"Una cita"

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Nos sentamos y yo dejé mi mochila en la silla y vino Mati.

- Qué elegante -Dije sorprendida al ver que tenía un esmoquin-

- Hombre, para las señoritas hay que ir al toque. -Dijo bromeando-

- ¿Cómo sabías que íbamos a venir? -Dijo Luna intrigada-

- Mmm, no lo sé, ¿Quizás porque venís cada día?

- Jajaja, eso tiene más sentido -Río Luna-

Qué risa más tierna, cada día me gusta más

- Disculpad, solo tenemos una muestra, ¿Os importa compartirla? -Dijo guiñándome el ojo cuando Luna no miraba-

- No te preocupes tío, nosotras te daremos el verificado o no. -Dije pillando la indirecta-

- Vale, ahora mismo lo preparo.

Dijo mientras volvía a su puesta detrás de las cortinas.

- Oye, ¿Soy yo el puesto ha cambiado de sitio? -Dijo Luna extrañada- Donde se ha movido es más bonito.

- Tienes razón -Dije impresionada- a ver, no me extrañaría mucho, el puesto tienen ruedas, o sea, todo el puesto en realidad es como una caravana, pero pequeña. 

- Ala, me acabo de fijar que tiene asta un mantel la mesa, parece como si fuera una especie de cita, me siento como en un restaurante al aire libre.

- Si, jaja, qué casualidad -Dije mirando al puesto con una sonrisa, con una risa nerviosa-

- Aquí tenéis señoritas, un batido de frutos del bosque, aquí cerca hay un bosque, allí recogimos un poco de todo.

- No tiene fresa ¿Verdad? -Dijo Luna preocupada-

- No, ya sé que eres alérgica a las fresas, por eso no las he puesto.

- Bueno, aquí tenéis 2 pajitas, lo ponéis en los 2 avugueros y ya, ¡Que lo disfrutéis! 

- Guau, ¡Qué bonito está el estampado de corazones! 

Qué detallista, está hecho un romántico este pavo.

- Si, qué tierno ¿No? -Dije entre risas- A ver como sabe.

Probé un sorbo y te juro que parecía que estaba en el cielo, mis pupilas se dilataron, todo mi cuerpo sintiera... es que no hay palabras que puedan describir esa maravilla, todo eso en un sorbo.

- ¿Qué les parece?

Gire mi cabeza lentamente para mirarle, parecía que me hubieran inyectado 5 calmantes y me hubiera comido 7 kilos de azúcar.

- Mo tamomtia -Dije sin poder pronunciar ni una sola palabra de lo alucinada-

- ¿Qué ha dicho? -Dijo confundido mirando a Luna.

- Que esto se debería llamar "la bebida de los dioses" de lo buena que está.

Como tú 

- Guau, ¡Qué buen nombre! Me lo apunto. En fin, ¿En precio cuanto le pondríais?

- 5 euros -Dije recuperando la conciencia-

- ¿No es mucho?

- Es que lo pones muy barato, lo que vendéis es calidad pura, los helados deberían valer 4 euros y ya es barato. En cima que lo hacéis a mano, que nosotras mismas os hemos ayudado a hacerlo, es muy poco. 

- Bueno, os dejo a solas. -Dijo yéndose-

Después de que termináramos el batido de los dioses, viene Mati.

- Espero que os haya gustado vuestra cita. -Dijo con una gran sonrisa-

- Vale, ¿Nos vamos? -Dijo Luna mirandome-

- Vale. 

Cunado nos alegamos un poco escuchamos gritar a Mati.

- ¡Esperad! -Grito-

- ¿Qué pasa?

- Tu mochila. -Dijo sujetando mi mochila-

- Ah, gracias. -Reí-





Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora