Capítulo 18

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El voltearme y ver a Isabella fue realmente una sorpresa para mí

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El voltearme y ver a Isabella fue realmente una sorpresa para mí. Se encontraba muy lejos de Forks, de su territorio.

— ¿Que haces aquí? — Le pregunté cruzandome de brazos.

Ella me miraba de arriba a bajo al igual que yo.

Tengo que admitir que el vampirismo había hecho un gran cambio en mi hermana mayor, ya no se veía como una niñita tímida y asustadiza, al contrario se veía poderosa y muy segura de si misma lo cuál me robó una sonrisa.

Ya no era la inocente Isabella.

— En Forks empezaron a sospechar de nosotros y tuvimos que irnos.

— ¿Hasta Italia? Edward intento cometer suicidio otra vez.

— Mientras conseguimos un lugar dónde vivir nos pareció buena idea venir con nuestros reyes, al final para eso están ¿No? Para cuidarnos.

Rodee los ojos.

— Bueno, espero te guste tu estadía en el castillo.

Me voltee para ir a la sala de tronos.

— ¿Por qué ya no vives aquí? ¿Te das cuenta de todo lo que ocasionaste por tu berrinche?

Decidí ignorarla y llegar hacía la sala de tronos para buscar a mis hijos y largarme de tí.

Había tenido casi un año de paz, nada, absolutamente nada ni siquiera la imbécil de Isabella iba a dañar todo lo que había construído.

Abrí la puerta e hice mi reverencia.

— Scarlett. — Aro me sonrió. — Me alegra verte.

— Igualmente. — Sonreí levemente.

Me acerque a Alec que ya tenía a los niños en el coche.

— Seguro ya te diste cuenta que los Cullen vivirán un tiempo con nosotros.

— Asentí. — Acabo de toparme con Isabella.

Alec me miró preocupado.

— Esperamos no te sientas incomoda.

— Ya yo no vivo aquí por lo tanto no me afecta, tenemos un trato, mientras yo siga estudiando los niños se quedarán en la mañana y parte de la tarde con ustedes. — Tome la manita de Novak quién estaba exigiendo de mi atención. — También los fines de semana son de Alec, mientras mis hijos estén bien y seguros vendrán aquí.

— Nosotros nunca dejaremos que le pasen algo. — Aclaro Caius.

— Lo sé, por eso no me preocupo. — Sonreí. — Gracias.

Hice mi última reverencia y me di la vuelta para irme con Alec pisandome los talones.

— ¿Cómo te fue? — Preguntó.

La hermana de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora