Baby Rasta y Gringo - Parte 3

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¿Cuánto tiempo resistiría Joe con Baby Rasta en su faringe? Lo sentía descender por su garganta como una flema viscosa y pesada, pero reaccionó rápidamente, mandando a Dark Latin Groove dentro de sus fosas nasales.

—«¡Usa tu cola, Dark Latin Groove!» —ordenó al pequeño stand. Este, que se encontraba en su mano, saltó y cogió una parte de Baby Rasta antes que entre por completo.

—¡Gomuu-yoooooon!

Dark Latin Groove se apresuró y entró, extendiendo su cola alrededor de la masa en la que se había convertido el pequeño usuario de stand.

—¡¿Qué es lo que me está tocando?! —exclamó Baby Rasta en el interior de Joe. Cuando vio acercarse a Dark Latin Groove, se aferró a las paredes del esófago de Joe, provocándole un inmenso dolor—. Si pensabas sacarme... ¡deberás hacerlo con tu garganta! ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

—«¡Maldición! Solo tengo oxígeno para aguantar 15 segundos, y luego de eso, solo tendré 10 segundos para tomar una bocanada de aire o moriré. ¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer?»

La angustia de Joe acrecentaba con cada segundo que Baby Rasta pasaba en su interior. Dark Latin Groove sujetaba muy bien al usuario para evitar que llegue al estómago porque si lo hacía, podía formar la membrana que lo hizo ver como un hombre embarazado.

—¡Apúrate, negro! ¡Decide de una vez que no tengo tiempo! —gritó Baby Rasta desde el interior de Joe.

A unos metros, Dolton y Juan Gabriel se veían intimidados por dos burbujas en forma de avispas con aguijones gravemente puntiagudos. Fue Juan Gabriel quien sacó su stand para hacerlos frente, mientras que Dolton se ocultó tras una piedra.

Café Tacuba salió detrás de Juan Gabriel y estiró sus manos alrededor de las avispas para apretarlas hasta reventar, pero fue inútil ya que eran demasiado flexibles. Una de ellas salió del agarre y voló rápidamente hacia Juan Gabriel, atacándole con su aguijón en el hombro, provocándole una herida.

Sin embargo, la avispa que se había liberado no contó con que su gemela seguía atrapada. Café Tacuba retrajo su mano y aplastó a la avispa con el peso de su gemela, haciendo que reviente al chocar el aguijón de la avispa atrapada.

—¡Bing, Bang, Bung! ¡Así se hace en México, cabrones!

Sin embargo, la avispa que quedaba quiso liberarse, pero Dolton se apresuró a sacar su stand y cogió la cabeza y el aguijón de la avispa para encorvarlos, haciendo que esta se pique así misma.

—¡Oye! ¿Tienes algo puntiagudo para ayudar a los demás? —reclamó Dolton.

—¿Acaso soy una herrería o qué?

—¡Idiota! ¡Consigue algo para eliminar a esas extrañas burbujas!

—Ese sujeto tiene el clavo de Emmanuel —apunto a Gringo—. Si se lo sacamos, podremos reventar cualquier cosa que tenga.

—Sí, pero... —Dolton se fijó en la posición del sol de la mañana. No estaba tan perpendicular, sin embargo, podría servirle—. Necesitamos una distracción.

Es así que se fijaron en Joe, quien comenzaba a tener la cara morada por la falta de oxígeno.

—«¡Mierda! ¡Solo me queda 7 segundos antes de morir asfixiado!»

Su garganta comenzaba a tener espasmos, anhelando recibir un poco de oxígeno y sacar al estorbo de Baby Rasta.

Dolton y Juan Gabriel corrieron para ayudarle, pero poco podían hacer. Joe sentía que estaba envuelto en un severo problema que lo mataría si no encontraba una solución.

JoJo's Bizarre Adventure: Andes Speed RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora