Una noche loca

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Todos los que están allí sé levantaros y se pusieron bailar, pero no bailar como "fiesta", era más bien un tema romántico. Me puse muy nerviosa, pero sabía exactamente qué estaba pasando, y era mi momento.

- Luna, ¿Me concedes este baile? -Dije nerviosa- 

- Jaja, vale. -Dijo tomándoselo a broma-

Nunca había bailado algo así, era muy extraño, asta un punto que no me gustaba.

- Oye, ¿No se te hace raro esto?

- No mucho, es más bien aburrido.

- ¿Y si mejor nos vamos?

- ¿A dónde?

- Allí hay un cartel que dice "zona infantil, de 15 a 19 años", está perfecto.

- Ok, vamos.

Le habíamos dicho a su madre de que nos íbamos para esa zona, y nos dijo que no hay problema, dejamos las sudaderas y nos fuimos. Nos acercamos allí y había un pasadizo un poco largo. Al llegar había un montón de luces, y una música bastante diferente, esta era más animada, creo que también servían alcohol, pero no cogimos nada, porque ya nos habíamos bebido una Coca-Cola antes. 

- ¡Esto mola mucho más! ¡Es como una discoteca! -Me dijo al oído para que la pueda escuchar.

- ¡Desde la otra sala no se escuchaba nada! -Dije alucinada-

- ¿Me concedes este baile? -Me dijo bromeando-

- ¡Si!

Nos pusimos a bailar como locas, estaba llena de energía y no podía para de saltar, correr, cantar, vamos, de todo. Luna no se alegaba mucho a lo que yo hacía, es más, es su primera vez yendo a una "discoteca".

No había mucha gente, porque en la otra sala la mayoría eran adultos y niños pequeños, así que nos podíamos mover mejor. Unas 2 o 3 horas más tarde, cuando ya no podíamos más por el agotamiento, nos fuimos a la otra sala reventada. 

- ¿Qué? ¿Cansadas?

- Sí... ¿Tienes... agua? -Dije sin aliento-

- Si, aquí tenéis.

Nos sentamos un rato, y luego vimos por de la ventana que era luna llena, y una luna preciosa.

- Luna, has visto la Luna -Dijo riéndome-

- Ja, ja, qué gracioso -Dijo poniendo los ojos en blanco-

- ¿Vamos a verla?

- Vale, ¿Vienes mama?

- No, os espero aquí chicas.

Salimos al bancón, y había como una barandilla, desde allí se podía ver el mar, y la Luna estaba reflejada en el mar. 

- Me encanta ver el cielo, es superbonito ¿No te perece? -Dijo Luna mirando la noche estrellada-

- Sí, es precioso... -Dije alucinada por como se veía la Luna-

Nos quedamos mirando ese vello paisaje, y yo constantemente estaba mirando a Luna, y ella a mí también.

Creo que es el mejor momento para decirle esto

- Te tengo que decir una cosa -Dijimos a la vez-

- Mel...

- Luna...

Nos miramos a los ojos, mi corazón iba a mil, no sabía como no me habían dado 5 paros cardiacos a estas alturas.

- Yo te aprecio mucho Luna, pero... -Comenzó a decir-

- Yo también, pero creo que... -Continuo-

Dijimos acercándonos la una a la otra. Cunado ya no había casi espacio entre nosotras, no podía dejar de mirar sus ojos azules como el cielo, con ese pelo ondulado marrón oscuro, su piel morena, su camiseta rosa con el estampado de una Luna, la que le regalo Álvaro. 

- Mel... eres preciosa, eres hermosa y quiero decirte algo... -dijo agarrándome de la cintura, mirándome a los ojos.

Le cogí la cara con las manos, su piel es tan cálida y suave, las dos estábamos muy rojas, y normal, nunca pensé que iba a llegar tan lejos. 

- Nunca pensé que iba a estar así, contigo, bajo la luz de la luna...

- Ni yo...

Nos miramos otra vez. Sabía que es lo que le iba a decir y ella sabía que es lo que le iba a decir, después de solamente mirarnos a los ojos, por fin lo dijimos.

- Te quiero -Dijimos a la vez-

Al decir esto por fin pude tocar sus bonitos labios. Me sentía como si estuviera en el mismísimo cielo, era tan romántico todo, no podía dejar de cocar su piel, era tan adicta a ese roce que no quería separarme de ella nunca. 



Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora