Capítulo 4

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Cuando se enteró de que su tío atendería el caso de la muerte de Kaede no pudo alegrarse más. No le haría ninguna gracia si le pillaba con un adolescente atado en el sótano de la casa. Según se había enterado, lo único que pudo darles datos de la pobre chica fue un análisis de ADN. Se rió como si le hubiesen contado el mejor chiste de su vida cuando se enteró de que no quedaron ni sus dientes para reconocerle. Se encontraba ahora en el sofá de su sala de estar, observando las noticias sobre el incidente. Habían cerrado las vías para investigar y estaban haciendo interrogatorios a sus compañeros de salón y otros conocidos. Cuando vio a la familia de Kaede mostrando su arrepentimiento no pudo contener una sonrisa de burla. Eran actores excelentes. A ellos nunca les importó una mierda la chiquilla como para querer honrarle los restos en un funeral, apostaba que no pasarían ni 10 minutos después de que el cura diese sus bendiciones y se largarían del cementerio. Por su parte, Kaito estaba aterrado. Shuichi personalmente le había contado lo que había hecho con la rubia cuando esta no le dio la información que quería. Detalle por detalle hasta el momento en que su cuerpo se convirtió en un “globo reventado”. Kaito vomitó ante el detallado relato, le llamó enfermo y le maldijo más de 10 veces por minuto, pero ni todos sus improperios le hicieron borrar su sonrisa de su rostro. El siguiente sería él como no abriese la boca.

Bebió un sorbo de su taza de café tibio mientras apagaba la pantalla, tenía que darle algo de comer a Kaito para que no muriera de inanición antes de decirle lo que quería. El pelimagenta se tensó notablemente al escuchar sus pasos, indicando que se encontraba descendiendo por las escaleras. El de hebras azul oscuro avisó que no traía nada más que su comida, tampoco era una bestia sin raciocinio como para no mantenerle alimentado. Por mucho que Kaito se negó diciendo que no era su mascota, la idea de hacerle cabrear y acabar igual o peor que Kaede le aterraba. Shuichi no se andaba con idioteces, lo que el desconocido decía de él era cierto, se estaba volviendo loco. Conforme le daba de comer, Shuichi le hablaba como si fuese cosa de todos los días, le decía que aún le estaban buscando, que su familia estaba preocupada y cosas similares. Por muy molesto que pudiese ser Momota, lo único de familia que le quedaba eran sus abuelos y no quería que les pasara nada, menos tenerle preocupados, sabía que a su avanzada edad ese tipo de emociones no le hacían ningún bien. El pobre comenzaba a plantearse la opción de hablar a cambio de que le dejase ir.

-SHuichi… _habló en tono bajo el de hebras magenta, el de orbes ambarinos cerró su boca ante el reciente llamado_ Estoy dispuesto a decirte todo lo que sé, pero a cambio quiero que me dejes ir. No diré nada de lo que ha pasado. Solo quiero volver con mis abuelos y decirles que estoy bien.

-¿Oh…? ¡Vaya! ¡Entonces no eres un animal sin sentimientos! Me alegro de saberlo, Momota… ¿Pero qué te garantiza que aunque te deje ir podrás vivir para contarlo? _cuestionó, su voz denotaba cierta malicia. Kaito temió que por un instante estuviese planeando hacer algo en su contra, pero la voz del de hebras oscuras ahora sonaba totalmente seria_ ¿Crees que ese por el que intentaste matarme esté bien con eso? A mí no me importaría librarme de ti, tampoco me importará lo que hagas si te dejo ir, no encontrarían una sola prueba para incriminarme independientemente de tu palabra… Pero no creo que ese otro se vaya a quedar de brazos cruzados sabiendo que has abierto la boca… _le dijo, Kaito se lo pensó muy bien. Shuichi tenía razón, si hablaba o no daba igual, estaba en la cuerda floja en cualquiera de las dos opciones_

-No será lo mismo si tú te encargas de esa persona. ¿No es eso lo que pretendes hacer? _cuestionó_

-Oh, planeas utilizarme. ¡Muy bien, Kaito, te felicito! Esta vez has usado la cabeza. Y tienes razón, pretendo darle un escarmiento ni bien sepa dónde está esa rata. Puedes decir que esa es tu oportunidad de lavarte las manos. Una vez todo quede resuelto habrá pura normalidad. Oh, y no pienses que estoy loco o algo así. Estoy en mis cabales y sé perfectamente lo que estoy haciendo. Solo que a diferencia de esos asesinos chapuceros de las series o las novelas, yo tengo a mi favor mi inteligencia y mi frialdad para pensar. Así que no voy haciendo las cosas a diestro y siniestro. Esto es lo que pasa cuando el detective cruza la línea que lo separa de su perfil de criminal… _explicó, se abrazaba a sí mismo, una sonrisa de emoción se asentó en su rostro_ Me encantaría ver la cara de mi tío en estos momentos. El pobre no debe imaginarse siquiera que su sobrino fue quien echó a morir a Kaede. ¡SI es que ni sus malditos dientes quedaron para hacer un reconocimiento decente! Apuesto a que habrán cogido algún pedazo de carne para sacar su sangre.

Silhouette [An "Usaihara's Comic" Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora