Capítulo 11: Niñera Mágica

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Sinceramente Wanda no esperaba que se encontrara en esa situación.

Nunca espero que un par de niños ocuparán un lugar en su corazón, mucho menos cuidarlos.

Pero ahí estaba, viendo a los dos hermanos. Hijos del hombre que le había dado consejos así como también hijos de la mujer con la que había aprendido a pelear y a formar lazos inquebrantables.

—¿Tu conociste a mi mamá, verdad?

La pregunta de la pequeña rubia enfrente la sacó de su pequeño trance.

—Así es —afirmó la sokoviana sin dudar.

—¿Me podrías decir como era ella?—preguntó esperanzada. —¿Era valiente como mi mami de otro universo?

Wanda se tomó unos minutos antes de responderle, recordando como había sido una de sus mejores amigas.

—Lo era —confirmó, captando la atención de ambos —Era alguien que no dudaba, que ponía sus miedos aún lado con tal de sobresalir en batalla. Sabía escuchar, y siempre te hacía sentir bien.

—¿Era ruda?—preguntó James

—Mucho —respondió Wanda con melancolía —Pobre de la persona que se metiera con la letal y frívola espía pelirroja.

—¡Mamá era increíble en todos los universos!—exclamó James.

—La mejor sin duda alguna —le siguió su hermanita.

Wanda miró con nostalgia a los dos pequeños quienes le recordaban tanto a su compañera, ambos tenían su espíritu y corazón.

"Definitivamente los amarías mucho si tuvieras la oportunidad de conocerlos como yo lo hago"

Sin darse cuenta el tiempo voló cuando  pasaba rato con ellos, riendo con sus ocurrencias y jugando como si no hubiera un mañana.

Como si fueran sus hijos.

—¿Podemos salir a jugar al parque?—preguntó Sarah una vez que se aburrieron de sus juegos en el cuarto.

—No se si sea bueno, prometi a su padre que cuidaría de ustedes —respondió preocupada.

—Anda, ¿sí? Solo un rato —pidió con ojitos de cachorro.

Wanda intentaba negarse, pero le fue imposible no decir la palabra "No" con ellos.

—Yo quiero comer —dijo James captando su atención.

Wanda medito por unos segundos su petición, tal vez no sería tan malo salir a degustar algún tipo de comida afuera.

—¿Y que desean?—preguntó curiosa.

Ambos se miraron entre sí, y con una mirada de complicidad ambos hermanos dijeron.

—Ramen —contestaron sin duda.

—¿Podemos comer Ramen?—preguntó la pequeña rubia.

—No sabía que les gustara la comida japonesa.

—Oh, sí —contestó James —aunque la comida de mami era mejor.

—En nuestro universo acostumbrabamos a degustar diversos platillos, todos los sábados de cada mes saliamos en familia para ir a un restaurante. La decisión era decidida al azar.

Wanda quedó cautivada, y porque no decirlo. Maravillada por cómo la pequeña contaba esa anécdota con gran alegría. Hasta que una mueca adorno su rostro.

—Cómo mi mami murió y papá no está en casa.... —respondió la pequeña antes de seguir. —Nos gustaría mucho compartir este sábado a tu lado, compartir nuestras tradiciones contigo. Como una hermana mayor.

Reparar los errores del pasado (The Avengers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora