•¿𝑸𝒖𝒊é𝒏 𝒆𝒔 𝒆𝒍𝒍𝒂?• [𝒀𝒂𝒏𝒈 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒘𝒐𝒏]

•Episodio 23•

2 años después.

—Bueno jóvenes pueden salir, disfruten sus vacaciones— dijo el profesor.

Todos salimos, teníamos dos semanas de vacaciones o bueno algo así tenía que estudiar y acabar algunas tareas.

—Adiós So-min, nos vemos— dijo mi compañera de universidad.

Dos años pasaron y ya habíamos salido del colegio, la universidad ahora es mejor.

Si tengo amigos pero no tan cercanos.

Corrí para alcanzar el bus y lo logré, fui con audífonos Todo el camino.

Bajé en la plaza para poder caminar dos cuadras más allá.

—Señorita So-min buenas tardes— dijo la trabajadora.

—Buenas ¿Está el señor?— pregunté.

—Si, pase— dijo en respuesta.

El local estaba lleno y comían felices.

Pasé saludando.

Y dejé mi bolso en la parte principal y entré a la cocina.

Vi un plato de harina y tomé un poco cuando volteé mi mano fue detenida y arrastrada hacia mi cara.

—Yang Jungwon— dije enojada.

—No intentes hacer algo en mi contra pequeña So-min— dijo mirándome.

—Esta bien esta bien vuelve a cocinar— dije riendo.

Jungwon y yo aprendimos a hacer postres, entonces se volvió algo muy bueno que decidimos o bueno ayudé a motivar a Jungwon a abrir un pequeño local de postres, era bueno, muchas visitas.

Jungwon quería dedicarse a esto y yo lo apoyaba, incluso lo ayudaba.

—¿Podrías lavar las fresas? Están en la refrigeradora— dijo él y hice caso.

Hice lo que me dijo.

—¿Te ayudo a cortarlas?— dije y me miró.

Caminó hasta mi y me tomó de la mano junto al cuchillo.

—Así, de esta manera— me enseñaba poco a poco.

Lo miré, era perfecto, realmente lo era  le di un beso en la mejilla que hizo que ambos sonrieramos para luego besarnos.

—Bien, ya terminé— dije luego de haber acabado por completo, vi como Jungwon tenía un plato en la mesa.

Era un postre rosado, estable como gelatina pero un poco más cremosa encima llevaba un tipo de crema encima y un poco de decoración con polvos a su lado.

—¿Puedes traer las fresas?— dijo él.

Se las llevé y pude ver como con mucha paciencia colocaba las fresas formando una rosa.

—Listo— dijo él.

—¿Nuevo postre?—

—Si, la tienda necesita innovar y bueno mi enamorada va a ser la primera en probar— dijo nuevamente.

Sonriendo tomé la cuchara y antes pregunté.

—¿No arruinaré esto?— dije nerviosa.

—No la verdad es que no— dijo.

—Oh prefieres que sea la primera en probar y no importa que arruine tu creación— dije emocionada.

—Si pero también hice otro para sarcarlo luego— dijo.

—Tú, pequeño demonio— dije riendo.

Tomé la cuchara y probé, realmente sabía lo que hacía y era el mejor haciendo postres.