Cuando llegó a mi casa luego de una horas estuvimos trabajando en mi sala, pero era de mañana así que dudo que se quede a dormir, claro, cuando creo que se ha dormido lo miro y noto que me estaba mirando.
Creo que sabía que quería hacerle miles de preguntas al respecto. Me ha estado mirando sonriendo tanto que me hace enrojecer.
Empujo la silla y me levanto.
—Ash, creo que me gustas demasiado —dice mientras me dirijo hacia él. Arrugo la nariz mientras se sienta en el sofá y me empuja hacia su regazo.
—¿Demasiado? Eso no suena como un cumplido.
—Es porque no sé si lo sea —dice. Ajusta mis piernas a cada lado de él y luego envuelve sus brazos sobre mi cintura—. Esta es mi primera relación real. No sé si se supone que me gustes tanto ya. No quiero asustarte y tampoco quiero que creas que me sigue gustando Sam.
Me río.
—Como si eso pudiera pasar. Estudias tanto como para asfixiarme.
Frota con sus manos mi espalda.
—¿Te molesta que estudie tanto?
Sacudo la cabeza.
—No. Me preocupa algunas veces porque no quiero que te desgastes. Pero no me importa tener que compartirte con tu pasión. En realidad, me gusta lo ambicioso que eres. Es algo sexy. Puede que sea lo que más me gusta de ti.
—¿Sabes lo que me gusta más de ti?
—Ya sé la respuesta —digo, sonriendo—. Mi boca.
Inclina la cabeza contra el sofá.
—Ah sí. Eso es lo primero. Pero ¿sabes la segunda cosa que me gusta más de ti?
Niego con la cabeza.
—No pones presión sobre mí para hacer cosas que no me gustan. Otras chicas me hubieran llenado de preguntas: ¿Que haces con tu ex? Y eh, se que te mueres por hacerlas, no me engañes....
Me encogo de hombros aceptando, ¿a quien quiero engañar?
Sonrío.
—Bueno, siendo justos, no se que se hace en una relación.
—Lo pones fácil—dice, deslizando una mano por la parte trasera de mi camisa—. Es fácil estar contigo. Todavía puedo tener la carrera que siempre he querido, pero tú lo haces diez veces mejor con la manera en la que me apoyas. Cuando estoy contigo siento como que puedo tener mi torta y además comérmela.
—Que dulce comparación de tortas.
Ahora sus dos manos están debajo de mi camisa, presionadas contra mi espalda. Me lleva hacia él y me besa. Sonrío contra su boca y susurro:
—¿Es la mejor torta que has probado?
Una de sus manos se mueve hacia la parte de atrás de mi sujetador y lo desabrocha con facilidad.
—Estoy bastante seguro, pero tal vez necesite saborearla de nuevo para estar seguro.
Jala mi camisa y mi sujetador por encima de mi cabeza. Empiezo a separarme de él para quitarme los pantalones, pero me lleva de nuevo a su regazo. Antes de hacer algo pone su oreja contra mi pecho.
—Ash, ¿por qué tu corazón está tan acelerado?
Me encojo de hombros inocentemente.
—Quizás tenga que ver un poco con usted.
El sonrie y me levanta, empujandome hacia atrás en el sofá. Extiende mis piernas y se arrodilla entre ellas
Deja caer el y me levanta, empujándome hacia atrás en el sofá. Extiende mis piernas y se arrodilla en el sofá entre ellas con su oreja aún en mi pecho continúa escuchando mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
La última parada
RandomAshley Donelly es una chica que siempre ha pasado desapercibida, pero no para Kai. Conocer a un chico en un tren puede ser pura suerte, volverlo a ver una y otra vez es algo más que solo suerte. Más cuando aquel chico es la persona que cautivo a Ash...