apítulo 13 "Solidaridad"

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C



Terry fue llevado a la estación de policía. Se le veía reservado, todavía preguntándose qué era lo que estaba pasando. El oficial no respondía a sus preguntas. Tomaron sus huellas dactilares y su foto policial. Todavía se encontraba esposado.

- ¿Puedo tener mi llamada telefónica? -Terry dijo- Conozco mis derechos.

- Por supuesto. -dijo una mujer policía- Te llevaré a un teléfono.

La oficial observó a Terry. Sentía pena por él, en si era culpable, probablemente era un niño descarriado, pensaba la mujer uniformada. Caminaron juntos hasta una pequeña habitación donde había un teléfono. Terry tuvo que pensar a quién llamar... ¡Georgina! Ella era abogada y podría ayudarlo. Pero él no tenía su número, ni sabía si Nina estaba en casa o no. Estaba a punto de llamar, cuando en ese instante la puerta se abrió y Georgina entró en la habitación.

-Terry...

- ¡Georgina! -dijo Terry con un suspiro de alivio- ¿Cómo lo supiste?

- Dorothy me llamó.

- Vaya, Dorothy...

- ¿Has dicho algo?

- No -contestó tajante.

Georgina miró a la oficial que estaba en la habitación con Terry.

- ¿Puedo tener un momento a solas con mi cliente?

- Por supuesto -dijo la uniformada.

La oficial salió de la pequeña habitación. Terry se sentía tan aliviado.

- Georgina, ¿sabes lo que pasa? ¡Dijeron que yo robé un auto!

- Así es. Un Mustang descapotable rojo.

- ¿Qué? Yo lo vi esta mañana y eso fue todo. Luego salí a caminar...

- ¿A dónde fuiste? -preguntó Georgina comenzando a planear el caso.

- Por el rio.

- ¿Alguien te vio?

- Sí, mi amiga Billie.

- ¿Billie?

- Sí, ella es una mujer de espíritu libre que a veces la veo por el río y ama a los animales.

Georgina permaneció en silencio pensando... ¿Billie?

- ¿Sabes dónde puedo encontrarla?

- La vi en una casa abandonada en el bosque, pero ella dijo que estaba viviendo en...

- ¿Alguien más te ha visto?

- Bueno, algunos transeúntes, pero... yo no soy un ladrón Georgina -dijo Terry con verdad en su azul mirada.

- Ya sé que no Terry. Pero si pudiéramos encontrar a esa Billie... ¿Tiene apellido?

- Nunca le he preguntado -respondió Terry.

- Está bien. No entremos en pánico. Desafortunadamente, es muy tarde y el juez se fue hace mucho tiempo. Tendremos que esperar en la mañana para tu audiencia. Tendrás que pasar la noche en la cárcel... Y es posible que necesitemos dinero para la fianza...

- Te puedo dar todo lo que hay en mi cuenta, pero me temo que no es mucho -dijo Terry.- No nos preocupemos por eso ahora. Me voy y vuelvo en la mañana. Todo va a estar bien, eres inocente.

- ¿Tú me crees?

- Claro que te creo, Terrence, he trabajado contigo todos los días y sé que no eres un ladrón.

- Gracias Georgina. ¿Podrías por favor llamar a mi novia por mí y a Antonia?

- Por supuesto, ¿cuál es el número de Nina?

Terry le dio el número de celular de Nina.

- Gracias Georgina por hacer todo esto. No podría pagártelo lo suficiente.

- No te preocupes por eso, esto es pro bono, por mi pasante favorito -dijo ella sonriéndole.

Terry por su parte trató de sonreír también, pero no se sentía de humor para hacerlo.
En poco tiempo después lo llevaron a su celda, era una celda colectiva con otros presos. Mientras abrían se comenzó a escuchar:

- ¡Oigan! -dijo uno- Tenemos un niño bonito, ¡Un niño rico! ¡Un elegante!

