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Epilogo




Las risas podían escucharse por toda la casa mientras que el eco del sonido de unos pasos apresurados y pequeños se podía oír ir y venir de la parte de arriba de la casa, pronto aquellos pequeños pasos se escucharon bajar presurosamente mientras las risas seguían, Park Jihu bajo las escaleras, sus cabellos castaños claros y aquellos ojos grisáceos podían identificarse en cualquier parte.

—¿Jihu? —Yoongi al escuchar tanto alboroto se acerco hacia el pasillo que daba con las escaleras que daban con la planta alta—. Sabes que no me gusta que corras por las escaleras, puedes caerte.

—¡Papá! —exclamo el niño mientras seguía su camino hacia su padre, el doncel le regalo una sonrisa antes de ponerse en cuclillas y recibir a su pequeño hijo en sus brazos—. Papá Jimin tiene la culpa de todo.

—¿En serio? —pregunto Yoongi, antes de mirar a su prometido bajar las escaleras con pasos pesados, su respiración era agitada y venía escurriendo algunas gotas de sudor.

—Ya no... puedo... —trato de recuperar el aliento—, más... —soltó un resoplido y termino de bajar las escaleras, Yoongi no evito soltar una risa al verlo—, ese niño... —inhalo profundamente—, es un torbellino...

—Papá es muy lento —dijo Jihu en respuesta y miro al doncel—, no sabe juegar a las escondidas.

—Es jugar, Jihu —menciono Yoongi mientras lo cargaba, camino un par de pasos para acercarse a Jimin—, ¿estás bien? —pregunto mientras sonreía—. Decías que era fácil cuidarlo.

—Me retracto... —Jimin tomaba sus rodillas, sintiendo las gotas de sudor ir recorriendo su rostro, en verdad que no esperaba que cuidar de Jihu sería tan problemático, pero le había prometido a su doncel cuidarlo mientras él salía a divertirse con su amigo Hoseok.

Yoongi soltó una risa al ver el cansancio en Jimin.

—Hoseok manda saludos —dijo Yoongi y coloco al pequeño niño de cuatro años en el suelo—, vea jugar a tu habitación, tus padres tienen que hablar.

—Sí, papá —menciono el niño regalándole una sonrisa al doncel antes de volver a retomar su camino hacia las escaleras, y burlándose de paso de su otro padre quien seguía cansado por no atraparlo en más de una hora, nunca pensó que los adultos se cansarán tan pronto de correr.

Habían pasado cinco años exactamente después del embarazo de Yoongi. El pelirrubio no tardo en regresar a Las Vegas, Nevada, para ir por su doncel y llevárselo a vivir en Nueva York, en donde pasaron la mayor parte del embarazo del doncel, aunque terminaron por irse a vivir los últimos dos meses a Delaware por petición de Yoongi para vivir más tranquilos en lo que terminaba su embarazo, cuando Jihu nació las cosas mejoraron y decidieron vivir allí, Jimin aún trabajaba al lado de su padre, heredando su negocio en el cual las finanzas y la casa de moneda se involucraban mucho, Yoongi casi no le preguntaba sobre ello pues Jimin siempre se veía presionado en muchas ocasiones por los diversos trabajos extras que su padre le asignaba.

—¿Cómo esta, Hoseok? —pregunto Jimin mientras se enderezaba—. Hace mucho que no le veo.

—Esta bien —dijo Yoongi—, y dijo que ya era hora de que me pidieras matrimonio, después de un hijo de cuatro años, dos años de novios y cinco años viviendo juntos... ya te habías tardado.

—Eso no fue mi culpa —dijo Jimin en respuesta—, tu ni siquiera aceptaste ser mi novio cuando te saque de Nevada.

—Eso es porque no iba a aceptar salir con alguien que apenas había conocido dos días.

—Eso no te impidió acostarte conmigo —Yoongi le saco la lengua a su prometido—, por lo menos ahora no me rechazaste.

—Agradece que no lo hice, Jiminnie —el mencionado le sonrió—, iré a preparar algo de cenar.

—Te ayudo, minino.

Algunas cosas no iban a cambiar, y eso estaba más que bien. Ambos se dispusieron a hacer la cena, entre risas y platicas pequeñas, la sortija en el dedo anular de Yoongi brillaba con la luz diurna, y Jimin se sintió totalmente afortunado de que aquel doncel esté en su vida, no podía pedir nada más.






FIN.

Paradise Street ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora