Otra vez los chicos estaban solos, esta vez completamente solos, Heeseung tenía un trabajo de la universidad y los había dejado un rato.
― ¿Qué hacemos?
― No sé, tengo sueño, al fin tengo un día libre y quisiera aprovecharlo.
― Oh, pobre Honey, las practicas debes ser muy agotadoras ¿No es cierto?
― Sí, mucho.
― Bien, voy por helado, tú duerme.
― ¿Seguro?
― Sí, de todas formas terminaré dormido a tu lado.
― Hace mucho calor.
― No me digas que hace calor cuando sigues puesto la casaca polar de colegio, es ridículo.
― No me había dado cuenta que seguía con esto, es que de mañana hacía mucho frío.
― Pasa, la voy a guardar.
― Ya lo hago yo luego, mejor ven y abrázame.
― No, porque si te dejo para que tú lo hagas encontraré esta casa por ahí tirada mañana.
― Es que cuando estás aquí me olvido de lo que tengo que hacer, me hipnotizas.
― Si tu madre llega a escuchar eso me va a prohibir venir a verte.
― Mi mamá jamás haría eso.
― ¿Quién dice? Mi mami lo haría.
― Pero no son iguales.
― Ahora vas a decir que tu suegra es mala.
― No es mala, es estricta, demasiado estricta, que es diferente.
― Como sea, ya lo guardé.
― ¿Ahora sí vienes?
― Hueles a pino y café.
― ¿Recién lo notas? Que decepción.
― No te hagas el idiota, me refiero a que estás en celo, me voy de aquí, tu padre debe tener supresores en algún lugar de esta casa.
― ¿Te vas?
― Sí, antes de que pierda la buen juicio y mi lobo me controle por completo ―Jake volteó a ver a Sunghoon―. Y tú, te quedarás ahí quieto como un lobito bueno.
― Jake, quédate, sólo quiero abrazarte.
― Sí, como no, seguro, obvio, y yo aquí de loco pensando otra cosa ―Jake rodó los ojos y abrió la puerta.
― Cachorrito, quédate.
― No.
― Por favor, prometo que no haré nada, sólo un abrazo.
― Mira, hagamos esto, iré a buscar supresores, cuando vuelva te los tomarás y me quedaré contigo hasta que vengan tus padres, luego me iré.
― Bueno.
― Que lindo que eres, ahora me voy.
Jake buscó por toda la casa hasta que en su bolsillo encontró una nota que decía: "Compren supresores chicos".
― Mierda, lo olvidé por completo, somos un fracaso, esto demuestra que definitivamente no podemos vivir solos, no sobreviviríamos ni un segundo ―volvió a la habitación donde Sunghoon estaba prácticamente desnudo―. Mira lo que encontré ―le arrojó el papel.
― ¿Qué es esto?
― Léelo.
― ¿Cómo que nos mandaron a comprarlos a nosotros?
― Ajá, y todavía mi hermano me escribió que por accidente se los llevó él, que vaya a comprar.
― No saldrás, ahora te quedas conmigo.
― Ni en tus sueños, yo me voy cariño.
― Por favor.
― Bien, bien, me quedo, no pongas cara de perro atropellado.
― ¿Qué?
― No lo sé, sólo agradece que me quedo ―Jake se sentó en la cama.
Sunghoon empezó a desabrochar la camisa de Jake.
― Sunghoon, para.
― Lo siento ―Jake se acercó y lo besó―. Jake ¿Qué demonios haces?
― Te ayudo, vamos, tranquilo, no hay problema, sólo te ayudaré con tu celo y ya.
― Pero.
― Silencio.
Fue le primer celo que pasaron juntos, no se cuidaron, pero gracias al cielo no hubieron problemas.
― Son un par de irresponsables, eso es lo que son.
― Pero no pasó nada.
― No, para ustedes no, pero para mí sí ¿Saben lo horriblemente traumático que es entrar a la casa, subir a la habitación y ver a un chico al que conoces desde que era un cachorrillo idiota cogiéndose a tu hermano menor? Es una escena horrible que espero que se quite, se borre, se elimine de mi mente ―Heeseung respiró profundo―. Espero jamás volver a ver una escena como esa ¿Me oyeron?
― Sí hyung.
― Sí hermano.
― Ahora iré a lavarme los ojos con cloro, ya verán cuando lleguen sus padres.
― Heeseung hyung.
― No me miren que me acuerdo.
― Lo sentimos.
― Es cierto, lo sentimos.
― ¿Pueden ir a hacer algo productivo con sus horribles e inmaduras vidas?
― ¿Sigues enojado?
― No, enojado no, enojadísimo, los dejé solos un rato, llegué exactamente a las tres de la mañana y me encuentro con eso.
― Te haremos comida.
― No, se me alejan de la cocina, ustedes dos hacen un desastre donde vayan, no sé que harán cuando vivan juntos, uno de los dos tiene que aprender a cocinar y ahora mismo no confío en ninguno, pero Sunghoon, por bueno, Jake, tú estabas en tus cinco sentidos y aún así te quedaste ahí con él.
― Ya, pero no pasó nada.
― Imagínense y lo marcabas, imagínate y quedabas en cinta, sólo imagínense.
― Pero no pasó, todo está bien, relájate un poco.
― Mira, ya llegaron sus padres.
― ¡¿Qué demonios fue lo que hicieron?!
― Cariño, tranquila, parece que Heeseung ya los regañó.
― No, no, déjela señor, se lo merecen.
― Antes que nada, lo sentimos.
― Están castigados, Hoon, tú no irás a la casa de Jake y Jake, tú no vendrás, si tienen que hacer algún trabajo será siempre en la sala.
― Y miren que están siendo justos.
― Y ahora vayan a poner la mesa.
― Y con buena cara.
― Sí señora.
― Y no me vuelvan a llamar señora.

ESTÁS LEYENDO
Nuestro último diciembre | jakehoon
FanficDos grandes estrellas del k-pop con un doloroso pasado en común volverán a cruzar caminos en una colaboración.