•¿𝑸𝒖𝒊é𝒏 𝒆𝒔 𝒆𝒍𝒍𝒂?• [𝒀𝒂𝒏𝒈 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒘𝒐𝒏]

•Episodio 2•

[So-min]

El reloj sonaba por cada rincón de mi habitación con duras penas alzaba mi mano para poder llegar a apagar aquel sonido, y ahí ibamos de nuevo, un nuevo día por vivir.

Vivir, no tengo ganas de vivir.

Desde mis ocho años que mi vida es una completa mierda, una historia muy trágica para una pequeña niña de ilusiones, eso dice mi psicóloga, la verdad es que todo ya me vale.

Me levantó de mi cama y me voy a bañar para luego ponerme mi ropa, bajando las escaleras con los audífonos puedo escuchar como dos señores discuten haciendo que todo el vecindario los escuche, si, "mis padres".

Gran manera de empezar el día.

En fin llego a la cocina y ellos notan mi presencia y se callan, riendo irónicamente puedo pasar y tomar un poco de café y tostada rápidamente, necesitaba salir de ahí.

—Pueden seguir peleando pero alguien tiene que pagar el colegio— dije antes de salir.

Decidí caminar hasta el colegio, al final de cuentas una tardanza más no afectaría en nada.

¿Buena estudiante?

Tal vez, me defiendo, eso es lo que vale ¿no?

Tal vez me intento acoplar demasiado bien a este lugar, el echo que mi madre sea coreana y que dejaramos todo por venir aquí me chocó, almenos cuando estábamos en Australia tenía amigos y ahora me importa poco tenerlos.

Dos cuadras había caminado cuando vi una pequeña tienda, lo raro de esto es que varias chicas estaban alborotadas y lo más raro era que llevaran el uniforme del colegio.

—¿Todos cumplen mes el mismo día, con el mismo chico?— dije antes de seguir caminando.

Naturalmente, creo en el amor pero solo una vez me enamoré y no salió nada bien, cada acto de mi pasado me dejaba cada vez sin ganas de querer demostrar afecto.

Y sinceramente estoy bien así, yo sola.

Faltaba menos de una cuadra para llegar y pude ver como varias chicas y chicos tenían regalos en sus manos.

—¿Se celebra algo hoy?— fue lo que dije para mi misma, si es así mi mente olvida todo lo que dicen.

Entonces seguí caminando pero la duda me invadía, eso o una advertencia más de la auxiliar si no traía lo que se pedía.

—Hola ¿Debíamos traer una de esas cosas hoy?— pregunté a una chica.

—No, es para los chicos del colegio, los siete estan  juntos, hoy volvió Yang Jungwon— dijo ella.

—Yang ¿que?— dije algo extrañada.

—Son los siete chicos más populares de la escuela, ¿En que mundo vives?_ dijo medio enojada.

—Afortunadamente no en el tuyo— dije.

Fue cuando todos los alumnos gritaban desesperados y veían en dirección a la puerta, de la  nada pude apreciar como siete chicos entraban por la puerta.

Elegantes, altos, buenos rasgos, se notaba que eran de plata por la manera de vestir, todo el mundo gritaba y les tomaban foto.

Genial, chicos ricos, aunque de por si ya sabía de su existencia jamás los supe quienes eran hasta hoy.

Bueno no me importaba así que pasé de frente sin importarme lo que la gente hacía con esos siete chicos.

Entonces al llegar a mi aula me senté pues no había nadie, escogí el último sitio de aquel lugar, con vista a afuera, podía ver el show, ahora esos chicos estaban con otras chicas  mientras hablaban me puse mis audífonos y cerré mis ojos.

En mi mente vagaban recuerdos en un mar de emociones casi insuperable, mirando el cielo recordando a detalle cada una de mis desgracias y lo que me llevó a  este punto de mi vida, una adolescente sin querer socializar en lo más mínimo.

En eso poco a poco se empezaban a escuchar pasos de lo que eran mis compañeros entrando al aula, los asientos se fueron llenando y poco después la pizarra empezaba a llenarse de letras y números.

Completamente aburrido, pero irresponsable no era, eso quedaba claro, pasaban las horas y más sueño me daba, finalmente tocó el timbre para poder salir de aquella clase.

Con mucho sueño caminé al baño de mujeres para poder pasarme un poco de agua en la cara intentando reaccionar un poco, solo faltaba media hora para salir de aquí, debía sobrevivir, es decir tengo sueño y aún me queda mucho que hacer por el resto del día.

La noche anterior me quedé haciendo mi tarea hasta tarde que no dormí mucho ¿ Y si aprovechaba esta media hora para dormir?, finalmente salí del baño y fui al último piso del colegio, completamente solo como a mi me gusta, de mi pequeña mochila retiré mi casaca y me la puse abrigándome y acostándome en el suelo, sin antes poner una alarma de media hora.

En eso acostada mirando al cielo poco a poco mis pequeños ojos se cerraban.

Un sonido empezó a resonar en mi cabeza mientras tomaba consciencia de donde estaba, tomé el celular para apagar aquel sonido.

—Almenos dormí un tiempo— dije tomando todo lo que estaba a mi lado para poder levantarme y seguir.

Mi celular sonó indicando el número de la señora que me arrienda la vivienda , bueno a mi y a mis padres, los cuales poco les importaba si nos quedáramos en la calle, le debía, necesitaba pagar aquella deuda antes de quedarme sin un lugar donde dormir.

Irónico, duermo donde sea.

Pude ver como todos empezaban a salir del colegio, entre amigos, entre enamorados, felices y contentos.

Felicidad en un mundo muy poco entendible.

La vida es muy cruel pero la gente no lo sabía, eso, o tal vez que la vida decidió odiarme a mi primero.

Pero que fácil hubiera sido pararme y tirarme de aquí.

¿Lo he pensado?, si.

¿Lo hice?, no.

¿La razón?, fácil, por más miserable que sea, aún tengo un futuro que cumplir, al igual que una promesa.

Suspirando por última vez y mirando por última vez todo pude tomar mis cosas para empezar a salir de ese lugar.

Mala suerte la mía que al tomar el picaporte, este estaba cerrado, demonios, ¿Porque a mi?, con mis fuerzas tiraba de la puerta, no me importaba romperla.

—Ni siquiera hay señal aquí— dije tomando mi cabello en desesperación.

Gritaría pero ya no había ni una sola alma.

O eso creía hasta que el picaporte sonó asustándome.

—Lo siento creí que no había nadie— dijo un chico.

Ví su rostro y baje a ver su placa de uniforme.

Yang Jungwon.

Always_N.