era tan malo y cruel como yo pensaba, al contrario podría ser algo totalmente hermoso y divertido.

Un sentimiento de furia mezclado con tristeza empezó a formarse en mi interior. Dakota alzó la mirada del suelo, mirando con una sonrisa de burla y retadora.

Quiero quitarle esa maldita sonrisa de la cara.

— ¿En serio? ¿Así de fácil se la van a dejar? Sometiéndome entre dos vampiruchos, que decepcionada estoy de este clan. — Escupió con asco.

La hermana de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora