El sonido de las tragaperras se podía escuchar sin para dentro del complejo, mientras que las risas, los ánimos decaídos y la desesperación se podía palpar dentro del lugar, Yoongi caminaba despacio entre las filas de aquellas maquinas, una bandeja en manos dejaba ver dos bebidas alcohólicas preparadas, las personas allí dentro en lo único que pueden pensar cuando apuestan es en alcohol y cigarrillos, si es posible, podían terminarse todo un mini bar en cuestión de segundos, sus pasos no se dejaban escuchar debido al alfombrado suelo que contenía pequeños dibujos de cuadros de color rojos dispersos en todo un alfombrado de color negro.
—Yoongi —dejo de prestar atención a las bebidas en su bandeja para mirar al frente, allí se encontraba una de sus amigas y compañeras de trabajo, Choi Eunji—, que bueno que te veo —Yoongi no tardo en percatarse de que la chica vestía el uniforme, pero parecía algo desalineada, cosa que le extraño, porque siempre le gustaba cepillarse el cabello rubio cenizo en una coleta, además de siempre portar un maquillaje suave para su rostro—, ¿el jefe ha preguntado por mí?
—No —menciono Yoongi—, ¿de nuevo tarde?
—Sí —soltó un bufido—, pero esta vez no fue culpa mía, ya sabes que George siempre que quiere que le acompañe a casa, termina diciéndome que me quede con él para poder pasar la noche juntos y...
Yoongi soltó una suave risa al escucharla.
—Ya no dejes que te distraiga tanto ese chico —la rubia no tardo en regalarle una sonrisa—, a este paso terminarás perdiendo el empleo.
—¡Lo sé! —Eunji llevo su mano derecha a su rostro, restregándola levemente—, estoy harta de mi propia impuntualidad, pero espero que esto no se repita —miro de nuevo a Yoongi—, ¿en verdad el jefe no pregunto por mí?
—Pues créeme que, para mí, también fue extraño —menciono Yoongi—, el señor Wood parecía más preocupado por otros asuntos más importantes, ni siquiera nos dio instrucciones especificas cuando casi abríamos el casino, lo único que dijo fue que tuviéramos un buen día.
Eunji no tardo en fruncir el ceño, usualmente el señor Wood, no se consideraba como una persona amable, porque siempre se ha caracterizado por ser un maldito desgraciado a la hora de tratar con los empleados, había muchas razones por las que muchas meseras y meseros no duraban en el trabajo, y eso era porque el señor Wood se sentía muy interesado en ellos, porque si llamabas la atención de un hombre como él, escapar era la mejor opción antes de que comenzasen los problemas, por fortuna Yoongi y su amiga, no habían llamado la atención de ese hombre, y eso ya era ganancia, porque podían trabajar más tranquilos sin tener la mirada profunda de ese hombre sobre ellos.
—Es extraño —comento Eunji.
—Lo sé —Yoongi apretó levemente los labios—, pero hay algo más extraño —Eunji lo miro.
—¿Qué puede ser mucho más extraño que el señor Wood siendo amable?
—Pues —Yoongi no pudo evitar mirar a la entrada del casino, en donde se encontraban dos guardias de seguridad vestidos en trajes negros—, el señor Wood les dio instrucciones especificas a los guardias, no deben dejar de vigilar a las personas que entran al casino.
La vigilancia era algo importante, y más cuando se sabe de una posible persona que esta dispuesta en llevar a un casino a una posible ruina, pero eso siempre era vigilado en las cámaras, las trampas podían ser mucho más visibles de lo que aparentaban, y por supuesto detectar a alguna persona tramposa dentro del casino no era ningún problema, sobre todo porque Peché Mortel era considerado el lugar menos indicado para hacer trampa, jugar con cartas extras, utilizar imanes, entre otras trampas en los juegos de azar eran detectadas de inmediato, ningún jugador allí podía considerarse como un buen maestro en el arte de la mentira, porque el dueño de Peché Mortel era el rey de las trampas, conocía cada una de ellas, nadie podía engañarlo tan fácilmente, ni siquiera un tonto que se cree el más inteligente del planeta podría hacerlo.
—¿Vigilar la entrada? —Eunji miro hacia la entrada—. Es extraño.
—Sí, se supone que importa más siempre vigilar las mesas de juego, pero por alguna razón, el jefe quiere que vigilen la entrada.
—¿Crees que debamos preocuparnos? —Yoongi se encogió de hombros.
—La verdad no sé qué pensar.
—Creo que lo mejor por ahora es dejar de lado esto, y seguir trabajando —volvió a mirar a Yoongi—, iré a arreglarme al sanitario, si Wood pregunta por mí, sólo dile cualquier cosa.
—Te cubriré, pero recuerda que te quedarás debiéndome una deuda más grande.
—No hay problema —Eunji le regalo una sonrisa—, ¿almorzamos juntos en nuestro descanso?
—¿Pagarás el almuerzo de ambos? —Eunji dio un asentimiento—. Entonces sí.
—Min Yoongi, eres un interesado.
—Eso te pasa por llegar tarde.
Sin más, Eunji le regalo una nueva sonrisa para después pasar a su lado para dirigirse al sanitario de mujeres, Yoongi la miro alejarse por sobre su hombro, mientras que negaba levemente con su cabeza y una diminuta sonrisa asomaba por sus labios, su amiga jamás cambiará, pero así la estima mucho, dejo de mirarla cuando la imagen de ella desapareció entre las pocas personas que se encontraban de pie y caminando por el lugar, comenzó de nuevo con su camino, pero algo logró llamar su atención.
—Alto —la voz de uno de los guardias de seguridad logró hacer que de nuevo detuviera sus pasos, sus ojos se direccionaron hacia la entrada principal del casino y allí los vio, eran tres hombres.
Uno de ellos era alto, vestía con un traje negro y usaba lentes de sol, su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás, sus cabellos eran de un castaño claro, el otro portaba una camisa de color blanco holgada y arrugada, además de unos pantalones de color negro, parecía importarle poco su apariencia, sus cabellos eran más largos y de color negro, Yoongi pudo notar que uno de sus brazos estaba completamente lleno de tatuajes de los cuales había distinguido uno en particular y era el de un dragón de color rojo. A pesar de la apariencia levemente intimidante de los dos, los guardias parecían mucho más interesados en otra persona, se trataba de otro hombre, este vestía un traje vino que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, y portaba un sombrero que apenas y dejaba ver sus hebras rubias, Yoongi pudo ver claramente la sonrisa ladina llena de arrogancia que habían formado sus labios, ese hombre mantenía la mirada gacha, pero no tardo en subirla de inmediato, sus ojos demostraban fiereza y fastidio debido a que lo habían detenido de esa manera, pero tan pronto como aquel hombre había levantado la mirada los guardias alejaron sus manos de los hombros de ese sujeto.
—Perdone señor Park —se disculpo uno de los guardias—, no sabía...
—Claro que lo saben —menciono aquel hombre—, díganle York —quizás Yoongi se había quedado demasiado tiempo mirando a aquel hombre, porque aquella mirada fiera no tardo en llegar a él, enfocándolo de inmediato, el cuerpo de Yoongi se paralizo por completo al sentir la mirada de aquel sujeto puesta sobre él—, que he llegado —sin que Yoongi se lo esperase, aquel sujeto le regalo un encantador guiño que lo hizo sentir un leve escalofrío en la espalda—, y dense prisa —aparto la mirada de Yoongi.
Los guardias dieron un asentimiento antes de comenzar su camino siendo seguidos por esos tres hombres que habían ingresado al casino, Yoongi trago saliva con pesadez al percatarse de que aquel hombre de cabellos rubios lo miraba de soslayo mientras sonreía.
¿Quiénes eran esos sujetos? Yoongi no lo sabía, pero si sabía que aquel rubio tenía escrita en su mirada la palabra "peligro" dejo de mirarlo, y continuo con su trabajo, no necesitaba meterse en problemas y mucho menos con alguien como él, no lo conoce, pero todo en él lo hace querer ponerse a la defensiva, quizás sus instintos tengan razón.
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Paradise Street ||JimSu||
Fanfiction"Oh, minino, el amor es para los débiles, apostar... es cosa de valientes." Las Vegas, Nevada. Peché Mortel, es el nombre del casino en donde Min Yoongi, un doncel que siempre fue irrespetado por ser el hijo de una prostituta, trabaja como mesero, e...