43. Pase lo que pase

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—¿Qué diablos están haciendo ahí sentados cómo si nada? —se escucha la voz del entrenador por todo lo alto con su cara de matón a sueldo

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—¿Qué diablos están haciendo ahí sentados cómo si nada? —se escucha la voz del entrenador por todo lo alto con su cara de matón a sueldo.

Ohm le mira y sólo bufa ignorándolo por completo mientras recoge su alborotada greña castaña en un chongo alto, en cambio yo sigo haciendo un poco de calentamiento tratando de ocultar mi nerviosismo.

Los gritos del coach cada vez se hacen más intensos, y de pronto Ohm pasa por mi lado y me hace un gesto extraño por no saber que rayos le pasa ahora al entrenador.

—¿Qué esperan para mover sus culos e ir al autobús? —da un gruñido el entrenador.

Todos nos miramos confundidos por no saber que rayos le pasa, la verdad es que la mayoría estaba a la espera de recibir algunas palabras de motivación por parte del entrenador, en cambio lo único que obtuvimos fueron puras mentadas de madre.

Nadie dice nada, el silencio se hace presente mientras todos se concentran en lo que cada uno está haciendo, ya con otra energía totalmente diferente a la que teníamos hace rato, cada uno toma su pequeña maleta con sus artículos personales y salimos del CARP, yo en realidad tenía pensado irme en mi propio auto, pero después de que me explicara el señor Kanawut que el ir todos juntos es una especie de tradición, no me quedó otra opción.

En cuánto todos los que vamos a competir salimos, esperamos a que salga el doctor así cómo la gente que formará parte del team técnico.

A la entrada del Mini bus están el señor Kanawut hablando con el coach Atthaphan y a juzgar por la cara de estos, pareciera que están discutiendo, así que antes de subir me pongo mis airpods, y mis lentes oscuros de aviador, decidido a ignorar todo lo que pase a mi alrededor, de momento no quiero nada que me distraiga.

Al estar en camino agradezco ir sentado al lado ventana y que haya un espacio vacío junto a mí, aunque el gusto me dura no menos de cinco minutos, en cuanto veo que se acerca un serio Ohm para sentarse a mi lado, habiendo tantos espacios vacíos... tenía que sentarse justo aquí.

—Hey —dice con voz ronca y me da un leve empujón señalando el aparato que llevo en la oreja.

De inmediato le miró un poco confundido y vuelve a hacer la seña para que me quite el audífono izquierdo.

—¿Pasó algo?... —le pregunto un poco extrañado por su cercanía. Pero de pronto me doy un golpe mental en cuánto baja la mirada. Es como si estuviera intentando hallar las palabras precisas antes de empezar a hablar.

—No, bueno si... —se rasca la nuca y maldice entre dientes.

—Hey... ¿todo bien? —no puedo evitar preguntarle inquieto por su grado de exasperación.

—Si... Bueno... Yo sólo quería... —se pasa las manos por el rostro frustrado por no saber que rayos está haciendo, tras dar un largo suspiro comienza a hablar— yo sólo quise decirte que pase lo que pase durante el torneo... te deseo buena suerte y que gane el mejor.

El chico de los tatuajes - H.A #10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora