CAPITULO OCHO

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Jensen O'Connell.

Marco el número en el teléfono y espero pacientemente a que respondan.

_¿Si?.

_Buenos días reina cobra.

_¿Quién habla?.

_El mismísimo Jensen O'Connell.

_Por favor Jensen no le hagas daño a mi hermana.

_Pero si no le hago nada.

_¿Me lo prometes?.

_Te lo prometo mi amore, tu hermana está en buenas manos.

_Jensen escúchame, no es a mi hermana la que quieres es a mi.

_Por eso mi amore te necesito conmigo.

_Es que sabes que no puedo, amo mucho a brant y...

_Ya no hables mas, me quedaré con tu hermana hasta que decidas venir.

_Por favor cuídala.

_Lo haré como te cuidé a ti.

La llamada termina y alzo la vista a esa muchacha que está atada en la silla, camino hacia ella y desató sus manos, sus pies y su boca.

_Anda vete a ducharte.

_¿Por qué me dejaste libre?.

_No puedo tratarte mal por qué mi amore me lo pidió, no me perdonaría si te ve con esos moretones.

Sale rápido de la habitación temiendo algo.

_Y no intentes escapar, mis perros tienen tu olor y mis guardias pueden verte a kilómetros!.

Cierro la habitación con seguro, mis sirvientas trabajan y uno de mis hombres se acerca y lo espero al pie de la escalera.

_Mi señor_ hace una reverencia y se levanta _ la señorita Susana quiere verlo, dice que es algo urgente.

_¿Está aquí?.

_Lo espera afuera.

_Dile que pase.

Tomo asiento en el comedor dejando que mi servidumbre me sirva el desayuno, esa deslumbrante mujer con cabello marrón, ojos, azules y cuerpo de infarto aparece atravesando la puerta.

Susana es hija de unos de mis cabecillas, me da los buenos días y espero a que tome asiento.

_¿Que te trae por aquí?.

Tomo de la copa de vino y la miro directamente a los ojos esperando a que me responda.

_Necesito un trabajo.

_Eres hija de Roberto, la más querida si no me equivoco y vienes aquí a pedir trabajo.

_Mi rey quiero ser su sumisa.

Llevo la copa hacia abajo y la dejo en la mesa.

_¿Quieres ser mi sumisa?.

_Si, me di cuenta de que no tenía una.

Su pequeña aura hace que aspire el aire y olfatee el rico olor a rosas que se carga.

_Lo siento Susana pero la pequeña de ojos verdes que está detrás de mi será mi pequeña sottomesso hasta nuevo aviso.

_Me vas a dejar por una pequeña vagabunda, ¿Acaso no la has visto? Es inútil.

_Fijate como le hablas al rey.

_Esto es injusto!.

Mis guardias la sacan de la casa.

_Ven aquí pequeña sottomesso.

_¿Que significa eso?.

Lleva puesto un jeans corto con una playera ancha.

_¿Que cosa?.

_Eso de sotto...

_Significa sumisa.

_Sumisa?.

_Aja.

_¿Que harás conmigo?.

_Estas muy preguntona, empieza a comer que te necesito con más peso.

Hace caso mirando la comida antes de llevar un cubierto a su boca.

.
.

Elizabeth Johns.

Los bellos se ponen de punta cuando dejo el teléfono de lado.

Borro la llamada por qué nadie debe saber que hablé con Jensen, uso mi inhalador y seco el sudor de mi frente.

Estoy agotada, los ojos me duelen y gracias a Dios que Jensen llamó, de alguna forma me siento bien por qué se que el va a cuidar de mi hermana aunque los otros vean lo contrario.

Se que hay un Jensen distinto que yo en poco tiempo descubrí, no hace falta cavar tanto el oyó para darte cuenta de que aún existe una persona de buen corazón allí.

Y lo extraño de todo fue que no me enamoré, quiero a Jensen como un hermano y espero que nada cambie eso.

Me siento en la cama que en vez de relajarme me pone peor.

Camino para salir a la sala, mi hermana aún duerme así que estoy yo sola.

Me dispongo a preparar el desayuno, hago jugo de naranja y lavo los platos, arreglo una mesa y le sirvo el desayuno a mi hermana poniéndole una tapa para que no se enfríe tan rápido.

Empiezo a masajear mi espalda por qué realidad estoy cansada y tengo el cuerpo como una piedra.

_¿Quieres un masaje?.

Alzo la vista mirando a brant parado en la puerta, está recién bañado con un polo y un jeans.

_No gracias estoy bien.

_No lo estás.

No puedo discutir contra eso, el toma su teléfono y se mueve de aquí para allá hablando cosas en italiano que apenas y puedo escuchar.

Escucho que da una dirección y luego cuelga la llamada.

_Termina de desayunar, saldremos.

Se sienta en los sillones y hago caso llenando mi boca de comida.

Al terminar tomo del jugo y me levanto para ir a despertar a mi hermana, está muerta en su cama y suelta leves ronquidos.

_Luz_ la muevo, _¿Fuiste a volar anoche?.

La sigo moviendo y al fin se despierta.

_Tu desayuno se enfría.

_Dame solo unos minutos.

Se voltea cubriendo su cuerpo con las sábanas.

_Eliza!.

Me levanto de su cama y salgo a la sala cuando brant me llama.

_¿Que pasa?.

_Nos vamos.

Sale de la sala y abre la puerta para salir por ella, respiro profundo y tomo un bolso agregando mi inhalador, mi teléfono y las llaves.

_Luz, saldré con brant, no te levantes tarde.

_Esta bien.

Abro la puerta y empiezo a bajar las escaleras que me llevan a la salida principal, el auto de brant espera afuera y lo abordo con el corazón en la mano.

Tenemos que hablar muchísimas cosas pero es como si a él no le importara encendiendo el auto y empezando a manejar.


Saga Mafiosos #2 La chica de un pSicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora