4. Ahora lo entiendo

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Dicen que la curiosidad mató al gato

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Dicen que la curiosidad mató al gato...

Así que ¿Debería ir al Sakura? me pregunté una vez más. El Novato y una pequeña zanahoria humana tienen mi completa y total atención y esa misma pregunta me ha absorbido los sesos por más tiempo del que podía soportar.

Después de que el tal Olm o como se llame me diera aquel puñetazo y se marchara de manera inmediata, como si algo en su interior hubiera hecho click, notificándole que la había cagado, me dejó aún más intrigado.

Todavía puedo escuchar los reclamos de Mew y de Tay. Me han dicho que no conozco la puta historia del Novato y que no tengo derecho a molestarlo.

Creo que en el fondo eso es lo que más me jode.

Nosotros somos amigos de toda la vida y a éste cara de idiota lo conocen de hace cinco minutos y resulta que hasta están de su lado y yo termino siendo el malo de la puta historia.

¡Jodidos traidores!

Veo el reloj y no puedo evitar pensar, ¿Será conveniente que vaya al famoso lugar?, y en caso de ir... ¿Qué se supone que haré?

Pero me golpeo mentalmente repitiéndome que solo voy a quitarme la curiosidad, y eso es todo lo que haré.

Sí, eso haré, me digo a mi mismo: "Vas a ir a quitarte la puta curiosidad y sacarás tu culo inmediatamente de ese lugar".

Entre más rápido me quite esta incertidumbre más rápido me iré a entrenar.

El maldito cabrón de mi amigo, ha conseguido programarme una pelea para el sábado en la noche y no me puedo dar el lujo de perder. No cuando es probable que el señor Kanawut esté presente.

Ahora menos que nunca puedo enfocarme en distracciones y en cosas que no debería...

Pero... ¡la puta curiosidad! es más fuerte, y si Mew y Tay se han vuelto amigos de este tipo, eso significa que lo estaré viendo seguido y eso me toca las pelotas.

A la mierda, ya tomé la decisión

Me dirijo hacia mi Jeep y por un momento pienso en que si debería ir solo o hablarle a Mild e invitarla a comer. Pero después de pensarlo bien, creo que es mejor así como estamos. Nunca hemos tenido una puta cita, y no tengo pensado tenerla en este momento, así que lo mejor es que vaya solo.

»Al llegar al Sakura, estoy por entrar y siento como se me acelera el pulso, nunca he sido un acosador, pero en este momento mi grado de curiosidad me hace parecer uno.

Respiro profundo y entro...

El restaurante es frecuentado por la mayoría de los universitarios, es un lugar céntrico, económico y la comida es en sí es buena, así que no es de extrañar que a esta hora el lugar está a reventar.

Empiezo a inspeccionar todo el lugar, mesa por mesa y casi hasta el fondo del restaurante hay una mesa con tres chicos que dan la impresión de estar tratando de esconderse y puedo distinguir perfectamente ese cabello pelirrojo tan inconfundible.

El chico de los tatuajes - H.A #10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora