《BTS One Shots》

Suga - Aquellos Días de Invierno (parte 2/3)

Me desperté por un rayo de luz que se filtraba por la ventana, en ese momento me maldije por no haber cerrado bien las cortinas la noche anterior.

Busqué mi reloj de mano en mi gastada y pequeña mesa de noche, las diez de la mañana.

-No quiero levantarme. -Chillé pero con todo el esfuerzo del mundo me levanté.

Lavé mis dientes y mi rostro y luego me dirigí al primer piso.

-Buenos días. -Dije desganada entrando a la cocina, en donde YoonGi y TH estaban.

-Buenos días, bella durmiente. -Dijo mi hermana mientras me pasaba una taza de café

-Hola. -YoonGi tomó un sorbo de su café.

-¿Hay desayuno? -Pregunté a mi hermana.

-Si, hice omelettes. -Sonrió y puso un plato enfrente de mí en donde se encontraba la comida.

Tomé mis palillos y tomé una de las pequeñas rodajas del omelette que me había servido TH, tal y como me gustaba.

-Está muy rico, gracias por la comida. -La elogié.

-Agradécele también a YoonGi, él me ayudó.

-Gracias también a tí, Min. -Le sonreí y él solo asintió con la cabeza.

Toc Toc

Se escuchó que tocaron la puerta.

-Yo iré. -Indicó TH.

Seguí comiendo mientras ella iba, YoonGi solo se mantenía viéndome mientras ambos comíamos, me hacía sentir incómoda.

Fijé la vista en mi plato y seguí comiendo. Después de unos minutos la regresé a él y me seguía viendo, con sus brazos apoyados en la mesa y su barbilla en sus manos.

-¿Tengo lagañas o algo? -Traté de no sonar nerviosa.- ¿o por qué me ves?

-No lo sé. -Subió sus hombros.- Solo tengo ganas de observarte.

Tragué mi comida y le dí un sorbo a mi café para evitar sonrojarme. Que la gente me viera siempre me puso nerviosa, pero era obvio que él me ponía nerviosa.

Claro, es el chico que fue mi primer amor, aunque jamás lo supo. Puede que haya pasado tiempo desde eso y que sea mi mejor amigo, pero ¿cómo no ponerme nerviosa?

-Diablos... -Dijo TH al entrar a la cocina.

-¿Qué pasa? -Pregunté.

-Mi jefe, el doctor Kim, necesita que vaya hoy a Sejong. -Suspiró.- Es fin de semana y me dió tiempo libre, que molesta ese hombre.

-Supongo que es por una buena causa. -Dijo YoonGi.

-Si, al menos me dió una razón para no reclamarle. -Sonrió.- Está haciendo trabajo comunitario, está visitando diferentes provincias y ayudando a las personas de bajos recursos que no pueden pagarse las consultas. Me alegra que me haya incluido.

-¿Cuándo irás? -Limpié mi boca con una servilleta.

-Tengo que ir a medio día a la estación, son dos horas de camino y el boleto de tren que me dió, sale a la una. -Vió su reloj.- Mierda, son las once, debo apurarme.

Salió corriendo de la cocina y subió al segundo piso. Rápidamente me levanté y tomé mis platos sucios y los de YoonGi y los dejé en donde los lavabamos.

Corrí tras ella y llegué a su habitación.

-¿Te ayudo en algo? -Pregunté.

-Necesito que consigas un taxi por mí. -Indicó.- El vecino, el conductor. Ve a ver si está ocupado, por favor.