Mar es una adolescente española de 17 años a punto de cumplir la mayoría de edad proveniente de una familia adinerada y con mucho poder.
Pablo un chico de 17 años, quien apenas comienza su carrera como futbolista en Barcelona sera el único capaz de...
Salto y canto el himno del Barça al ritmo de mis compañeros en el vestuario que nos tocó, acabamos de ganar el clásico y no me entra más felicidad en el cuerpo.
Fue un partido caliente, incluso me gane un buen empujon por defender a Busi pero eso no me importo, a mi capitán no lo toca nadie.
Podría haber terminado peor la situación pero lograron calmarnos a todos, me separo del grupo para ir a bañarme ya que estamos a punto de ir a festejar a nuestro hotel.
Mis ojos se centran en Sira, Mikky y Mar en la puerta de entrada a los vestuarios, llevo mi vista a Pedri pero el esta ocupado en su móvil.
Vuelvo a centrar mi atención en ella, la observo mientras las tres hablan con Ferran y Frenkie.
Esta preciosa muy pocas veces la había visto en jean y el que trae le queda de infarto ya que resalta muy bien sus curvas.
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Joder, que ganas de besarla y hacerla mía acá mismo pero no puedo.
Me saco la camiseta, cuelgo la toalla en mi hombro y camino a ellos, en cuanto Mar se da cuenta camina hacia mi.
Sus brazos envuelven mi espalda desnuda, mientras yo me hundo en su cuello.
-Felicitaciones amor, estuviste increíble -susurra aferrada a mi-
No tardo en separarme de ella y mirarla a los ojos.
-Gracias Mar -respondo un tanto frio- -Pablo.. ¿Hasta cuando vas a seguir actuando de esta forma? -susurra sonrojandose ante mi- -Vas a tener que hacer muchas cosas para que te perdone -respondo poniendo cara de chulo- -¿Y como que? -responde ella ahora acercándose a mi otra vez y envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello-
En cuanto estamos a tan solo centímetros y sus labios casi tocan los mios me aparto dejandola sin palabras.
Me derrito ante ella y muero por besarla pero no se la voy a hacer tan fácil.
-Sorprendeme -hablo para luego irme dejandola confundida detras de mi-
Todo mi ser pide que me de la vuelta y vuelva junto a ella para besarla hasta saciarme por completo pero aún así me resisto siguiendo mi camino hacia la ducha, donde una vez dentro me desnudo para luego abrir el grifo, dejando que el agua comienze a caer por todo mi cuerpo mientras mi cabeza no para de repasar todo lo sucedido, haciéndose mil preguntas.
¿Que hago? ¿Se merece mi perdón?
Fue solo un beso -me respondo a mi mismo- ella fue capaz de perdonarme -agregó-
¿Porque yo no podría hacerlo?
Niego con la cabeza tratando de esparcir todas aquellas preguntas buscando pensar en el clásico de hoy.