- Estás en la celda equivocada -dijo otro.

- Déjalo en paz, es solo un chiquillo -se escuchó.

- ¿Entonces qué está haciendo con nosotros? -decían.

Terry entró y se fue a sentar en un rincón, sin hablar con nadie. Estaba furioso como un demonio y había decidido no volver con los Reagan sin importar el resultado de todo este embrollo.



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Mientras tanto Nina estaba en su habitación llamando al celular de Terry, pero todo lo que recibía era su correo de voz. Por lo general, él le devolvía la llamada de inmediato, pero esta vez no lo estaba haciendo. Ya estaba empezando a preocuparse. En eso su teléfono celular sonó y ella respondió de inmediato sin revisar la pantalla.

- ¡¿Terry?! -dijo.

- No Nina. Soy Georgina Johnson.

El corazón de Nina dio un vuelco. ¿Que había pasado?

- ¿Señorita Johnson? ¿Le pasó algo a Terry?

- Sí. Ha sido arrestado.

- ¡¿QUÉ?! ¿Por qué?

- Por robo de auto.

- ¡Terry no es un ladrón!

- Yo lo sé, tú lo sabes, solo tenemos que convencer al juez de eso.

- ¡Ay dios mío! ¿Donde esta él?

- En la cárcel. Tiene que pasar la noche allí ya que es demasiado tarde para resolver la acusación.

- ¡Oh por Dios! ¿Pasará la noche en la cárcel? ¿Puedo ir a verlo? -preguntaba Nina con desespero.
- Ya es muy tarde ahora, pero puedes ir a verlo a primera hora por la mañana.
- Gracias por llamarme Señorita Johnson -dijo Nina con lágrimas y la voz entrecortada.
- Todo va a estar bien, Nina -dijo Georgina- No te preocupes.

- Buenas noches Señorita Johnson.

Nina colgó el teléfono y comenzó a llorar. ¡Terry, su Terry estaba en la cárcel!


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Por su parte, Antonia estaba preparándose para irse a la cama, después de haber pasado el día con su ocupado padre. Estaba agotada. Llamó a Terry pero recibió su correo de voz también. Georgina la llamó en ese preciso instante.
- ¿Señorita Johnson?

- Puedes llamarme Georgina, Antonia.

- Cierto, ¿En que puedo ayudarla Georgina?

- Se trata de Terry...

- He estado tratando de comunicarme con él, pero no contesta su teléfono celular. ¿Sabe dónde está?

- Está en la cárcel...

- ¡¿QUÉ?! -dijo Antonia en un grito saltando de su cama, ¿Arrestado? ¿Cómo ? ¿Cuándo? ¿Por qué?

- Ha sido arrestado por robar un auto -concretó Georgina.

- ¡Terry no es un ladrón!

- Lo sé.

- Debe ser ese estúpido de Neil otra vez, quiere deshacerse de Terry. ¿Ve ahora lo que quiero decir? ¡Tiene que decirle a la Tía Maximilliana que Terry necesita salir de esa casa! Ahora va a tener antecedentes criminales.

- Sí, lamentablemente. No te preocupes, hablaré con tu Tía.

- ¿Entonces que va a pasar?

- Pasará la noche en la cárcel y será procesado mañana por la mañana.

- Gracias por llamar Señorita... quiero decir Georgina -dijo Antonia con tristeza.

- Todo va a estar bien, no te preocupes. No dejaré que mi pasante favorito vaya a la cárcel.

- Gracias. Buenas noches.

- Buenas noches Antonia.

Antonia estaba a punto de dormir. Cuando sonó su celular.

- ¿Antonia?

- ¿Nina?

- ¿Ya te enteraste?

- Me acaba de llamar la Señorita Johnson... ¿Cómo estás?

- Me siento muy mal...

- Todo va a estar bien Nina. Georgina lo va a ayudar.

- Gracias por tranquilizarme Antonia. Nunca pensé que te llamaría para pedirte consuelo.

