¡Invita la casa!

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- Sabes que no va a pasar nada, ¿Por qué te emocionas tanto? -Dijo mi hermano el muy aguafiestas-

- ¿Te puedes callar? - Dije guardando mis cosas en la mochila- No me arruines el momento. 

- ¿Tú no te tienes que ir? 

- ¿Qué hora es?

- Tienes en móvil en la mano.

- Ah, es verdad, son las 3:50, ¿¡LAS 3:50!? Me pongo las zapatillas y me voy pintando. -Dije corriendo hacia la puerta-

- ¿Y Nala?

- Mañana me la llevo, sácala tú que yo no puedo -Dije atándome los cordones lo más rápido que podía-

Me terminé de atar los cordones y cerré con cuidado la puerta e hice lo mismo que ayer, correr hacia el parque, asta que no pueda más.

- Hola... tía... no... puedo... más... -Dije agotada- en... cima... con... la... mochila...

- Mira, la primera vez que no llegas tarde, ¡Felicidades! -Dijo interrumpiendo mi sufrimiento-

Me reí, razón no le falta.

- Le dije a Nico que pasaríamos a verle, ¿Vamos?

- Acabo... de... sentarme... desgraciada... -Dije con una mirada de "¿Me estás jodiendo?"

- Vale, me siento contigo.

Ella se sentó al lado mío, podía sentir su piel tocando mi sudadera, era como si estuviera tocando mi piel. Por el agotamiento me apoyé en su hombro. Correr de esta manera no me sienta bien.

- ¿Ya estás? -Dijo metiéndome prisa-

- Más o menos.

- Pues venga, ¡Vamos!

- ¿Por qué tienes tanta prisa?

- Porque quiero hacer muchas cosas contigo.

Me sonrojé. Estoy bastante segura de que no quiso decir lo que yo me he imaginado.

- Hola Mati, ¿Sabes donde está Nico?

- Está en su descanso, creo que se ha ido a casa, estaba muy cansado y creo que tiene fiebre o algo así, se nota que está malo, -Dijo triste- ¿Por qué lo dices?

- No, solo queríamos saludarlo, pero ya que no está, pues te lo decimos a ti, ¿Qué tal todo?

- Bien, el negocio va bien, ¿Y vosotras?

- Bien, esta noche ella se viene a mi casa a hacer una fiesta de pijamas.

Mati se quedó mirándome con una sonrisa traviesa, él sabe que me gusta Luna y creo que todo el grupo también, todos menos Luna, ella nunca pilla las indirectas, es bastante inocente y nunca se da cuenta de que la estoy mirando todo el rato.

- Bueno, ¿Y si os pongo un batido para compartir?

- ¿Desde cuándo tenéis batidos?

- Hace poco que los pusimos, ¡Podéis ser las primeras en probarlo!

- Suena bien, pero no tenemos dinero ahora.

- No te preocupes, invita la casa.

- Guau, qué guay -Dije sorprendida.

- Ya compraréis alguna cosa para compensar. -Río Mati-

- Pues mañana venimos y te ayudamos con el negocio, cuando seamos todos. 

- Ah, es verdad, también tenemos mesas y sillas, como una terraza -Dijo sacando una mesa plegable y unas sillas-

- ¡Qué guapo! -Dije alucinada-

- Aquí tenéis vuestra mesa señoritas. -Dijo Mati haciendo una reverencia- 


Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora