—Y así es como debe ir ésto. —Señaló Kakucho. —No, voltealo... voltealo... Que lo voltees... Puta madre Damelia, voltealo a la verga.
—¡En eso estoy mugroso! —Exclamó la fémina con nervios, tomó las pinzas y con cuidado volteo la pieza faltante. —¡Ay, maldita sea!
—Eres un asco en este juego. —Dijo molesto. —Dame, me toca.
—¿Es en serio que siguen con ese maldito juego? —Cuestionó Izana asomándose por la puerta.
—Es que pinche Kakucho, nada más me grita pero no me dice que hago mal. —Dijo inocente la rubia.
—Te voy a matar, maldita.
—Como sea, ya he logrado reunir a nuestra nueva pandilla. —Sonrió Izana y su hermana asintió sin ponerle atención, pues estaba más enfocada en sacar el corazón del juego.
—¡Ay! ¡Me moviste, idiota! —Gruñó la rubia dándole un sape a Kakucho.
—¡Oye!
•••
El año nuevo para Takemichi había sido muy bueno, se había hecho cercano a todos los miembros de la Toman y eso lo beneficiaba.
—¿Qué crees que haya sido de Damelia? —Le preguntó Mikey cuando solo estuvieron los dos solos.
—¿Eh?
—A veces me arrepiento de haberle dicho lo que le dije... —Murmuró mirando el cielo. —Después de todo, creo que tenía razón para hacer lo que hizo.
—Si bueno... yo también me arrepiento de todo lo que le hice antes, no lo merecía. —Susurró lo último.
—Hagamos algo, busquemosla y pidamosle perdón. —Sonrió Mikey.
Takemichi lo miró y asintió con decisión.
Por otro lado, Damelia comía junto a su hermano y al achichincle un pollo rostizado en una banqueta mientras miraban los fuegos artificiales explotar en el cielo.
—Debimos haber ido al festival. —Se quejaba Kakucho mordiendo con molestia su pierna de pollo.
—Nadie te impidió ir. —Le dijo Izana comiendo una papa.
—Pues no, pero tampoco quería ir solito. —Bufó y luego tiro el hueso hacia el suelo, en donde un perrito callejero lo recibió gustoso para después morderlo. —Hubiera sido raro llegar solo, no conozco a nadie más que a ustedes... y a los nuevos miembros de nuestra pandilla.
—Hablando de la pandilla. —Habló Dami quitándole el pollito a la pechuga para después ponerlo en la tortilla. —¿Cuando comenzarán a hacer maldades? Tengo ganas de causar revuelo en Shibuya y algunos lugares cercanos.
—Todo a su tiempo, Dada. —Le dijo Izana contento con la actitud de su hermana. —Por ahora iremos escalando derribando pequeñas pandillas, y pronto estaremos a la altura de la Toman, los destruiremos y seguiremos creciendo.
Dami sonrió feliz. El sólo pensar en destruir a la Toman la hacia sentirse mejor consigo misma, tendría la oportunidad de enfrentarse a todos esos traidores, y con suerte podría golpear a alguno.
—Por cierto, un tipo me dijo que te citaba en cierto lugar. —Dijo Kakucho mirando a la rubia.
—Ah, ¿Quién era?
—Ni idea, pero quiere encontrarse contigo a las dos de la mañana, en el templo de Shibuya.
—¿Cómo demonios quieres que ella vaya sola hasta ahí? —Bramó Izana molesto. —Ni siquiera sabemos de quién se trata, ¿Qué te hace pensar que la dejaremos ir sola?
—Bueno, si la acompañamos con suerte lograré encontrar algún local de comida en el festival.
Los tres chicos se levantaron, le dieron los huesos al perro y se fueron en dirección a Shibuya.
Para cuando llegaron, Izana dejó que Dami fuera hasta el templo para encontrarse con aquella persona, aunque igual la iban a estar vigilando de lejos.
Dami llegó al templo, y no encontró a nadie, quizás era solo una trampa de Kakucho.
—Estúpido Kakucho. —Bufó ella, iba a bajar las escaleras del templo pero entonces escucho ciertos pasos detrás de ella.
—Creí que no vendrías, es algo difícil encontrarte. —Dijo una voz masculina.
Dami se giró hacia el individuo y se sorprendió al ver a Sanzu.
—¿Sanzu? ¿Para qué me citaste? —Preguntó confundida.
—Tenemos que hablar de ciertas situaciones. —Dijo el chico quitándose el cubrebocas, exponiendo sus cicatrices. —Es sobre Mikey, Takemichi y los viajes en el tiempo.
Dami tragó saliva, y aún así asintió para escuchar al chico.
Tras un rato de hablar, Dami comprendió lo que el chico quería hacer.
—La única manera de que tú consigas una buena venganza, y de que yo consiga lo que quiero, es esa. —Le dijo el chico.
—Hecho. —Asintió la rubia sin pensarlo demasiado. —Lo haré, ¿Cuándo comenzamos?
—A partir de ahora. —Sonrió Sanzu para después colocarse el cubrebocas. —Ninguna palabra de ésto a nadie, ni siquiera a tu hermano.
—Cuenta con ello. —Dijo la rubia.
Ambos chicos se despidieron y se fueron cada quien por su lado.
—¿Qué quería? —Cuestionó Izana apenas llegó la rubia, aún mirando como Sanzu se alejaba del lugar.
—Ah, quería saber sobre el chico que me da a vender la droga, no sabía que le gustaran esas cosas. —Dijo como si nada.
Esperaba que le creyera, pero fue todo lo contrario, Izana no se tragó nada de eso, pero no dijo nada.
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Don't Leave Me [Tokyo Revengers]
FanfictionBy: @Moross_ «Si puedo volver atrás en el tiempo, puedo volver. Lloras entre la sombra y la luz, no me dejes, creo llegar. Sin final tú eres mi esperanza. No importa la lluvia, no importa qué oscuridad borre, siente sin cerrar los ojos. No estás so...