Thrift Shop - Parte 3

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—¡Ya podemos ver a los primeros corredores acercarse! ¡Damas y caballeros de todo el mundo, estamos en Puno! ¡Una de las ciudades más altas del mundo! Estamos miles de metros sobre ustedes en estos momentos, ja, ja, ja.

Alrededor de cien corredores llevaban la delantera, entre ellos estaban Christine Rosenvinge y Chizuru Tsugimoto, quienes cabalgaban ágilmente para conseguir los puntajes correspondientes.

—¡Vas muy bien, Chizuru! —exclamó a su acompañante. Chizuru sonrió mientras que el viento batía su cabello púrpura.

Un grupo de jinetes las rodearon impidiendo el paso. Christine trató de identificar algunas aberturas pero eran cerradas por estos jinetes.

—Vete de la carrera, mujer. Seguro tu esposo te espera en la cocina, ja, ja, ja —dijo uno de ellos quien no tenía los cinco dientes de adelante.

En lugar de perder el control, Christine solo sonrió.

—¿Y tú quién eres? Seguramente eres uno de esos cientos de jinetes a quien he rebasado estos meses. ¿Así pretendes volver a casa? Decir que una mujer te ganó varias veces. Qué patético, ja, ja, ja.

Aquel hombre chimuelo se enojó y apretó las riendas de su caballo tan fuerte que este pensó que era una orden para detenerse. Y así lo hizo. Frenó en seco y su jinete salió de la montura hasta estrellarse en el suelo.

Mientras Christine seguía, se despidió moviendo la mano.

A varios metros, Lil Snake y Kanye Drake esperaban encontrar a Clint Eastwood. Estaban atentos a su aparición, pues prepararon una trampa para sacarlo de la competencia.

—¡Ahí viene! —exclamó Lil Snake apuntando a la espalda de Kanye. Este agarró firmemente las riendas para poner en marcha su plan, sin embargo, frente a sus ojos, Clint Eastwood atravesó el corto camino que había en medio de ellos. Pudieron ver claramente como su cuerpo y el de su caballo se comprimieron para pasar en un espacio de 20 centímetros de ancho.

—Más suerte para la próxima —dijo Eastwood activando a su stand.

Lil y Kanye no pudieron ver cuando Feel Good tocó las herraduras de sus caballos, pero sí cuando las herraduras tomaron el tamaño de una hoja de papel, cortando las patas de sus caballos y haciendo que caigan al suelo.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja!

Clint Eastwood ajustó su sombrero y rebasó a cientos de corredores junto a su stand Feel Good.

—¡Cada vez están más cerca! Además, tenemos un mensaje muy importante que dar y lo anunciaré en unos minutos.

Entre la multitud que veía la meta y esperaba la llegada de su corredor favorito, aparecieron unos hombres altos y con un mechón de cabello sobre sus cabezas que no dejaban ver la carrera.

—¡Oye, idiota! ¡Hazte a un lado! —dijo uno de los espectadores.

Esos hombres altos giraron a ver a dicho hombre, llevándose una gran sorpresa este último.

La cara de esos hombres estaba rayada y parecía que tenían capas, además que el color de su piel era de un color morado claro.

Uno de estos tosió, haciendo lagrimear a los que estaban a su alrededor.

La carrera estaba cada vez más intensa. Clint Eastwood llevaba la delantera, a su tras estaba Christine Rosenvinge junto a Chizuru Tsugimoto. Christine estaba determinada a rebasar a Clint, sin embargo, este activó su stand para atacarla.

—Mi propia naturaleza me ha dado un gran don. Y lo aprovecharé para ganar esta carrera.

Feel Good se manifestó ante Christine. Estaba a punto de darle un brutal golpe en el rostro que la sacaría de la carrera. Ella miraba a la meta, sin imaginar que tenía a un ente muy peligroso por delante.

JoJo's Bizarre Adventure: Andes Speed RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora