Silhouette [An "Usaihara's Comic" Fanfiction]

Capítulo 14

La noticia de lo que había pasado con Miu no hizo otra cosa más que asentar en sus compañeros de salón restantes el más profundo miedo. Alguien había tenido la gran idea de grabar sus últimos momentos y el vídeo era una tendencia en las redes. ¿Cómo pudo pasar? Miu vivía bajo el constante cuidado de sus padres debido a que sus ideas innovadoras le llevaban a tener pequeños accidentes, tanto en casa como en la escuela. Mientras efectuaban el funeral de la rubia, los padres lloraban asegurando que al irse ellos a dormir, Miu seguía en su habitación y habían cerrado bien cada posible entrada o salida de la casa. Aún así, al despertar, Miu no estaba, las llaves seguían bajo su custodia, las ventanas y puertas seguían cerradas, todas y cada una de ellas. No acababan de entender cómo pudieron raptar a su hija a pesar de haber tomado todas las precauciones. No fue hasta que vieron las huellas de hollín en la alfombra de la sala de estar que comprendieron que habían cometido un simple error que les costó la vida de su hija.

Las autoridades censuraron por completo a las cuentas que compartían aquel terrible vídeo por respeto a la víctima y a sus padres, quienes aún no lo habían visto, pero no dudarían en ponerse peor de ser el caso. La tendencia llegó a su fin tan rápido como comenzó, para alivio de muchos. No obstante, algunas personas que reconocieron al objetivo del vídeo no evitaron querer saber si era editado o real, ya que las autoridades no aclaraban nada respecto a lo ocurrido realmente con Miu. Las cuentas de algunos de los compañeros de la susodicha, como las de Tsumugi, Kiibo, Kokichi y Maki comenzaron a ser acosadas con miles de preguntas a las que ellos se negaban a responder, los dos últimos recurrieron a eliminar sus cuentas de cada red social que tuviesen instalada entre sus aplicaciones al verse llegando a su límite en cuanto a su bienestar mental se refería. Kiibo optó por no volver a tocar su móvil y se recluyó a sí mismo de la sociedad, no queriendo siquiera saber que otro ser humano a parte de sus padres. Miu había sido su mejor amiga, lo cual, desgraciadamente, no llegó a más a pesar de haber comenzado a salir con ella poco antes de su muerte. Saber que ya no estaba solo le sumía en una profunda depresión y de negaba a escuchar a sus padres cuando le decían que requería ayuda profesional llegado a ese punto. Pero Kiibo no quería ayuda de nada ni de nadie, ya estaba siendo bastante tolerante al dejarles a ellos dos dirigirle la palabra.

Por otro lado, Tsumugi siempre había sido de tener muchos seguidores en sus redes, al ser una cosplayer compusiva cuyo afán por dicho hobby le llevaba a querer la perfección en cada traje que ocupaba, eso la hacía realmente popular entre los fans de determinados animes. Tsumugi no era de tener muchas interacciones sociales, pero se sentía a gusto entre personas que comprendían su pasión por el cosplay, aún si era a través de redes sociales, no quitaba el hecho de que fuese atención deseada por ella. Por este motivo, a pesar de sentirse mal por la muerte de su compañera y el hecho de recibir preguntas constantes sobre el hecho, la peliazul no renunció a ninguna de sus cuentas en el mundo del internet. Aunque hacía todo lo posible por evitar las preguntas indiscretas, llegó un momento en que no se contuvo al estar bajo tanto estrés y terminó por hacer una publicación en la cual aclaraba todo lo que sabía respecto a la actual situación. No solo confirmó la trágica muerte de Miu, sino que contó además el hecho de que tanto ella como sus compañeros de salón vivían ahora bajo constante vigilancia por el peligro de un asesino serial que se estaba cobrando la vida de todos en su salón, uno tras otro. Aquella publicación sacudió las redes sociales y el rumor de que Miu fue asesinada tan brutalmente al igual que otros de sus compañeros de salón creó una nueva tendencia que, lejos de calmar la ansiedad de las autoridades, solo acrecentó el pánico entre las mismas al saber que un asunto tan delicado estaba plagando las redes sociales. Los ciudadanos perderían por completo su fe en la policía si salía a la luz todo lo ocurrido. Saber que 5 personas habían muerto en un perímetro reducido y ellos no pudieron hacer más que salvar a una de tantas víctimas de puro milagro solo les haría ver como unos incompetentes y solo sería cuestión de tiempo antes de que el pánico cundiera en las calles.