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Hoy comenzaba otro largo día, Ha-neul se dirigía a cumplir con sus tareas cuando saliendo del ascensor se encontró con Jun-woong saliendo del otro lado. Este parecía resongar entre dientes sin darse cuenta de ella por lo que está aprovechó para asustarlo. 

_ "No te engañes, nuestro trabajo no es hacer justicia."_ siguió refunfuñando y Ha-neul abandonó sus intenciones de bromear.

_ ¿Quién dijo eso?_ preguntó seria y Jun-woong se asustó igualmente. 

_ Oh, Ha-neul, estabas aquí…_ se tomó el pecho.

_ Dime,¿quién te dijo eso?¿En qué problemas te metiste?O más bien…¿En cuales te vas a meter?_ inquirió divertida, cruzada de brazos.
El chico bufó pasándose una mano por el cabello.

_ Un tipo en internet está usando el suicidio y las dificultades de otros para ganar dinero y es…espantoso…_ parecia estar de verdad furioso _ Sin embargo mi equipo no piensa hacer nada al respecto…_ 

_ Ya veo…_ asintió comprensiva _ Y de seguro usaron la típica excusa "no podemos intervenir en asuntos humanos" para no hacer nada..._

_ ¡Exacto!¿De qué sirven esas reglas si solo siguen poniendo en peligro a las personas que queremos salvar?Tengo que hacer algo._ 

_ Tienes toda la razón._ coincidió.

_ Me alegra que alguien me entienda._ sonrió leve y la pelinegra le devolvió el gesto _ Pero bueno…Como sea, si el más allá no me presta ayuda, la conseguiré del mundo de los vivos._ 

_ ¿Qué harás?_

_ Veré cómo darlo a visibilizar a los ojos humanos, tal vez ellos sí puedan enfrentarlo de verdad._ 

_ De acuerdo, si necesitas más ayuda cuenta conmigo,¿si?_ se ofreció.

_ Gracias Ha-neul…_ 

_ Hablo en serio, envíame un mensaje ante cualquier cosa. Es peligroso hacerlo solo._ insistió agendando su número en el teléfono de él.

_ Si, lo prometo, gracias, de verdad…_ 

_ A ti, por querer hacer justicia,como se debe._ 

***

Había terminado de escoltar varias almas, por suerte con muertes no demasiado traumáticas, eran normales por así decirlo, pero aún así era duro para ella hacerlo. 
De camino a tomarse un descanso recibió un mensaje de Jun-woong.

"Me uní a un grupo que va a encontrarse y suicidarse juntos, aprovecharé la oportunidad para encontrar al bastardo." 

Jun-woong le caía bien porque eran muy similares, y eso era en sí lo malo. Ponerse en riesgo por otros era común para ellos, pero no era lo ideal. Así que no podía dejarlo solo en esto.

"Envíame la dirección. Voy para allá enseguida." Contestó y se puso en marcha hacia la oficina del líder, aunque ya sabía su respuesta y que sería en total vano, iba avisarle que iba a irse junto a Jun-woong. No importaba, quería ser honesta con él sobre todas las cosas y quería creer que él haría lo mismo y entendería sus intenciones.

Llegó y golpeó varias veces la puerta sin obtener respuesta así que entró sin más paciencia pero quedó plantada a penas un paso dentro. Ver al líder durmiendo en su escritorio sentado en su gran sillón fue una imagen que la paralizó con muchos sentimientos atados.

Verlo sentado allí, en la oscuridad con pocas luces bajas a su alrededor, con esa polera y chaleco negro, con esa típica poatura de rigidez que parece que le es tan difícil quitarsela. Todo ello se le arremolinaba en su interior y aceptó cuan atraída se sentía por ese hombre.
Por ello no pudo evitar acercarse a él muy lentamente y con sumo cuidado de no despertarlo, se tomó el privilegio de mirarlo sin ningún filtro, sin que pudiera darse a notar el desastre de su corazón.
Era tan hermoso y se veía tan angelical…Que…Que…Que quería acariciarlo. Así mismo no pudo resistir el impulso y se inclinó llevando su mano,insegura pero hipnotizada, a su bello rostro.  Y cuando estuvo a nada, él de repente comenzó a temblar y a fruncir sus facciones con puro dolor. Estaba teniendo una pesadilla.

Ha-neul se sobresaltó y se quedó unos segundos recalculando qué hacer al verlo sufrir así y dolerle a ella también. No se encontraba en su total razonamiento pero igualmente se arrodilló frente a él y tomó sus manos.

_ Señor…_ apretó su agarre intentando despertarlo _ Señor, despierte…Por favor…_
Nada, seguía en su trance.

_ Señor…Señor…_ insistió sacudiéndolo despacio _ ¡Jung-gil!_
Y ahí fue el instante en el que abrió sus ojos de golpe y dejó ver lo rojizos y lagrimeantes que se encontraban sumado a la ansiedad que parecía crecer en él. 

_ ¿Jung-gil?¿Estás bien?_ seguía preocupada mientras él tenía su vista consternada mirando de un lado a otro.
Ella volvió a tomar sus manos y esto lo hizo caer del momento, lugar y persona, lo que lo dejó helado unos momentos. Así que de repente se levantó de su silla y se alejó de Ha-neul bruscamente.

_ ¿Que estas haciendo aqui?_ soltó en un débil tono bruto, dándole la espalda a la pelinegra.

 _ ¿Estás bien?¿Estabas teniendo una pesadilla?¿Qué es lo que tanto te asustó?_ 

_ No y tampoco te incumbe._

_ Pero…_

_ Por favor vete si no tienes nada importante que decir._ 

_ Jung-gil…_ no quiso rendirse.
Él se giró hacia ella con la misma brusquedad y la miró con los ojos inyectados de tristeza pero también con fuertes destellos de ira.

_ No me llames así, soy el señor Park para cada uno de los miembros de mi equipo._ escupió fríamente _ No te quieras sobrepasar queriendo saber más de mi o…_ 

_ Si si, de acuerdo, no digas más._ lo interrumpió sin ánimos de pelear. Además sabía que solo quería hacerse el duro porque lo había visto así de afectado.

_ Tu…_ quiso seguir pero ella negó y se animó a darle una palmadita en el brazo.

_ Está bien, está bien…Solo…Me iré._ concluyó dándole una sonrisa tranquilizadora para luego retirarse.
Lo entendía, no había necesidad de explicarlo. Cuando él quiera podría abrirse a ella, si eso entre ellos se dispone a crecer, claro. Y cuanto esperaba que pase. Seria...Estupendo.

Tomorrow: El alma vengativa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora