《BTS One Shots》

JungKook - Sé que te gusto

—Sí, tranquila Mirae, acá llevo los libros.—Le dije a través del celular a mi compañera de habitación, la cuál también era mi mejor amiga.— Llevo los de las dos.

Ese día era la entrega de libros para el semestre en la universidad, Mirae no pudo venir entonces decidí hacerle el favor de recoger los suyos, aunque fue una mala idea, eran tantos libros que sentía que se me caían los brazos, y de paso con el cuello doblado porque Mirae no me dejaba colgar la llamada hasta asegurarse de que llevara los libros.

—¡Espere, espere! —Grité corriendo hacia el ascensor que ya estaba cerrando sus puertas, una mano salió entre ellas y automáticamente las puertas se volvieron a abrir. Entré rápidamente, agradecí y dejé los libros en el suelo, ya me estaba muriendo., Y mientras marcaba el lobby respondí.— Mirae, por favor, aca llevó los libros, no te preocupes, voy a colgar, ya se me entumeció el cuello.

Colgué la llamada y guardé el celular, suspiré de cansancio y me recosté en la pared del ascensor. Cerré mis ojos mientras recuperaba el aliento, me estaba muriendo de calor, maldito verano.

El ascensor se detuvo en el piso de abajo y entraron dos chicas, quienes sonrieron al entrar y se pusieron a susurrar cuando entraron y vieron a la persona que me detuvo la puerta. No quise voltear a ver aunque fuera bien chismosa, sería demasiado obvia.

Llegamos al lobby y las dos chicas salieron primero, no sin antes voltear a ver al sujeto desconocido y darle unas risitas coquetas, me dio igual y solo salí, estaba tan cansada que solo voltear a ver me daba pereza. Salí del ascensor y comencé a caminar hacia mi dormitorio, no estaba ni tan lejos ni tan cerca, a una distancia considerable teniendo en cuenta que me encontraba en el edificio principal en estos momentos.

—¡Oye, espera! —Escuché una voz masculina viniendo hacia mí, no sabía si me hablaban a mí, pero decidí voltear a ver, el chico se detuvo a mi lado cansado de tanto correr.— ¿Cómo es que caminas tan rápido?

—Aaah, ¿disculpa? —Pregunté extrañada, no conocía a este chico pero demonios, era muy guapo.

Vamos ____, concentrate.

—Olvidaste esto en el ascensor. —Me dijo levantando las dos bolsas de libros en sus manos. Al parecer también era muy fuerte, yo apenas podía cargarlos y él ya los estaba levantando como pesas. Pero con qué razón, mira esos brá... ¡concentrate! deja de fantasear.

—Oh, demonios, muchas gracias, disculpa haberte hecho venir hasta acá corriendo, muchas gracias de verdad. —Le respondí muy apenada mientras le hacía pequeñas reverencias, aun no me acostumbro a ellas, pero es parte de la cultura del país en donde decidí estudiar. Extendí mis manos para tomar las bolsas.

—No hay de qué, hoy tengo todo el tiempo del mundo. —Me sonrió.— Si quieres puedo ayudarte a llevarlos a donde tienes que ir, no es molestia.

Y de paso amable.

—No, qué pena, de verdad con haberlos traído estoy bien. —Me estaba muriendo por decirle que sí, mis brazos de fideo me lo iban a agradecer, pero no iba a aceptar a la primera, sería muy aprovechado de mi parte.

—Yo insisto, te ayudo. —Me dijo con una sonrisa mostrando sus dientes, parecía un conejito... ¡Ya ____! deja de verlo, no te puedes andar fijando en alguien, debes enfocarte en tus estudios para no perder la beca, además no después de mi último novio, aquel patán.

—¿Seguro? No quiero molestar, en serio.

—Será todo un placer para mí, no es ningún problema.

Acepté su ayuda, creo que si no me hubiera ayudado nunca hubiera llegado con vida al edificio donde me estaba quedando junto a Mirae, que bueno que aunque estuvieran fuera del área universitaria estuvieran algo cerca del lugar en donde nos encontrábamos. Estuvimos hablando un poco en lo que llegamos a la puerta del edificio, acerca de cómo me he sentido el tiempo que llevo acá en Corea. Era muy amable, tenía algo que no había sentido con nadie antes, aunque lo tendría que dejar pasar.