Silhouette [An "Usaihara's Comic" Fanfiction]

Prólogo

Esta historia es propiedad de la cuenta:
Editorial_Despair

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La noche se le hacía eterna desde que sus pensamientos le confundían. Hacía tan solo unas semanas él era un adolescente normal, aunque sus preferencias no fuesen a la par con las de sus compañeros, siempre fue bienvenido en el grupo, pero esa pacífica convivencia se fue por un caño inexistente cuando esos a quienes consideraba sus amigos comenzaron a evitarle sin motivo aparente. No era cuestión de llegar a extremos drásticos como no devolver un saludo o despedirse cuando finalizaba su día de clases, pero solían excluirle de actividades grupales, como si olvidasen su existencia en esos momentos que compartían unos con otros. No podía evitar sentir cierto resentimiento por ello, ¿acaso había hecho algo mal? A nadie le gusta ser excluido, casi sentía que le juzgaban a cada minuto del día. Esas meras evasiones pronto comenzaron a hacerse demasiado evidente, tanto que, para facilitarles incluso la tarea, él mismo decidió apartarse por completo. Había dejado de asistir a clases, rechazaba cualquier visita o llamada que recibía. Claro, por supuesto que las iba a rechazar, hasta hacía unas semanas era normal con todos y de repente comienza a evitarle como si fuese algún bicho raro. ¿Y esperaban que se creyera su fachada de falsa preocupación? El ser humano llegaba a ser tan hipócrita a veces que le daba un profundo asco saberse parte de dicha raza.

Apartó de su escritorio todo el material que había desparramado encima, colocando en su lugar un libro bastante grande. Pensaba distraerse leyendo, ¿qué mejor que una novela de misterio para pasar una noche en vela? La idea de resolver el crimen antes que las frases del libro le arruinasen el suspenso siempre le gustaba, desde luego, ¿y còmo no? Su show favorito ofrecía una situación similar con los escenarios más inesperados. El misterio terminó por convertirse en su género favorito y se había creado toda una colección de libros de esta categoría. Así pues, abrió aquel libro y se sumergió en la lectura, dejando atrás la realidad para profundizar la experiencia mientras leía aquellos párrafos con descripciones muy exactas de cada cosa y personaje. Poco a poco comenzó a sentir un profundo interés por la historia, estaba tan sumido en ella que no se dio cuenta siquiera de que ya había amanecido. ¿Tan rápido se le había ido la noche que antes creyó interminable? Sin mucho más que comentar en su mente al respecto, apagó las luces de su habitación, y estuvo punto de cerrar las cortinas para seguir leyendo con comodidad cuando vio varias personas caminando frente al pequeño jardín que daba entrada a su casa. Eran algunos de sus compañeros, parecía ser que se disponían a hacerle otra visita no deseada, pero desde que solo él estaba en casa, no pretendía siquiera bajar las escaleras para dar una negativa ante su nuevo intento de verle.

Pasó olímpicamente de los incesantes toques en la puerta y los llamados en vano que hacían sus no deseados visitantes y volvió a tomar aquel libro, esta vez leería embargado en la comodidad de su cama. Para su mala suerte, escuchó chasquidos en la puerta principal, se apresuró a asomarse por la ventana, notando que su tío había regresado a casa en un mal momento. Maldijo una y otra vez que el adulto hubiese regresado de su trabajo justamente ahora. Lo siguiente que escuchó fueron llamados del susodicho pidiéndole que bajase. ¿Qué haría De ninguna forma iba a poner un pie en la planta inferior sabiendo que le esperaban allí sus compañeros de salón. Era un buen momento para fingir estar durmiendo. Cerró rápidamente el libro y lo escondió bajo su cama conforme escuchaba pasos resonar por las escaleras, su tío no tardaría en llegar a su habitación. Se deshizo de sus zapatos y se metió bajo las sábanas cuan rápido pudo, calmando su respiración poco a poco y cubriendo su rostro para no delatarse con algún gesto evidente. La puerta emitió un ligero chirrido debido a la lentitud con la que fue abierta, escuchó murmuros por parte de su tío, quien luego volvió a cerrar la puerta y regresó por donde vino. Lo siguiente que hizo fue salir de su habitación silenciosamente y se aproximó a las escaleras para espiar la conversación.