(XXXIII)

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Aún quedan algunas cosas por ver en las historias de estos chicos, aún quedan capítulos que cerrar y heridas que sanar. 

― Jake, date prisa. 

― Perdón, me estaba dejando la manilla. 

― ¿Y para qué te la sacaste? 

― No te pongas en ese plan, ya sabes que no acostumbro dormir con joyas. 

― Ya lo sé, es una broma cariño. 

― Más te vale. 

Nuestra bella parejita les harían una pequeña visita a los padres de Sunghoon. 

― ¿Estás nervioso? 

― Tal vez sólo un poco ―mentira, moría de nervios. 

― Ellos te adoran, lo sabes. 

― Sí, tal vez, no sé. 

― Pues que pena por ti, ya llegamos. 

― Bien. 

― Tranquilo. 

― Estoy bien, de verdad. 

― Ok ―Sunghoon tocó el timbre y la que abrió fue su madre―. Hola mamá, ya vine. 

― Sunghoon ―la mujer abrazó a su hijo fuertemente―. Pero mira que guapo estás, te extrañé tanto hijo. 

― Y yo a ti. 

― ¿Jake? ¿Eres tú de verdad? 

― Sí señora. 

― ¿Por qué te quedas ahí parado? Ven aquí y dame un abrazo ―Jake se acercó y la mujer lo envolvió en un cálido abrazo, igual que con su hijo―. Tu cabello sigue siendo un desastre. 

― Sí, se dañó más en el camino. 

― A Jake le gusta ir con la ventana abierta. 

― No se queden ahí parados, pasen, pasen ―Jake estaba conteniendo las lágrimas― Déjenme ayudarles con eso. 

― No es necesario, no se preocupe. 

― No seas terco, dame eso ―la mujer tomó unas cuantas bolsas y las llevó adentró. 

― No me odia. 

― Claro que no. 

― La extrañé. 

― Lo sé, vamos ―ambos entraron a la casa―. ¿Dónde está papá? 

― Salió a hacer unas compras, ya vuelve. 

― Ya volví cielo ―el hombre se detuvo al ver a su hijo―. Sunghoon, hijo, creí que llegarías más tarde. 

― No hubo tanto tráfico ―el hombre abrazó a Sunghoon. 

― ¿Y tú? ¿No piensas saludarme? ¿Te has vuelto rebelde en dos años? ―Jake también tuvo su abrazo―. Mírense, juntos otra vez, como debe ser, bueno, iré a dejar estas cosas, ya vengo para ayudarlos con sus maletas. 

― Ok papá. 

― ¿Están cansados? ¿Quieren darse una ducha? 

― Sí. 

― Les tendré comida para cuando salgan. 

― Ok, gracias ma. 

― Hoon, ve tú primero. 

Nuestro último diciembre | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora