El Doncel Mafioso I 🗡

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El día estaba a pleno aunque sea pleno invierno. El banco estaba abarrotado de gente pero el rubio pudo lograr hacer aquel tramite a tiempo. Sacó todo el dinero y cerró su cuenta definitivamente.

Al salir tomó un taxis y regresó a casa donde empezó a transformarse recuperando su antigüa identidad. Se quitó la peluca de negros y largos cabellos. Se quitó los lentes de contactos color violeta. Se quitó las ropas y se duchó.

Prendió la chimenea y fue quemando todo lo que allí había usado mientras usaba la identidad de Menma Namikage.

Desnudo completamente iba arrojando al fuego su falso documento, su credencial de la obra social, los documentos que había usado al hacerse pasar por estudiante universitario de derecho.

Todo, absolutamente todo desapareció al ser convertido en cenizas. Se había tapado sus huellas durante todo ese tiempo como le había enseñado su gran maestro tiempo atrás.

Incluso arrojó al fuego su máscara hecha del mejor material que se asemejaba a la piel humana volviendolo alguien de piel trigueña.

Cuando el fuego lo hubo consumido absolutmente todo recién se vistió con un pantalón negro anustado a sus piernas, una polera naranja y un buso naranja y negro.
Zapatillas negras.

Sus rubios cabellos naturales volvían a respirar aliviados. Blamca piel lozana, ojos celestes naturales. En realidad tenía 20 años, diez años menor de la identidad que había estado usando durante ese tiempo en que estuvo allí.

Ya tenía lo que quería. Diez millones de dólares que le hubo robado a ese viejo asqueroso con el cual tuvo que revolcarse.

Su piel falsa que cubría todo su cuerpo fue arrojada al fuego junto con lo demás que probaba la existencia de Menma Namikage.

Cuando hubo acabado con todo, salió. Dejó la llave del departamento dentro de un sobre que a su vez lo dejó en uno de los casilleros. Por supuesto que tenía puesta la capucha que lo cubría completamente.

La noche había nacido ya y una vez más se volvió su aliada. Solo llevaba su mochila naranja y negra, dentro de la cual tenía lo indispensable para desaparecer de ese país.

Volvía a su país natal con los diez millones en su cuenta bancaria irrastreable. Subió al avión y cuando este se perdió en las alturas respiró aliviado. Al fin podría recuperar a su hijito.

Boruto tenía tres añitos de edad y aunque fue el producto de una violación, él lo adoraba. Pero le fue arrebatado por ser menor de edad cuando nació y luego por carecer de fondos para criarlo. Estaba en un orfanato mugroso.

Pero ahora era conciente de que podía recuperarlo definitivamente y lo mejor de todo, nadie jamás podría vincularlo con ese robo debido a que tenía todo calculado.

Boruto, mi bebé. Te extraño tanto mi pequeñito.

El avión llegó a su ciudad natal luego de un día de viaje. Salió del aeropuerto para dirigirse a su departamento.

Dejó su mochila y sacó los documentos necesarios y fue al orfanato. Pero al llegar el director del lugar le dijo que el día anterior fue alguien a buscar a Boruto y se lo llevó pero dejó una nota para él.

El rubio empezó a impacientarse al saber aquello.
-¡¿Por qué demonios permitió que un desconocido se lleve a mi hijo?! ¡Maldita sea!

- Calmese señor Uzumaki y lea la nota - dijo el director con frialdad en su voz.

Aquello le dio a Naruto qué pensar. Pero obedeció.

Naruto

Tengo a tu hijo y si quieres recuperarlo deberás deberás matar al empresario Sabaku, dueño de las empresas Suna. Te dejo su foto y sus datos aparte. Cuando acabe su funeral te devolveré a Boruto. De lo contrario no lo volverás a ver nunca más. Y no sabrás si está vivo o muerto.

Naruto empezó a respirar entrecortado y a temblar. Miró al director sin entender nada.

- Vete muchacho
-¿Qué significa ésto? ¿Quién se llevó a mi hijo?
- Deja de hacer preguntas Naruto, y te aconsejo apurarte.

A Naruto le bastó eso para darse cuenta de que ese maldito del director estaba metido. Respiró profundo intentando calmarse mientras guardaba aquello en su mochila.

Miró al director. Aún tenía sus huellas tapadas por la crema que usaba con frecuencia. Esperó a que el director se descuide para introducir un polvo verde en el cafe que estaba bebiendo.

El hombre volvió con una carpeta pero al ver a Naruto ahí se sorprendió. Dejó dicha carpeta en el escritorio diciendo:

- ¿Aún sigues aquí? Es evidente que no quieres recuperar a tu hijo ¿verdad?

Luego sujetó la taza y bebió su café mientras se burlaba de él. Naruto agarró con fuerza su mochila temblando de ira, pero esperó a que el veneno haga efecto.

Cuando el hombre empezó a tocer, recién el rubio se levantó con calma y se colocó la mochila en su hombro derecho. El hombre tocía sintiendo que le empezaba a faltar el aire.

- ¿Quién se llevó a mi hijo?
-¿Qué?

- Morirá si no habla - el rubio le mostró un frasquito con un liquido rojo - Es el antídoto al veneno que se bebió ¿lo quiere?

- Por dios
- Hable ¿Quién se llevó a Boruto?

- No lo se - cuando vió que Naruto guardaba el antídoto en su bolsillo se desesperó -¡Es cierto! ¡No lo sé! ¡Vino un desconocido ayer y me pagó en efectivo para que le permita llevarse a tu hijo!

-¿Por qué mi hijo?
- Dijo que eres el discípulo de Jiraya, que eso te volvía el mejor para el trabajo y que Boruto era tu incentivo...te digo la verdad...por favor....

-No es suficiente. Necesito más.
- Es....es....¡Es alguien perteneciente a la familia Sabaku! ¡Quieren muerto al hombre!
-¿Un pariente suyo?
-¡Si! ¡Por dios! ¡Si!
- Gracias.

Cuando Naruto siguio avanzando el hombre quiso seguirlo pero se desplomó allí mismo.

- Pudrete maldito - dijo el rubio y se fue. Sabía que nadie lo vió, sabía que el veneno que le dió le provocaba un paro cardíaco.

Naruto se la sabía todas a la hora de matar y de robar. Era un fantasma, sin huellas ni nada.

Cuando encontraron al director no existían pruebas en su contra, ni siquiera estaban los papeles de Boruto allí debido a que el mismo Naruto se llevó todos los arvidos y documentos que el orfanato tenía de su hijito.

Se dirigió al banco donde tenía una caja de seguridad. Allí guardó los diez millones de dólares mas los documentos de Boruto.

Luego salió de allí con un millón de dólares unicamente para poder invertir en su nuevo objetivo. Los Sabakus. Miró a los hijos del señor Sabaku. El menor le llamó su atención.

Salió del lugar con su objetivo en mente. Gaara Sabaku. Su proxima presa. El pelirrojo representaba todo un reto para Naruto pero su hijo lo valía.

Descuida Boruto, te salvaré y cuando me haya asegurado de que estás a salvo exterminaré a todos los Sabakus. Malditas basuras que se metieron conmigo al hacerte daño.


Gaara Y Naruto ~ GaaNaru ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora