Capítulo 20

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5 años después...

Después  del primer año de los trillizos, empezaron a crecer casi al mismo ritmo de Renesmee, por lo que parecían chicos de 15 años y no niños de cinco años, que es su edad original.

Los trillizos crecieron tanto que nadie entendía cómo eso había ocurrido, sintieron que cerraron los ojos y los niños ya tenían aspecto de adolescentes e incluso sus actitudes eran de unos.

Khalid era casi la viva imagen de su padre y era el mayor orgullo, después de todo era el primogénito ¿No? Tenía la misma altura que su padre, con su cabello negro azabache liso, piel blanca casi de porcelana pero tenía los mismo ojos de su madre, color café.

Ya para estás alturas Khalid sabía dominar perfectamente su don, gracias a su tío Caius, Eleazar y Benjamin ya que en el momento que los trillizos empezaron a mostrar comportamientos más maduros empezaron a entrenarlos para controlar sus dones.

Benjamín manejaba los cuatro elementos por lo que a Scarlett se le hizo buena idea que él llevará el entrenamiento de sus hijos. Él los había ayudado a perfeccionarlo y cada tres meses iba al castillo para ver los avances de los chicos.

Novak el segundo hijo, era una mezcla de ambos, cabello castaño oscuro, ojos color marrón y piel blanca como porcelana, tenía las facciones de Alec pero era un hijito de mamá, había heredado el amor por la cocina como su madre y disfrutaba pasar más tiempo con ella que entrenando como lo hacía su hermano mayor.

Aunque confesaba que le gustaba entrenar cuando Eleazar venía, controlar el agua se le hacía algo hipnotizante y hermoso, le gustaba mucho su don y disfrutaba sacarle el mayor provecho posible.

Davina era una copia de Scarlett, había pintando su cabello castaño oscuro a negro con mechas color rojo en el flequillo y en la parte baja del cuello, había visto una foto de su madre a su edad y no podía negar lo mucho que le encantaba parecerse a ella.

Es que Scarlett desde que era una humana podía transmitir tanta sensaciones con tan solo mirarla y ahora que era una vampiresa todo aquello se había multiplicado por mil, para Davina ella y su tía Heidi eran sus idiolas.

Mujeres hermosos e inteligentes, era todo lo que ella soñaba ser.

Por eso cuando Benjamin venía a entrenar ella se emocionaba tanto, le encantaba esa sensación de tener el poder de destruir cualquier cosa que quisiera con un solo movimiento de su mano.

Ese amor a la destrucción lo había heredado de su tío Félix.

Los trillizos se habían vuelto lo que los Vulturis habían soñado e incluso mucho más. Eran seres hermosos, inteligentes, poderosos y disfrutaban su inmortalidad sin ningún tipo de tabú, amaba lo que eran y lo disfrutaban.

— Oh mi niña preferida. — Sulpicia abrió los ojos cuando vio a Davina entrar a la sala de tronos.

— Abuela Sulpicia. — Sonrió saludandola con un fuerte abrazo. — Amo tus zarcillos.

— Sulpicia rió. — ¿Crees que no se que ayudaste a tu abuelo a escogerlos?

Disimuladamente Aro y ella chocaron los puños.

— No se de qué hablas, pero abuelo Aro tiene un excelente gusto. — Le guiño el ojo para seguir saludando a sus abuelos y luego ir con sus tíos.

— ¿Y dónde dices que dejaste a tu madre? — Le pregunto su tío Dimitri entrando a la sala de tronos junto a Angeline.

Quién tenía una adorable panza de cinco meses de embarazo, vivía el proceso un paso a la vez porque Dimitri no quería que ella sufriera como lo hizo Scarlett o como sufrió Bella, por lo que le había pedido a la primera que deseara un embarazo tranquilo para su compañera.

La hermana de Isabella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora