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El sabor era tan dulce en sus labios, el vodka jamás había sido tan dulce al probarlo, pero en esos momentos en verdad que lo era, apretó su mano derecha con fuerza sintiendo como aquel par de dados en sus manos le hacía marcas en la palma con fuerza, pero no importaba, nada importaba en realidad, sonrió ladino antes de por fin estirar su mano y en un movimiento rápido lanzar los dados a la mesa, el silencio era sepulcral en aquella mesa de juego, mientras todos miraban expectantes a que el número se revelará, los dados chocaron contra la mesa una, dos, tres... rodaban una y otra vez y entonces por cada golpe dado la velocidad disminuía y cuando menos se espero estos se detuvieron y el cinco en uno espero a que el dos apareciera.

—¡Un siete perfecto! —exclamo el hombre al ver los dados, y no tardaron en escucharse las voces en jubilo.

Jungkook sonrió satisfecho mientras miraba aquello.

—Como dije, el número siete es de la suerte —menciono Jungkook, mientras las fichas que había logrado sacar eran entregadas—, gracias, mi buen señor.

—¿Desea volver a apostar, señor? —Jungkook relamió sus dientes superiores sin dejar de sonreír, ¡claro que le encantaría! Pero claro eso no debía de hacerlo, ¿o sí?

La tentación estaba carcomiendo sus dedos poco a poco, miro aquel par de dados de color rojo, indicándole que se atreviera a tomarlos de nuevo y volver a tirarlos contra aquella mesa sin piedad alguna, que lograse obtener más dinero, que los cinco mil dolares que llevaba en los bolsillos no eran suficientes, ¿por qué no mejor diez mil? ¿O veinte mil? ¡O más! Trago pesado, jamás ha podido controlarse del todo, pero debía de concentrarse, perder el control ahora no era una buena opción, debía manejarse un poco antes de que la tentación terminará por consumirlo.

—Creo que me... —una mano sobre su hombro detuvo sus palabras, miro por sobre su hombro de quien se trataba, allí estaba Namjoon quien elevaba una ceja mientras le indicaba con un pequeño meneo de cabeza que dejase esto por las buenas, de mala gana Jungkook regreso la mirada virando los ojos en el proceso—, me retiro —menciono Jungkook, pero algunas personas se vieron decepcionadas por aquella respuesta.

Aún así Jungkook no hizo caso, tomo las fichas que le corresponden y le dio la espalda a aquella mesa para retirarse con su amigo, Namjoon soltó un suspiro, un poco más tarde y hubiera perdido a Jungkook.

—Siempre es lo mismo contigo —menciono Namjoon mientras Jungkook se colocaba a su lado—, empiezas apostando cincuenta dolares y terminas con miles —Jungkook soltó una pequeña risa al escucharlo.

—Ya me conoces, Nam —dijo Jungkook sin dejar de sonreír—, pero te equivocaste, está vez la apuesta empezó con cien dolares —Namjoon rodo los ojos al escucharlo—, pero mira el lado bueno —le mostro las fichas—, con esto podemos darnos buenos lujos está noche.

—Jimin dijo que nos divirtieras un poco en esté lugar, pero que debíamos estar pendientes —Jungkook elevo una ceja—, dijo que el invitaría todo.

—¡Fantástico! —la voz de Jungkook era de total jubilo—. Por cierto, ¿en dónde está? —miro de un lado y a otro esperando encontrarlo en alguna parte del lugar, pero no había nadie que se pareciera a él—. Pensé que vendría contigo después de follarse a ese chico.

Namjoon soltó un largo suspiro.

—También lo creí —dijo Namjoon—, pero mientras tú estabas concentrado apostando, él me pidió que lo escoltase al hotel que me pidió buscar, se llevo al doncel con él —Jungkook elevo las cejas al escuchar aquello.

—¡Vaya, vaya! —no evito soltar una risotada después de escuchar aquello—. Parece que alguien encontró un buen culo para joder un buen rato —sonrió ladino—, deberíamos hacer lo mismo ¿no crees?

Paradise Street ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora