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Mis padres habían durado aproximadamente cuatro semanas en Volterra y los había aprovechado al máximo, todos los días salíamos a visitar el hermoso pueblo de Volterra y a ver lo que este tenía por ofrecernos, lugares hermosos, comida deliciosa y personas increíbles, nos tomamos muchas fotos, creamos recuerdos hermosos, no podía no documentar todo lo que pasaba con mis padres.
Alec nos acompañaba pero no tanto pues tenía sus obligaciones en el castillo y dejaba que disfrutará mi momento, no podía parar de pensar en todo lo que me perdí en mis 16 años con mis padres.
— Esa barriguita está creciendo muy rápido. — Comentó mi madre mientras estábamos en la cocina preparando el desayuno. — ¿Estás segura que solo tienes tres meses?
— Pronto cumpliré cuatro. — Mentí.
— Es increíble que hayas dejado pasar tanto tiempo para saber si estabas embarazada. — Negó en desaprobación. — Pero ya dije que no me metería en eso.
Sonreí divertida.
— Huele bien. — Mi padre entró a la cocina y me dió un beso en la mejilla. — Sin duda alguna lo que más extraño de que vivas conmigo.
Serví el desayuno, Alec se había tenido que ir temprano porque tenía unas cosas que resolver en el castillo.
— ¿Que es esa cosa que siempre tomas? — Pregunto mi padre mirando el vaso de aluminio que no dejaba ver su contenido. — Siempre que te lo tomas pareces aliviada.
— Es un jugo que me recomendó la doctora. — Expliqué brevemente.
Había decido quedarme en casa este día, mis padres se irían mañana y yo hoy me encontraba un poco más agotada y sedienta, creo que tengo que subir las dosis de sangre pero tengo que consultarlo con Aro.
— ¿No crees que sería buena idea que te fueras conmigo a Forks y darle la noticia a tu hermana? — Preguntó mi papá entrando a mi habitación y sentandose en el borde de la cama.
— Negué. — Ya te dije que no quiero que Isabella se enteré, no quiero que me esté juzgando.
— Bella no haría eso.
— Alcé una ceja y suspiré. — Necesito que respeten mi decisión.
— Bien. — Suspiró. — Igual tienes razón, no es buena idea que estés en Forks.
Me acomodé mejor en la cama para verlo.
— ¿Pasa algo malo en Forks? ¿Se siguen perdiendo gente?
— Él negó. — Gracias al cielo no, todo ha estado muy tranquilo en Forks pero antes de venir aquí me he enterado de algo que aún no he terminado de procesar.
Me tuve que acercar a mi padre, se veía pensativo y preocupado.
— Bella me pidió que no le dijera nada a nadie, pero llevo años conociendo a Jacob, es hijo de mi mejor amigo y ahora resulta que se puede convertir en un perro gigante. — Tragué saliva nerviosa, Charlie me miró. — Lo siento, no debería estar diciéndote esto en tu estado.