- Está bien Nina, soy tu amiga. Ambas queremos a Terry.

- De alguna manera, eso no me molesta hoy...

- ¿Tal vez porque las dos estamos preocupadas por él y sabemos cómo nos sentimos?

- Eres una buena chica Antonia, otra chica le hubiera hecho una mal jugada. Hasta Eliza lo intentó.

- ¿Quieres decir una "desesperada"? -dijo Antonia.

Ambas chicas se echaron a reír. Necesitaban relajarse y hablaron un rato.

- Gracias por la charla de ánimo Antonia.

- Gracias a ti Nina. Yo también la necesitaba.

- ¡Terry no va a volver con los Reagan después de esto! -exclamó Nina con decisión.

- Lo sé, ojalá Georgina pueda hacer algo al respecto.

- Espero que tu familia lo adopte, los Reagan son peligrosos, quién sabe qué vayan a hacerle después de esto... en fin, buenas noches Antonia.
- Buenas noches Nina.
Las dos chicas no podían dormir. Pero había ya un resquicio de esperanza... Terry ya no estaría más con los Reagan.

Antonia fue a la habitación de su prima Allyson a contarle lo sucedido. Ashley escuchó el ruido de puertas y corrió a ver que sucedía.

- ¿Qué? ¿Terry fue arrestado? ¿Por qué? -se preguntaban.

- Por el robo de un auto -dijo Antonia.

- ¡Terry no es un ladrón! ¡Tenemos que ayudarlo!

- La Señorita Johnson ya está en eso -les dijo Antonia.

- ¿Llamaste a Jones? -de pronto dijo Ashley.

- Ohh... No, lo olvidé.

- Es su hermano, Antonia -le recriminó Ashley- Voy a ir a llamarlo.

- Gracias Ashley.

Allyson miró a su hermana. ¡Había pensado en Jones! No todo estaba perdido por lo visto. Su hermana necesitaba estar con un chico al que le gustara, no suspirar por el que no estuviera disponible.

Jones estaba frente a su computadora escribiendo a Terry un correo electrónico, ya que no contestaba su teléfono. Cuando en eso sonó su celular.

- ¿Jones? -dijeron al otro lado de la línea.

- ¡Ashley! -dijo Jones con el corazón dándole un brinco- ¿Sucede algo? ¿Por qué me llamas tan tarde?

- Terry ha sido arrestado.

- ¿QUÉ? -gritó el chico- ¿Desde cuándo?

- Esta noche.

- ¿Tiene abogado?

- La Srta. Johnson se está encargando de eso... Solo quería avisarte.

- ¿Por qué fue arrestado?

- Robo de auto.

- ¡Terry no es un ladrón!

- ¡Todos lo sabemos!
- Muchas gracias por llamarme Ashley, voy a ir a la estación de policía mañana por la mañana.

- Te veré allí entonces -finalizó la chica.



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Mientras tanto en casa de los Reagan, Eliza estaba furiosa con su hermano.

- ¡Eres un idiota! ¿Qué hiciste? -le gritaba Eliza.

- ¿De qué?

- ¡Hiciste que arrestaran a Terry!

- ¡Por qué te importa si él te rechazó Eliza!

- ¡Pero fue gracias a ti! ¡Me engañaste Neil! ¡Eres un perdedor! Ahora él ya no va a volver a esta casa.

- ¡Que tenga un buen viaje! ¡No más Oliver Twist! -reía Neil sarcástico.

- El plan va a resultar en tu contra Neil. Yo tenía a Terrence bajo mi techo, ahora gracias a ti, ya no lo tendré más.

- ¿Vas a extrañar que te sea indiferente? ¡Consigue una vida hermana! Él te odia... ¡solo se tiene una primera impresión y tú la echaste a perder! ¿Recuerdas?
- Hiciste que arrestaran a Terry, él podría salir lastimado en la cárcel o morir -chilló Eliza.

- Cuanto mejor -dijo Neil sin dejar de reír.

- Él no lo hizo y tú lo sabes, la verdad siempre sale a la luz.

Eliza, desde lo que pasó con Terry, todavía no podía odiarlo, estaba enamorada de él. Ella quería ayudarlo, pero ¿cómo?



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En la celda de la cárcel Terry continuaba en su esquina tratando de no responder a la provocación, pero él era tan solo humano. Así que finalmente usó sus puños y los prisioneros se sorprendieron al verlo tan fuerte. Lo dejaron solo, después de todo no era una muñeca, peleaba como ellos, los chicos de la calle.

- Está bien, está bien, chico elegante.

Terry le dio otro puñetazo.

- Llámame como quieras, pero no me llames "elegante" -dijo Terry gritando de rabia.

- Está bien, ya entiendo bien muchacho -dijo el hombre en el suelo.

En eso un oficial de policía llegó a buscar a Terry.

- Tu abogado está aquí -le dijo.

- Gracias -respondió Terry.

El oficial vio sus moretones.

- ¿Estás bien? ¿Te golpearon?

- No, me topé contra las paredes.

- Si tú lo dices -dijo el oficial.

Había escuchado esa excusa tantas veces que sabía que no debía insistir en obtener la verdad de los prisioneros.

- ¿Puedo refrescarme un poco en el baño? -preguntó Terry.

- Sí, de hecho tu abogado me dio esta bolsa de viaje para ti.

- Gracias.

La bolsita tenía un cepillo de dientes, pasta de dientes, loción para después del afeitado, colonia, etc. Terry fue al baño a arreglarse. Cuando llegó escoltado por un custodio a un pequeño cuarto. ¡Vio a Georgina, Antonia, Ashley, Allyson, Jones y Nina!

- ¡Terry! -gritaron todos al verlo.

- ¡Buenos días! -saludó Terry.

En seguida Nina corrió a sus brazos. Georgina había hecho una petición especial para que le permitiera abrazar a su novia y al resto de su club de fans.

- ¿Estas bien cariño? -preguntó ella.

- Sí.

- ¿Estuviste en una pelea?

Terry prefirió no responder y abrazó a los demás brevemente.

- Gracias a todos por estar aquí -dijo Terry conmovido.

- ¡Hey hermano! -dijo Jones- ¡No podíamos dejar que pasaras por esto solo!

En eso se escuchó un golpe en la puerta. Dorothy entró. Terry estaba atónito al verla.

- ¿Dorothy?

- Terry -dijo abrazándolo brevemente- Lo siento, no debí haberlo hecho -se disculpó por el abrazo.
- No seas ridícula, no voy a volver a los Reagan, así que oficialmente soy uno de ustedes otra vez -dijo Terry sonriéndole.

- Qué bien. Vine en nombre del personal, todos están listos para cooperar si necesitas dinero para la fianza -dijo Dorothy.

- ¿Qué? -exclamó Terry asombrado.

- Terry, todos te queremos y sabemos que eres inocente.

- Gracias a todos por creer en mí -dijo Terry.

- Tienes que prepararte para la lectura de cargos -interrumpió Georgina- Tenemos que irnos.

- Muy bien -dijo Terry- Gracias a todos por estar aquí.

Georgina le entregó una bolsa con un traje, zapatos, calcetines, etc.

- Te compré algo de ropa y otras cosas. No quise ir a casa de los Reagan.

- Está bien.

- Pero nosotras iremos a buscar tus cosas -intervino Antonia.

- El señor Reagan está de viaje -recordó Terry- ¿Alguien lo ha contactado?

- ¿Quieres que lo llame? -dijo de pronto Georgina sorprendida.
- Él ha sido bueno conmigo, tiene que saber lo que está pasando.

- Está bien -dijo Georgina- Lo voy a llamar, pero está del otro lado del mundo, tal vez tarde en llegar.

- Sólo quiero que sepa lo que está pasando, no que interrumpa su viaje de negocios por mí.

- No te preocupes Terrence, todo va a estar bien. Ni siquiera tienes que preocuparte por la fianza. Eres un buen chico, todos están listos para ayudarte.

- Gracias. Dales las gracias a todos, Dorothy -dijo Terry.

Terry salió de la habitación para prepararse para su audiencia. Se sintió mucho mejor después del apoyo de todos sus amigos. Le conmovió la amabilidad del personal de los Reagan, estaban dispuestos a tomar de sus ahorros para ayudarlo. Había sentido la amabilidad de todos.

Terry se preparó para su audiencia. Fue a la sala del tribunal y vió a todos allí para apoyarlo.

Durante la audiencia Georgina se sorprendió al ver que la policía tenía pruebas de lo que decían. Se fijó el juicio para dentro de una semana. Por el momento la fianza de Terry estaba fijada en 10.000 dólares y tendría que irse a vivir con Georgina hasta ese día. Terry miró a Georgina.

- Eso no va a ser un problema, Terry -dijo Georgina- Pagaré tu fianza y vivirás conmigo hasta el día del juicio.

- Pero ...

- Si no lo hago, tu novia, el personal de los Reagan y Antonia, todos lo van a hacer de cualquier manera.

- Está bien, Georgina, no sé qué decir ...

- No me des las gracias todavía. Solo tenemos que encontrar a esta Billie para que pueda testificar en tu nombre.

- Sí, Billie. No sabía que la iba a necesitar, de lo contrario le habría preguntado cómo encontrarla si la necesitaba.

- Si tan solo pudiéramos anticipar las cosas...

Terry la abrazó. Cuando todo el papeleo estuvo listo, Terry pudo irse con Georgina. Ese día no irían a trabajar.


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Las primas Andrew fueron a buscar las cosas de Terry con los Reagan.

- ¿Qué diablos está pasando? -dijo Sara al verlas llegar.

- Nos llevamos las cosas de Terry -dijo Antonia- Se va de esta casa, deberías estar feliz.

- De hecho, ese ladrón no iba a ser bienvenido aquí. Me robó mi auto -decía Sarah.
- Alguien robó tu auto -dijo Allyson- Pero no fue Terry.

- La verdad va a salir a la luz, y todos ustedes se van a arrepentir de esto -dijo Ashley.

Miembros del personal las ayudaron a empacar las cosas de Terry. La habitación quedó vacía después de un rato.

- Traeré su demás ropa después de que termine de lavar -dijo Dorothy en la puerta a la salida de las chicas.

- Está bien, gracias Dorothy -dijo Antonia, estaba a punto de irse cuando regresó a verla- ¿Tú también quieres irte de aquí?

- Sí, pero necesito el trabajo.

- Una de nuestras mucamas se ha ido porque tomó su permiso de maternidad, puedes tomar su lugar. El salario es más alto y en un año podrías dejar de trabajar como mucama e ir a la universidad como has querido... Terry me contó sobre tus planes.

- ¡Oh! -exclamó Dorothy.

- ¿Entonces que dices? -intervino Ashley.

- ¡Yo digo que sí! Me iré una vez que termine de lavar la ropa de Terry -dijo Dorothy sonriendo de felicidad- ¡Muchas gracias señoritas!

- Gracias por ser amiga de Terry y dales las gracias a todo el personal por nosotras.

- Él es un buen chico. No puedo entender por qué a la Señora Dragón no le gusta, entiendo que Neil esté celoso, pero ella es madre, ¿No podía ser amable con otro chico?

- Dejé de entender a la Tía Sarah desde hace un tiempo -dijo Allyson- Vamos chicas. Gracias Dorothy, hasta luego.

- Gracias de nuevo y adiós.

Las tres chicas entonces se retiraron.


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Mientras tanto Terry ya estaba en casa de Georgina junto con Nina y Jones. La casa era una grande y blanca con muchos dormitorios. Una mucama le mostró su nueva habitación. Terry miraba a su alrededor y se sintió muy conmovido. Pensó en todo lo ocurrido en esa mañana y se dijo a sí mismo que era muy afortunado de tener tan buenos amigos dispuestos a ayudarlo. Por lo mientras esperaba a que las chicas regresaran con sus cosas de casa de los Reagan. Bajó las escaleras y descubrió que Nina estaba ayudando a una persona del servicio a poner la mesa para el almuerzo. Con todo lo que había pasado, hasta se había olvidado que tenía que comer.
Nina se había tomado el día libre, al igual que las chicas Andrew y Terry, por supuesto. Jones también se quedó con ellos.

- Gracias de nuevo por todo Georgina, por confiar en mí -decía Terry.

- De nada, llamé al servicio de manutención de menores para decirles que ya no vivirás con los Reagan... que vivirás conmigo hasta que te encontremos un nuevo hogar..

- Puedo volver al Hogar de Pony.

- Sí puedes. Pero te ofrezco que te quedes conmigo por un tiempo y sigas yendo a la escuela.

- Pero si ya no soy la responsabilidad de los Reagan... ¿cómo podría pagar una escuela privada?

- Déjame preocuparme por eso -dijo Georgina sonriéndole inspirando confianza- Relájate. Tómate un descanso. Lo necesitas después de pasar la noche en la cárcel.

Todo mundo almorzó en el comedor. Todos estaban tratando de animar a Terry. Las chicas Andrew llegaron y se unieron a ellos en el almuerzo.

- Tus cosas están en el auto -señaló Allyson.

- Gracias chicas, son las mejores.

- Terry, todo va a estar bien -lo animó Antonia- Cuando todo esto termine, ojalá seas adoptado por mi Tía Abuela Maximilliana y estés a salvo con nosotros.

Todos estuvieron de acuerdo y Terry se sintió mucho mejor. Sin embargo, la vida era dura, era huérfano o quizás abandonado por sus padres. Pero tenía los mejores amigos del mundo, tenía una familia en el Hogar. Ahora Terry también consideraba a todos sus amigos como familia.

Más tarde durante el día, todos los del Hogar de Pony viajaron 2 horas para ir a verlo. El pequeño Marty al verlo saltó en sus brazos.

- ¿Cómo pudieron decir que robaste algo? ¡No eres un ladrón! Siempre nos dijiste que robar estaba mal. Le voy a decir eso al juez para que te deje ir.

- Gracias Marty -dijo Terry abrazándolo.

Terry también abrazó a sus dos madres.

- Gracias por venir.

- Estamos aquí para apoyarte -dijo la Señorita Pony abrazándolo muy fuerte.

- Sí, hijo mío, estamos aquí por ti -dijo la Hermana María.

- Gracias por creer en mí -decía Terry- Mamá Pony, Mamá María.

- Te conocemos Terry, tú no eres un ladrón -lo consoló la religiosa.

- Gracias, ¡Vaya! Parece que es lo único que puedo decir el día de hoy. Gracias por todo. Todos están aquí por mí, puede que yo sea huérfano, pero con ustedes tengo la mejor familia del mundo... Nunca olvidaré lo que están haciendo por mí... ¡Gracias!

Todos estaban conmovidos hasta las lágrimas. Terry necesitaba ayuda y nadie dudó en ayudarlo. Incluso Eliza estaba buscando en secreto una forma de ayudarlo.



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Mientras tanto en otro lado, Neil se sorprendió muchísimo al enterarse que Terry ya había salido de la cárcel. Se maldijo a sí mismo por no haber hecho un mejor plan. En este mundo moderno era muy difícil arruinar a alguien sin que interviniera la justicia.

"Voy a atraparte Oliver Twist, aunque sea lo último que haga..." -decía Neil nuevamente para sí mismo.


Continuará ...

Terry TerryWhere stories live. Discover now