Amor Sagrado I🌹

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Gaara había salido a caminar, ya que pasó demasiado tiempo encerrado en su lujosa mansión luego de su muerte. Su amado dorado había sido su vida misma, pero desde que murió, un año y medio ya, el pelirrojo se sumergió en la depresión más intensa.

No había salido de casa, de no ser por sus hermanos Gaara se habría suicidado ya. Pero Temari y Kankou se concentraron en conservarlo vivo. Esto solo le produjo mayor dolor.

Sin embargo pudo convivir con él, al ir pasando los meses sentía que respirar conllevaba un dolor mucho más soportable.

Cuando se hubo hartado de permanecer encerrado en su lujosa prisión, aislado del mundo mismo, optó por salir a caminar. Pero solo, no aceptó la compañía de nadie. Gaara era conciente de que necesitaba recuperar su vida y así poder decirle adiós a su amado esposo.

El pelirrojo encendió un cigarrillo y mientras caminaba daba pitadas, sin detenerse. Sentía el aire acariciar su rostro con sus invisibles dedos.

Su mente seguía invadida por los románticos momentos en los que pasó en los brazos de su amado dorado. Extrañaba su sonrisa, sus caricias y sus besos. Jamás podría encontrar a alguien que lo llegase a amar de la misma manera en que amó a su difunto esposo.

Pero en esos momentos algo sucedió que lo paralizó, en la vereda del frente estaba él. Su amado esposo solo que vestía una sotana de sacerdote. El corazón le dió un vuelco al verlo, ahí estaba él, vivo. Pero ¿Cómo era posible que siga vivo y lleve puesta una sotana?

El rubio estaba rodeado de niños, su sonrisa onubiló a Gaara una vez más. Los pequeños reían felices mientras estiraban sus manitos al sacerdote dorado, quien les repartía golosinas.

Cuando las golosinas se le acabaron los niños lo abrazaron todos juntos, para irse a los juegos riendo felices. Gaara cruzó velozmente la calle para llegar al rubio, tenía tantas preguntas que hacerle.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo llamó.
— ¡Menma!

El rubio lo miró asombrado y confundido sin entender qué quería ese joven aristócrata. Por unos momentos reinó el silencio, pero Gaara lo rompió al lanzarse a los brazos del sacerdote, mientras lloraba y decía:

—¡Por dios Menma! Creí que estabas muerto. Mi amor ¿Qué sucedió?

El sacerdote se puso tenso al ser abrazado por ese desconocido quien lloraba con intensa desesperación.

— Oiga — el rubio lo sujetó de los brazos y lo apartó de su cuerpo.
— Menma
—¿Menma? ¿Quién es Menma?
— ¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? Eres tú.

El rubio lo miró asombrado y confundido al tiempo que le decía:
—¿Yo? Lo siento pero me confundió con otra persona. Yo no me llamo Menma.

— Eres Menma y te creí muerto por dios.
— Mi nombre es Naruto.

— ¿Qué? No, tú te llamas Menma y eres mi esposo.
—¿Disculpe? Me llamo Naruto y soy sacerdote.

—¿Qué?
— Lo que escuchas....
— Gaara, soy Gaara Sabaku.
— Soy sacerdote, me llamo Naruto. Te equivocaste Gaara.

El pelirrojo lo miró sin entender nada, pero ese chico era la viva imagen de su amado Menma. Sea lo que sea, Gaara no sé daría por vencido.

En su mente había recuperado a su amado esposo en ese sacerdote, y no estaba dispuesto a perderlo. No otra vez.

— No Menma, Naruto o como sea que te llames. Vendrás conmigo quieras o no.

Naruto lo miró entre asombrado y asustado empezando a retroceder, mientras los colores abandonaban su rostro.

Naruto lo miró entre asombrado y asustado empezando a retroceder, mientras los colores abandonaban su rostro

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Gaara Y Naruto ~ GaaNaru ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora