Yo nunca te dejaré

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De camino al cementerio noté a Luna un poco apagada. Tiene que ser muy duro perder a tu padre, por mucho de que no fuera el mejor padre del mundo, de hecho, era bastante malo con ella, sobre todo con su madre, y ella lo sabía, y aun así ella insiste en visitarlo, en traerle flores aunque él no lo pueda ver.

- ¿Estás bien? -Pregunte preocupada por ella- Sé lo que se siente, pero me tienes a mí.

No me contesto, pero sé que lo que le digo en el fondo le alegra. Luego hizo algo que no me esperaba, ¡Me cogió de la mano!

¿¡Me ha tomado de la mano!? Tiene que estar destrozada, le voy a dar todo mi cariño, realmente soy la que más conciencia tiene, ella me necesita más que nunca.

- No te voy a dejar nuca, lo eres todo para mí -Dije dándole un besito en la cabeza-

Cuando llegamos al cementerio estuvimos buscando sus tumbas, y estaban juntas, era muy triste, encima Luna dejo las rosas y simplemente se sentó en frente de las dos, con la cabeza mirando al suelo, y para colmo empezó a llover.

- Luna, lo siento mucho.

- No te preocupes, si quieres te puedes ir, te puedes mojar. -Dijo con una voz deprimente-

¡Aún no se ha dado cuenta de que la amo! ¿Cómo me voy a separar de ella por unas gotitas?

- Claro que no me voy a ir, no me quiero separar de ti.

- Lo sé.

Me senté a su lado para acompañarla, le pasé mi brazo por su hombro, y ella se apoyó en mí.

- Cuando se murió mi primo, yo me sentí fatal, no había momento en el que no dejara de llorar, y con el paso de los años hice amigos, ahora soy feliz, aunque mi corazón no este lleno del todo.

- No creo que pueda superar a Álvaro nunca. 

- No digo que lo vayas a superar, siempre te quedara ese espacio en tu alma, pero no todo tu corazón está vacío, sabes que me tienes a mí y a todo el grupo.

- No quiero perderte, ni a ti, ni a nadie, pero seguro que pasa, seguro que te mueres, y me dejaras aquí o algo por el estilo.

- Luna, mírame.

Me miro con lágrimas en los ojos, le puse la mano en la cara y le sequé las lágrimas, aunque no tenía mucho sentido, porque estaba lloviendo, pero así quedaba más bonito.

- Yo nunca te dejaré.


Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora