Capítulo 9

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Himiko seguía arrimada al rincón oscuro del cual no se había movido en un buen rato. De vez en cuando escuchaba pasos ir y venir. Incluso juró escuchar algunos ruidos en el exterior, como de metales chocando, golpes y demás. Liego solo percibió puro silencio. Un silencio pesado que le hacía sentir asfixiada aunque sobrase oxígeno para su endeble cuerpo en aquella habitación oscura. ¿Cuánto tiempo más iba a estar encerrada allí? ¿Cuándo podría irse? ¿Cuándo la encontrarían? Mientras más se lo preguntaba, peor se sentía. Ese momento en el que sus dedos rozasen su libertad se hacía lejano, por no decir eterno.

-Tenko... Angie... Ayuda... _musitó a la nada mientras algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos entrecerrados. Estaba sucumbiendo al cansancio, se había resistido a caer dormida a pesar de las tardías horas de la noche. Miró hacia la única ventanilla que había en aquellas cuatro paredes, el amanecer tardaría mucho en llegar_

Por su parte, Shuichi, Tenko y Angie, en compañía del tío del primero, seguían en busca de Himiko. Ya habían revisado todas las edificaciones que podrían ser sospechosas y nada habían encontrado que de relacionase con el rapto de Himiko. Cada minuto contaba, era obvio que la pelirroja estaba en peligro y debían hallarla cuanto antes. Tanto Shuichi como su tío tenían el mal presentimiento de que ya nada serviría tras tantas horas de búsqueda sin resultado, pero Tenlo tenía la esperanza marcada en sus ojos, quería convencerse de que Himiko seguía viva, en alguna parte, esperando a ser rescatada y no se daría por vencida. No hasta verla con sus propios ojos, viva o muerta. Un móvil comenzó a sonar cuando se detuvieron ante un semáforo en rojo. Los cuatro revisaronnsus respectivos dispositivos, pero solo era el de Tenko el que sonaba. Al ver el número reflejado en la pantalla, la sangre abandonó su rostro, dando paso a una cara pálida con una expresión de temor: Era de Himiko. Angie palideció tanto como Tenko. Himiko había comentado que se había olvidado su móvil en la parada del autobús cuando su secuestrador le dio un susto con aquel dedo cortado y etiquetado. Era él, no era Himiko. Tenko dudaba si responder o no, pues temía escuchar algo por parte del sujeto, así que, después de dirigirle una súplica silenciosa a Shuichi, este tomó su móvil, aceptó la llamada y activó el altavoz para que todos pudiesen escuchar por igual.

-¿Hola? ¿Están ahí, chicos? _preguntó aquel sujeto, a Shuichi no dejaba de darle cierto temor el escuchar su propia voz del otro lado de la línea. Era escalofriante que alguien pudiese imitarte tan perfectamente_ Vamos, no sean tímidos. Hay alguien que quiere hablar con ustedes. _rió, acto seguido, la voz de Himiko fue escuchada. Sonaba desesperada, probablemente llorando_

-¡Ayuda, por favor! ¡Sacadme de aquí! _suplicó la fémina. Tenko se sobresaltó, una gota de sudor frío descendió por su mejilla_

-¡Himiko! ¡¿Dónde estás ahora?! _se apresuró a preguntar la peliverde_

-¡¿T-Tenko?! ¡Ayuda! ¡Ayúdame, por favor! ¡No puedo ver nada, está oscuro y apenas me puedo mover!

-Bien, bien, suficientes pistas, tomate. _habló con algo de molestia el sujeto. Pasos se escucharon mientras los gritos de Himiko se hacían distantes_ ¿Qué tal? ¿Asustados? ¿Aliviados de saber que esta viva? ¿Qué me dices, pequeño detective? ¿Podrás encontrarla antes de que acabe el juego?

Silhouette [An "Usaihara's Comic" Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora