Pedido de Irene-Zoe Shinichiro: 20 años Takeomi: 20 años Wakasa: 20 años Mai: 20 años Manjiro, Haruchiyo, Emma y Senju: 5-9 años
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Shinichiro se encontraba en la tienda de motos junto con sus amigos, que lo ayudaban.
Era un domingo, se suponía que ese día no irían a trabajar pero estaban a vísperas de Navidad y la gente estaba loca por comprarles regalos a sus familiares y seres queridos, y extrañamente las motos estaban dentro de esas listas de regalos.
—Muchas gracias, ¡vuelva pronto! —despedía amablemente Shinichiro al cliente que acababa de atender —¡Takeomi! Deja de coquetear con las clientes —volteó su cabeza hacia su amigo —, las espantas —regañó.
—Tranquilo amigo, si no fuese por mí no tendrías clientela.
—Claro, claro —Wakasa apareció por detrás y le dio unas palmaditas en el hombro.
—Bien.. —Shinichiro dejó del lado el tema para ver la hora en su reloj —ya casi son las 7, media hora más y cerramos —sacudió sus palmas —, no quiero incomodar más a Mai con los niños.
—Aww, qué tierno novio —canturreó Takeomi.
—Deberías de estar agradecido, ella está cuidando de tus hermanos también.
Mai se encontraba en su departamento junto a Manjiro, Emma, Senju y Haruchiyo, ella se había ofrecido a cuidarlos todos los domingos durante ese mes, hasta que todo volviera a la normalidad. Y estaba encantada con ellos, siempre fueron buena compañía para ella y les tenía bastante cariño a los 4 niños.
—Claro que lo estoy Shini —se acercó a su amigo y rodeó sus hombros con su brazo —, luego le agradeces de mi parte —le dijo en el oído y guiñó un ojo.
Shinichiro suspiró y rodó los ojos.
—Ayyy, siempre es lo mismo contigo —carcajeó mientras negaba lentamente.
—Si, ya dejen de bromear que se acercan clientes —Waka carcajeó igual.
—Oh.. —Shinichiro notó que su celular vibraba —atiéndanlos por mí, por favor —se dirigió a sus amigos mientras contestaba la llamada.
Ellos asintieron.
—¿Hola?
—Shin —escuchó una voz femenina.
—Oh, cariño, ¿sucede algo? ¿tú y los niños se encuentran bien? —preguntó un poco preocupado al escuchar el tono de voz de su pareja.
—Pues.. a ver, les dije a los chicos que no se preocuparan pero..
